La desaceleración general de la economía es una realidad cada vez más palpable en un contexto internacional que en este año 2019 ha vuelto ser muy convulso por las tensiones comerciales entre EEUU y China o la sombra del Brexit y por un marco nacional también envuelto en una enorme incertidumbre, con muchos meses de Gobierno en funciones. Así, tal y como se barruntaba a inicios del ejercicio, el crecimiento en la provincia de Málaga se ha moderado de nuevo. Si el pasado año el PIB de la provincia registró un aumento del 2,8% (ya por debajo del 3% anual que ayudó a la remontada de la economía entre 2014 y 2017), en este ejercicio la subida se quedará en el 2,5%. Y para 2020, la perspectiva es que el crecimiento siga ralentizándose, con un porcentaje que se espera ronde entre el 2% y el 2,2%.

La tasa de crecimiento de este año, de cualquier forma, ha servido para que Málaga haya vuelto a generar empleo y a reducir su paro, aunque cada vez a menor ritmo que antes. Además, Málaga repite una vez más como locomotora andaluza, al ser la provincia que más crece. La media andaluza es del 2,3% y Sevilla y Huelva serían las que más se acercarían, con subidas del 2,4% y 2,5%.

La provincia malagueña tiene, al mes de noviembre, algo más de 149.545 parados inscritos en las oficinas de empleo, unos 2.500 menos que hace doce meses y el nivel más bajo en diez años. Sin embargo, la dinámica de bajada es cada vez más átona, ya que en años anteriores el paro caía a ritmos de entre 6.000 y 12.000 desempleados. Otro dato revelador lo ofrece la tasa de desempleo, que en el primer trimestre de este año se sitúa en el 18,09%, un par de décimas por encima de la de hace doce meses.

En cuanto a las cifras de empleo, la tendencia es similar. El número de afiliados a la Seguridad Social se sitúa en 626.000 (22.144 afiliados más que en 2018), con el mejor nivel de ocupación de siempre a estas alturas del año. No obstante, la época de reactivación económica ha conocido creaciones de empleo de hasta 30.000 afiliados al año.

El balance es así positivo aunque ciertamente las cifras de desempleo (que prácticamente doblan aún a la de la época precrisis) son aún sangrantes. Otra característica de 2019 es el nuevo récord de autónomos. Málaga tiene ahora 120.000, unos 3.200 más que hace un año, lo que revela que muchos optan por el autoempleo por falta de perspectivas laborales. Los sindicatos creen que este auge esconde también abusos de las empresas, que recurren a la figura del «falso autónomo».

Más empresas pero pequeñas

La reactivación deja además un ritmo de creación de empresas que sitúa a Málaga con un censo muy cercano ya al de antes de la crisis. La recesión se ha llevado en estos once años por delante en estos diez años a más de 18.000 empresas y 100.000 empleos de la provincia, pero se están generando nuevos negocios que compensan en parte a los que desaparecen. Málaga cuenta ahora mismo con más de 58.130 firmas de alta en el Régimen General de la Seguridad Social. La cifra se mantiene muy próxima a las 58.800 de 2007, en la cúspide del boom económico. El problema, reconocido por la CEM, es que la gran mayoría son micropymes con plantillas muy reducidas. Se necesitan más empresas de mayor dimensión.

Otro buen medidor de la actividad es la constitución de sociedades mercantiles, que también refleja una cierta desaceleración. Este año se han generado hasta octubre 4.426 firmas, un 3,5% menos que en el mismo periodo de 2018. Málaga es así la cuarta provincia con más creación de sociedades tras Madrid (18.382), Barcelona (12.410) y Valencia (4.529).

La vicepresidenta ejecutiva y secretaria general de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Natalia Sánchez, cree que 2019 ha sido un buen año pese a la moderación de la economía. «Ha sido un ejercicio de incertidumbre en muchos sentidos pero hay que destacar que la corrección a la baja del crecimiento ha sido inferior en Málaga que en España o Andalucía. Eso nos sigue generando buenas expectativas. La creación de empresas es casi similar a la de año anterior y se sigue generando empleo, aunque no al ritmo que nos gustaría», apunta. Para 2020, Sánchez espera que la provincia mantenga el liderazgo andaluz en el crecimiento, aunque éste se siga ralentizando.

«El Brexit va hacia adelante, y eso nos afecta, igual que lo han hecho las tensiones arancelarias a nivel internacional. Además, seguimos sin saber cuál va ser la política fiscal que en España aplique el nuevo Gobierno. Todo eso afecta a las inversiones y a la marcha de la economía. Si se sube la fiscalidad a las empresas se resta competividad. Otro tema pendiente es que la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) se haga en diálogo con los empresarios y sindicatos, porque también puede afectar a la creación de empleo», destaca. Las buenas noticias, a su juicio, son que el turismo, las exportaciones y el sector inmobiliario continúan fuertes. «Todavía estamos en una posición de ventaja. Hay que ser cautelosos pero descartamos un frenazo de la economía. Hablamos en todo caso de una desaceleración. Somos prudentes pero optimistas», dice.

Desde Analistas Económicos de Andalucía, del Grupo Unicaja, su coordinadora de informes, Felisa Becerra, afirma que las previsiones económicas, a nivel general, se han revisado a la baja durante todo el año debido a toda la incertidumbre que hay a nivel internacional pero destaca que Málaga cerrará el ejercicio con un 2,5% de subida del PIB, por encima de la media andaluza, que será previsiblemente del 2,2%. Su impresión es que la creación de empleo se modera pero en un contexto en el que continúa la senda de crecimiento. Así, el turismo ha tenido de nuevo resultados muy positivos, las exportaciones crecen y la construcción aumenta el número de proyectos visados, lo que asegura nueva actividad en este campo para los próximos meses.

Eso sí, Becerra advierte de que para 2020 la desaceleración continuará. «El Brexit o las tensiones comerciales EEUU-China siguen ahí y todo eso afecta. En todo caso, la economía de Málaga está más diversificada que antes y eso ayuda a afrontar mejor esta coyuntura», afirma. Además, el propio Banco de España ya calcula que la economía española puede crear empleo con menos crecimiento que antes. Si hasta 2008, necesitaba un ritmo de al menos un 1,2%, desde 2014 este umbral es de alrededor del 0,8% de promedio.

Turismo y construcción

Los economistas también están satisfechos con los datos de 2019. El decano del Colegio de Málaga, Juan Antonio Robles, cree que la marcha de la economía sigue siendo «aceptable» y supera la media nacional y regional. «Podemos llorar con un solo ojo en vista de la situación económica internacional. Málaga está creando empresas y puestos de trabajo pero es cierto que los ritmos se están aminorando. En 2010 el crecimiento será todavía más pausado», reconoce.

Para Robles, una parte de la desaceleración se debe a la incertidumbre política. «No conocemos aún cuál va a ser el entorno regulador porque no hay Gobierno. Esto está propiciando que caigan las inversiones», lamenta. De Málaga destaca la buena marcha del turismo, el sector agroalimentario, las exportaciones o la construcción, sector éste último que en su opinión ha entrado en una fase de estabilización, lo que se traducirá en subidas de precio «más atemperadas y ajustadas a la realidad».

Por parte de los sindicatos, el secretario general de CCOO, Fernando Cubillo, detecta «luces y sombras» en el balance de este 2019. «Lo positivo es que Málaga ha incorporado 22.000 nuevos ocupados a su mercado, aunque parte de ese empleo creado ha sido para personas de otras provincias que vienen a trabajar aquí. Lo negativo es que en muchos casos no es empleo de calidad. Hay además mucho trabajo a tiempo parcial, que afecta sobre todo a las mujeres», señala. CCOO también opina que el crecimiento económico de Málaga es «bastante endeble», porque hay muy poco peso del sector industrial, que es el que más empleo estable genera, y mucho sector del servicios, más sometido a la estacionalidad. Por otro lado, Cubillo cree que se ha demostrado que la subida del SMI a los 900 euros «no ha sido obstáculo para crear empleo, como han sostenido algunos».

Para 2020, anuncia que seguirán luchando por implantar en los convenios colectivos de Málaga un salario mínimo de 1.000 euros. «Es cierto que a nivel internacional hay mucha incertidumbre pero la economía española se mueve mucho por consumo interno, y eso se va a mantener. Por eso seguiremos reivindicando mejoras laborales y mejores sueldos para los trabajadores», aduce.

Un repaso a los diferentes sectores permite comprobar, por un lado, que el año ha sido de nuevo positivo para el turismo. La Costa del Sol acumula en los once primeros meses de 2019 una subida del 6,3% en el número de viajeros hoteleros. En total, el destino recibió hasta noviembre 5.530.300 viajeros hoteleros, lo que supone ya un nuevo récord anual.

En cuanto al volumen de pernoctaciones hoteleras, los 19,5 millones de estancias acumuladas hasta la fecha también superan en un 2,6% a las del pasado año por esas fechas (19 millones).

El sector agrario ha firmado en este ejercicio buenas cifras de nuevo, aunque la coyuntura de bajos precios ha mermado los ingresos. La facturación ha sido de 733 millones de euros y una bajada del 11% en relación a un 2018 que fue casi de récord, según el balance publicado hace unos días por Asaja Málaga. Los aranceles de Estados Unidos al aceite de oliva envasado o la aceituna de mesa preocupan mucho a los agricultores.

El comercio exterior sube algo sus cifras. Málaga lleva casi 1.900 millones de euros acumulados en exportaciones hasta octubre (un 9% más que en 2018).

Por su parte, la construcción ha mantenido una gran actividad, aunque el ritmo se ralentiza. En los diez primeros meses del año hubo 25.400 compraventas de viviendas en Málaga, un 10% menos que en 2018, y 15.887 hipotecas (un 4,7% menos). Pero la cifra de proyectos sigue subiendo. Según el Colegio de Arquitectos los tres primeros trimestres del año se han saldado con 5.850 viviendas visadas, un 10? más que el pasado año y la cifra es la más alta en once años.