El mercado inmobiliario de Málaga sigue dando muestras síntomas de desaceleración tras unos años de intenso crecimiento. El ejercicio de 2019, a falta de los datos del mes de diciembre, perfila así lo que será casi con toda seguridad el primer retroceso en ventas desde el año 2012, que marcó el punto más crudo de una crisis que golpeó con enorme virulencia al sector. Según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la comercialización de inmuebles presentó hasta noviembre un descenso del 8,3% en relación al mismo periodo del año anterior, con 27.943 operaciones. El 2018 acabó en total con más de 32.600 compraventas, una cifra que al ritmo actual que está marcando el mercado (entre 2.000 y 2.500 transacciones al mes) resulta ya casi imposible de igualar.

El descenso de la actividad, que se repite tanto a nivel andaluz como nacional es achacable, por un lado, a un enfriamiento generalizado de la economía cada vez más palpable, vinculado tanto al contexto europeo e internacional como a una situación política de incertidumbre en el país que tampoco ha ayudado a potenciar la inversión de los particulares. Sin embargo, hay que tener en cuenta otro factor que ha podido desacelerar las ventas: la entrada en vigor de la nueva ley reguladora de los contratos de crédito inmobiliario a lo largo del verano (su primer día hábil fue el pasado lunes, 17 de junio), que provocó durante algunas fechas un parón en la firma de hipotecas en las notarías de Málaga debido, entre otras cuestiones, a la obligación que a partir de ahora tienen los bancos de entregar al cliente y a la notaría la documentación completa del préstamo y sus condiciones diez días antes de que se suscriba el mismo. Precisamente, la venta de viviendas en Málaga acumula ya cuatro meses a la baja desde agosto, cuando empezaron a contabilizarse las operaciones cuyas hipotecas se cerraron un mes antes.

En cualquier caso, el momento del sector sigue siendo bueno. La venta de viviendas cerrará presumiblemente 2019 por encima de las 30.000 unidades, lo que marcará el segundo o tercer registro más alto los últimos doce años. Para encontrar una cifra anual de operaciones superior hay que retroceder a 2007, el último año del boom inmobiliario, cuando en Málaga se vendieron 42.386 viviendas.

Además, el mercado inmobiliario de Málaga es el cuarto más potente de España en volumen de ventas hasta el mes de noviembre tras los de Madrid (66.156 viviendas), Barcelona (50.599) y Alicante (34.597), y por delante de Valencia (27.332).

Las ventas en la provincia continúan fundamentadas en los pisos de segunda mano (22.708 viviendas hasta noviembre), que suponen el 82,6% del total. Por contra, las de vivienda nueva (5.245, el 18,5% restante) siguen representando una tasa muy pequeña pese a que el sector, desde finales de 2014, ha iniciado la construcción de nuevas promociones de viviendas (sobre todo en la capital y en la Costa del Sol occidental). Ambos segmentos, tanto la vivienda nueva como la usada, presentan leves caídas respecto a 2018 del 14,7% y del 7,7% respectivamente.

En España, la compraventa de viviendas bajó hasta noviembre un 3,6% en relación al mismo periodo de 2018, hasta sumar 466.318 operaciones, según los datos del INE. La compraventa de viviendas encadena cuatro meses consecutivos de tasas interanuales negativas después de que en agosto de 2019 se desplomara un 21%, en septiembre un 12%, en octubre un 1,5% y en noviembre un 9,3%.

Los principales portales inmobiliarios aseguran que la Ley Hipotecaria sigue afectando a las principales estadísticas del sector.

El jefe de estudios de idealista, Fernando Encinar, afirmó que junto con la entrada en vigor de la Ley Hipotecaria, la incertidumbre política también ha lastrado el cierre de operaciones en los principales mercados, entre ellos Madrid, Cataluña, Baleares y Canarias, lo que va a hacer «prácticamente imposible» que en 2019 se igualen las compraventas firmadas en 2018.

Así, señaló que hay que ser conscientes de que existe «un techo natural» en el mercado que podría rondar las 530.000 o 560.000 viviendas, por lo que cree que el incremento para los próximos ejercicios será «moderado».

Por su parte, el director de estudios y formación de Fotocasa, Ismael Kardoudi, apuntó que los efectos de la Ley Hipotecaria son visibles en la estadística, aunque resaltó que la incertidumbre política de los últimos meses también ha podido afectar a la confianza del ciudadano para comprar una vivienda. Añadió que es optimista, porque España se encuentra con cifras cercanas a las 40.000 operaciones de compraventas, lo que muestra que «la actividad en el sector se va recuperando poco a poco sin grandes evoluciones».

Para Kardoudi, el mercado inmobiliario está dando claros signos de normalización y estabilización. De hecho, espera que 2019 cierre con más de 500.000 operaciones de compraventa. No obstante, Fotocasa insta a impulsar nuevas medidas. «Es urgente que el nuevo Gobierno apueste por el ladrillo y por dar estabilización con nuevas políticas de vivienda que den seguridad al ciudadano», aseguró.