El próximo mercado invernal de fichajes está a punto de dar sus primeros pasos de forma oficial, pero desde hace semanas las direcciones deportivas de los clubes están buscando soluciones para reforzar sus puntos débiles, además de ventas o cesiones de los jugadores que, por diversas razones, no tengan espacio en sus respectivas plantillas. En el caso del Málaga, el equipo que lidera en la dirección deportiva Manolo Gaspar tiene varias operaciones de salida previstas, aunque de momento no han llegado las ansiadas ofertas.

Pese a lo corta y limitada que es el plantel con el que cuenta Víctor Sánchez del Amo semana a semana, a día de hoy hay canteranos que han logrado adelantar a algunos de los jugadores profesionales blanquiazules. En lo que va de temporada, Antoñín, por ejemplo, se ha ganado un puesto fijo en la delantera, también Luis Muñoz en defensa o como pivote según las necesidades del cuerpo técnico y nombres como el de Hicham o Ramón Enríquez se convierten en buenos recambios para el equipo blanquiazul.

Y en favor de los jugadores del filial, como consecuencia hombres como Juanpi Añor, Keko Gontán o Esteban Rolón han perdido fuerza, protagonismo y sobre todo minutos en el terreno de juego. Además, son jugadores con salarios bastantes altos y que suponen complicaciones para que se cuadren las cuentas para cumplir el plan de viabilidad estipulado por LaLiga ya que sus emolumentos no se han revisado y modificado cuando el Málaga bajó de categoría. Detalle que por ejemplo sí llevo a cabo Luis Hernández el pasado verano, cuando acordó con la entidad blanquiazul una rebaja en su salario a cambio de prorrogar su vinculación hasta el término de la campaña 23/24. Así permitió rebajar la masa salarial de la primera plantilla.

Yendo caso a caso, uno de los que más chirría es el de Juanpi. El venezolano, que estuvo llamado a ser uno de los grandes faros en la medular y creación de juego malaguista, ha experimentado un destacable bajón que ha supuesto que solo haya jugado 13 de los 21 partidos ligueros y solo seis como titular, amén de las tres ocasiones en las que marchó con su selección y otros tres partidos en los que Víctor no quiso contar con él en ningún momento. A su pobre rendimiento se suma un sueldo extremadamente alto teniendo en cuenta sus prestaciones y el estado financiero del club. El vinotinto se embolsa alrededor de 1,5 millones de euros, una cantidad complicada de asumir tanto en el presente como en el futuro próximo del club.

Por su parte, Keko Gontán volvió este verano tras una cesión en el Valladolid. Desde las oficinas de Martiricos han intentado darle salida en más de una ocasión debido a su alto salario, aunque con poco éxito. En lo que va de temporada, y teniendo en cuenta su lesión muscular desde finales de octubre, el de Brunete solo ha pisado el césped en seis ocasiones, en las que solo una vez fue titular y ante el Girona solo disputó un par de minutos.

Finalmente, este tridente de jugadores en la rampa de salida lo cierra Esteban Rolón, jugador que también estuvo cedido la pasada campaña en el Genoa italiano. En la Serie A era suplente, pero mejoró sus números. Este año ha disputado dos partidos de liga, dos derrotas en casa ante Almería y Cádiz, y el desafortunado encuentro de Copa del Rey ante el Escobedo. Tres partidos jugados, tres derrotas cosechadas. En cuanto a salario, el argentino supone al Málaga CF más de 1,5 millones de euros por la amortización de su fichaje y variables. Una vez más, cantidades que no se ajustan a las necesidades de la entidad de Martiricos ni a nivel económico ni a nivel deportivo.

A todos estos jugadores ya se les ha intentado buscar alternativas en otros momentos. Ahora, con Manolo Gaspar al frente de la dirección técnica, habrá que hilar muy fino para buscar una solución a los problemas de la plantilla blanquiazul sin olvidar el cumplimiento del plan de viabilidad.