La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía trabaja para encontrarle «una solución urgente esta misma semana» al caso de la mujer malagueña que vive recluida con sus perros en su dormitorio, mientras teme por su vida, porque convive con su marido de 57 años, que tiene alzheimer de tipo violento, y su hijo de 29 años, que padece agorafobia. De hecho, el joven lleva siete años encerrado sin un diagnóstico a su patología mental en otra habitación de la casa, según publicó La Opinión de Málaga en su edición del 30 de diciembre.

En estos momentos, la Junta ultima el internamiento del marido en un centro de la provincia y ha agilizado los trámites para sacar a su hijo de la habitación para diagnosticarlo y ponerlo en tratamiento, aunque esto último -según aclaró el delegado provincial de Salud, Carlos Bautista- puede llegar a precisar una orden judicial.

Bautista explicó que, en cuanto a principios de esta semana tuvo conocimiento de la situación extrema con la que convive esta malagueña de 56 años, puso en marcha «toda la maquinaria» de la Consejería para hallar soluciones y mantiene un contacto telefónico continuo con la afectada.

Carlos Bautista aseveró que la «celeridad» con la que ha reaccionado la delegación provincial evidencia que «nuestra actitud no es la misma que la de los anteriores responsables de la sanidad pública andaluza, y que intentamos buscarle una solución a todo lo que cae en nuestras manos, como estamos haciendo con este caso; hay cientos de personas a las que estamos ayudando así directamente».

«Indudablemente, la responsabilidad es nuestra ahora, pero un paciente que lleva siete años encerrado en su habitación, sin diagnosticar o sin que la sanidad le ponga solución, en todo caso no es responsabilidad de este Gobierno, ahora sí pero todo estos años anteriores no», insistió el delegado.