Dos incidentes en un mismo fin de semana en los que la integridad de agentes de la Policía Nacional se vio seriamente comprometida devuelven a la actualidad la falta de chalecos antibalas y anticortes que hay en el cuerpo. Si la madrugada del domingo un agente se vio obligado a abatir en Madrid a un hombre para repeler las agresiones con arma blanca sobre él y su compañero que los envió al hospital, otro grupo de policías se enfrentó el sábado en Fuengirola a un varón sueco que amenazaba con suicidarse con un cuchillo de grandes dimensiones en la playa después de haber atacado con intenciones homicidas a un compatriota en una vivienda del municipio.

«Pasan las semanas, los meses, los años y sigue habiendo compañeros sin chalecos», denuncia una vez más el secretario provincial de Jupol Málaga, Miguel Millán, cuando se cumple un año de la elaboración por parte del sindicato de un detallado informe que cifraba en 250 agentes los policías nacionales de la provincia que no cuentan con esta prenda de seguridad. El documento, que detalla con exactitud las comisarías, los grupos y los agentes afectados en la provincia malagueña, fue entregado a la Jefatura de Andalucía Oriental sin que hasta ahora haya servido de algo, explica Millán, quien asegura que la cifra se ha elevado ahora a 454 agentes sin chaleco si se suman los 204 agentes en prácticas que se han incorporado esta temporada.

Este diario ya publicó que la falta de chalecos entre los patrulleros se ha paliado durante este tiempo con prendas que los agentes comparten sucesivamente de un turno a otro, provocando que las prendas, algunas excesivamente grandes o incluso caducadas, estuvieran siempre mojadas por el sudor acumulado de los trabajadores. «Es cierto que el comisario provincial tuvo el gesto de adquirir camisetas interiores para que el problema de higiene fuera menor, pero esta no puede ser la solución definitiva», insiste Millán.

La situación ha llevado a muchos funcionarios a comprarse la prenda con su propio dinero, algo que para Jupol es «inadmisible». Este periódico ha accedido a facturas que ascienden a los 600 euros por unidad, una cantidad que la organización asegura que exigirá que el Ministerio del Interior abone a los agentes. Millán insiste en un lema que lleva defendiendo desde la creación de Jusapol, la asociación que lucha por la equiparación salarial de policías nacionales y guardias civiles respecto a otros cuerpos autonómicos que supuso el paso previo a la creación de Jupol, el sindicato con mayor representación en el Consejo de Policía. «Un agente, un chaleco. Este elemento de seguridad tendría que entregarse a cada agente el día de su graduación junto a su arma reglamentaria o su placa», zanja Millán.