Una moción de Adelante Málaga, defendida por la edil Paqui Macías, ha servido esta mañana en la Comisión de Sostenibilidad Medioambiental para que el equipo de gobierno se comprometa a instalar, a partir de 2020, un total de 50 fuentes de agua potable al año, llegando así hasta las 376 necesarias para que exista una por cada mil habitantes, igualando ratios de ciudades como Madrid o París.

Los acuerdos alcanzados por unanimidad han sido los siguientes: el Ayuntamiento elaborará un plan de dotación de fuentes públicas en los barrios de la ciudad, en concreto se instalarán cincuenta por año hasta llegar a las 376, ha explicado la edil de Sostenibilidad Medioambiental, Gemma del Corral; además, para la instalación se priorizarán las ubicaciones según los criterios siguientes: barrio infradotados, zona de juego infantiles, zonas de práctica deportiva o con mayor de paseantes, plazas y paradas de autobús. Por último, y siempre que sea posible (enmienda del PP), se tratará de que estas fuentes tengan sombra.

Del Corral ha recordado que cualquier incidencia relacionada con las fuentes se soluciona a las 24 horas de su comunicación, ha recordado que las fuentes no pueden alejarse mucho de la red de abastecimiento de agua por motivos sanitarios y ha detallado el exhaustivo control que hay sobre las mismas, con controles y análisis bisemanales, mensuales y semestrales para evitar enfermedades.

La edil ha dicho que en 2014 solo había 38 fuentes y en 2015, ya se habían instalado 84. Actualmente hay 140, y Emasa se ha marcado el objetivo de poner 20 cada año. Para llegar a la radio de una fuente por casa mil personas habría que llegar a las 376, por lo que quedan más de doscientas, que se instalarán en un cuatrienio. El mantenimiento de cada fuente cuesta más de 600 euros. “El Ayuntamiento se compromete a instalar 50 fuentes en 2020 y así llegar a 200 y al ratio de una fuente por cada mil habitantes”. Habrá, entre otras circunstancias, participación ciudadana para elegir los lugares.

Macías, en la defensa de su moción, ha dicho que ahora hay una fuente por cada 1.400 habitantes, muy lejos de los ratios de otras ciudades, ha indicado que, al no tener fuentes suficientes, el ciudadano debe comprar botellas, generando una gran cantidad de plástico y ha defendido la necesidad de implementar un plan para instalar estas fuentes siendo ambicioso en zonas deportivas o de mayor densidad de paseantes.

Begoña Medina, edil socialista, ha indicado que hacen falta más fuentes y señalado que algunas no funcionan, por lo que hay que aumentar el control sobre el mantenimiento.

Recogida selectiva de residuos

Por otro lado, esta mañana también se ha debatido una moción del PSOE en la que se instaba al equipo de gobierno a estudiar la puesta en marcha de once ecopuntos en cada uno de los distritos con el fin de facilitar a los ciudadanos poder depositar de forma selectiva residuos de origen domiciliario y de pequeñas dimensiones, lo que podría financiarse con fondos europeos.

En esos puntos, podrían depositarse tóners, cartuchos de tinta, aceite vegetal usado, cápsulas de café de aluminio o plástico, cintas de vídeo o audio, neumáticos pequeños, pilas, vidrios que no fueran envases, pequeños electrodomésticos, chatarra electrónica, móviles, baterías pequeñas, cargadores, envases vacíos contaminados, fluorescentes, lámparas de bajo consumo usadas, radiografías o agujas y objetos cortantes y hasta libros, con el fin de intercambiarlos.

La edil de Limpieza, Teresa Porras, ha dicho que esos ecopuntos en los distritos se están estudiando, porque la otra alternativa, los puntos limpios, al final se convierten en “pequeños vertederos”. Y ha sacado pecho de los avances de la ciudad en reciclaje, de forma que el de vidrio ha aumentado un 36 por ciento entre 2018 y 2019, el de envases un 16,34 por ciento y en papel se ha llegado a los 8.816 kilos el pasado ejercicio frente a los 6.800 de 2013.