La sequía sigue sin dar tregua. El caudal que acumulan los siete embalses de la provincia casi no ha experimentado mejoría en los últimos dos meses. Así han iniciado el nuevo año con hasta un 20% menos de agua (346 hectómetros cúbicos) que la que sumaban en enero de 2019 (478).

La prealerta continúa activada en La Viñuela, el de mayor capacidad de todos, porque incluso ha bajado ya del umbral de los 50 hectómetros y ni siquiera se encuentra al 30% de su capacidad. Esta situación pone en jaque a los agricultores de la Axarquía, especialmente a los propietarios de fincas de subtropicales, de cara a los próximos meses. Aunque algunos portavoces del sector confían en que pueda volver a llover con cierta intensidad en febrero o marzo, al igual que ocurriese en 2017, otros no disimulan su temor por la escasez de las precipitaciones en las cabeceras de ríos y afluentes.

Inciden en que la tendencia actual es la de que se acumulen más cantidades de lluvia en áreas costeras, tanto de la Axarquía como de la Costa del Sol Occidental. Pero la situación tampoco es positiva en el otro extremo del litoral. De hecho, La Concepción está a la mitad del caudal acumulado hace 12 meses. Por entonces rozaba la cifra de 55 hectómetros (tiene 62 de capacidad frente a los 165 de La Viñuela) y ahora se encuentra con apenas 29 hectómetros cúbicos. El panorama actual ni siquiera aportaría como solución la tantas veces proclamada «autovía del agua» de una a otra costa.

El déficit de estos dos pantanos los compensa, aunque sólo en parte, la buena situación de los situados en el cauce medio del río Guadalhorce. El Guadalteba presenta el mejor registro de la provincia, al estar al 76% de su capacidad (con hasta 7 hectómetros más que hace justo un año). Y le siguen, ambos al 68%, Guadalhorce y Conde del Guadalhorce. El primero tiene alrededor de 6 hectómetros más que en enero de 2019 y el segundo casi 10 más. Es decir, los tres arrojan un balance positivo, lo que da idea de la falta de reservas de los restantes.

El pantano de Casasola está en este momento al 45%, justo como le ocurre al embalse de la capital, el del Limonero. Comparten capacidad, unos 22 hectómetros, por lo que se mueven en los 10 en la actualidad. Son números que no invitan ni mucho menos al optimismo, aunque es cierto que al presente año hidrológico le restan todavía algunos de los meses que en el histórico acumulado más suelen aportar a los embalses. Así relatan los propios agricultores esa esperanza que tienen en las últimas semanas de febrero.

Si dramática puede ser la situación cuando llegue el verano en el subtropical axárquico, no menos preocupante es la prealerta en los campos malagueños que se dedican al cereal. Miran al cielo unos y otros porque la tendencia es desde hace más de dos años bastante deficitaria en cuanto a las precipitaciones acumuladas.

Los portavoces de los principales sindicatos agrarios, UPA, Asaja Málaga o COAG llegados al debate de estos últimos ejercicios son bastante críticos. Técnicos como Benjamín Faulí, responsable de Asaja en la Costa del Sol más oriental, se refiere siempre a que a principios de la década recién terminada, tras la intensa sequía de hace 11 años, ya se pidieron a las administraciones competentes en la materia infraestructuras que solventaran el déficit de agua para el subtropical con vistas a medio y largo plazo.

«Hemos terminado otra década y seguimos con los mismos recursos, cuando la propia Junta no deja de arrojar balances en los que podemos presumir de que este sector es uno de los que más recursos genera a la provincia en materia de exportaciones», abunda. Y no está garantizado este puesto privilegiado, «porque cada vez hay más fincas sembradas de mangos y aguacates en otras zonas de la Península». La falta de recursos hídricos ha trasladado a muchos inversores a áreas de Cádiz e incluso Huelva y la cooperativa veleña Trops incluso ha puesto sus ojos en Portugal, con la intención de hallar más suelos productivos.

Había según los sindicatos más de 10.000 puestos de trabajo para el subtropical, en términos potenciales, con nuevas infraestructuras. «Como no ha llegado agua y se desperdicia, por falta de canalizaciones, hasta la de la presa granadina de Rules, entre Sierra Nevada y Motril, estamos dejando escapar esa oportunidad e incluso fuera de España se aprovecha esta situación», argumenta otro de los técnicos consultados.

Incluso el Levante español ya ha empezado a sustituir plantaciones kilométricas dedicadas tradicionalmente a los árboles cítricos, en beneficio de los aguacates. Así las provincias de Málaga y Granada se empiezan a sentir amenazadas en cuanto al liderazgo que hasta ahora han tenido en la producción de las principales frutas subtropicales en el mercado continental, el propio aguacate y el mango, como añade Faulí.