­El mercado laboral de Málaga ha registrado en este recién concluido 2019 un nuevo récord de contratación y, como ya hizo en 2016, 2017 y 2018, ha rubricado cifras superiores a las registradas en los años anteriores a la crisis aunque con una calidad en los empleos creados aún menor a la del boom económico.

La provincia suscribió durante el ejercicio más de 829.000 contratos, una cifra que rebasa en un 2% a la de 2018 (813.500) y que supera ampliamente también a las registradas en 2006 (cerca de 720.000) y 2007 (alrededor de 690.000), que constituyeron la cúspide del periodo de bonanza antes del estallido de la recesión, según los datos del Observatorio Argos de la Junta de Andalucía. Eso sí, el ritmo de subida en la firma de contratos, al igual que otros parámetros laborales, se está desacelerando, ya que en años anteriores el incremento se movió entre el 4% y el 8%.

La generación de empleo de este 2019 queda un ejercicio más empañada por las altísimas tasas de temporalidad en los contratos (que ya de por sí eran altas en la época del boom), por una intensa rotación de trabajadores por los mismos puestos de trabajo y por un gran porcentaje de empleos por horas en detrimento de la jornada completa. La mejora general de la actividad y del consumo no parece haber sido suficiente para que las empresas se decidan a realizar incorporaciones más estables.

De hecho, la firma anual de contratos indefinidos ha bajado por primera vez en siete años: los 59.354 que se suscribieron en 2019 representan un descenso del 10,5% en relación al ejercicio precedente. También cae ligeramente el peso dentro del total. Así, tan sólo el 7,1% de los contratos realizados en Málaga tuvieron carácter fijo, un porcentaje inferior al 8,1% de 2018 pero superior a los de 2015 (5,9%), 2016 (6,4%) y 2017 (6,7%). En cualquier caso, las tasas siguen siendo exiguas. Hasta 2006, en pleno boom económico, entre el 10% y el 12% de las contrataciones llegaron a ser indefinidas, una tasa que año a año se fue reduciendo a raíz de la crisis.

El problema de la temporalidad en la provincia, muy dependiente de segmentos estacionales como el turismo, es tradicional pero, como denuncian los sindicatos, se agudizó con la recesión y la reforma laboral y no parece experimentar mejora, a pesar de la mejora de la economía.

El otro 92,8% de las contrataciones que se hicieron en Málaga el pasado año (unas 769.800, 3% más que en 2018) se repartió entre un numeroso ramillete de altas temporales y, en un gran porcentaje, bastante cortas. En el caso de los 417.700 contratos eventuales, por citar una de las modalidades más usadas por las empresas para cubrir necesidades puntuales de la producción, casi dos de cada tres de las realizadas en 2019 (un 64,5% exactamente) tuvieron una duración inicial inferior a un mes, cerca de diez puntos más que antes de la crisis, según los cálculos realizados en varias ocasiones por CCOO. El problema, según dicen también los sindicatos, es que en no pocas ocasiones las empresas usan un contrato temporal tras otro para cubrir lo que, en realidad, son puestos estructurales dentro de su negocio.

El propio presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, reconoció hace unos días que el actual escenario económico complica la creación de empleo estable. También ha asumido que, con la conformación del nuevo Gobierno, habrá que negociar en relación a la reforma laboral, aunque pide que los acuerdos sean «consensuados» porque así «durarán más y serán más potentes».

En cuanto a los sectores, el análisis de la contratación de 2019 revela que todos los sectores mejoran levemente a excepción del sector agrícola, que se queda prácticamente igual. Según las cifras de Argos, el grueso de las contrataciones en Málaga corresponde al sector servicios, que reúne a segmentos tan significativos como el turismo, la hostelería y el comercio. Este sector aumentó el pasado año casi un 2,3% sus cifras en Málaga y, con más de 616.000 contratos acapara casi el 75% de las incorporaciones.

La construcción también confirma su reactivación y acumula 76.600 contratos en 20199, con una subida del 2,2% sobre el año anterior. La industria, por su parte, suscribe más de 39.000, con un aumento del 1,1% mientras que la agricultura, con 97.200 contratos, baja en torno al 1%.