Una conversación privada de alrededor de tres horas. Un año y tres días después de la fatal caída que propició la muerte de Julen. En ese encuentro que sirvió para dar por finalizados «muchos meses de distanciamiento» se cerró el acuerdo que evitaba el mediático juicio por el fallecimiento del pequeño. Fue el propio acusado, David Serrano, el encargado de mostrar su interés por volver a reencontrarse con los padres, José Roselló y Vicky García.

Hubo abrazos y a continuación entablaron una emotiva charla en la que no tardó en pedirles perdón por lo sucedido y en mostrar arrepentimiento, justo dos de los argumentos que ayer expuso el titular del Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga como atenuantes en su aceptación del acuerdo alcanzado entre ambas partes y ratificado por la Fiscalía.

«Estamos ante un final feliz dentro de la tragedia», relató a la salida de la Ciudad de la Justicia de Málaga el abogado de David Serrano, Antonio Flores. Tras constituirse la mesa, pasadas las diez y media de la mañana, el juez escuchaba a los letrados de la defensa y de la acusación, al fiscal y al propio acusado, encargado de reiterar su arrepentimiento en presencia de los progenitores de Julen.

A continuación, recordó que el propio David Serrano aceptaba en este acto una condena de un año de prisión por un delito de homicidio por «imprudencia grave». No obstante, la misma queda suspendida, aunque con condicionantes como la imposibilidad de cometer ningún delito durante los dos próximos años o la obligación de comunicar a los tribunales cualquier cambio de domicilio. También deberá comunicar, periódicamente, cada tres meses, si su situación económica ha mejorado.

Indemnización millonaria

Asimismo se establece que deberá indemnizar a los padres con un total de casi 90.000 euros para cada uno, es decir, alrededor de 180.000 euros. En este caso se acordó también un pago inicial, transferido el pasado lunes, de 25.000 euros. El resto, a razón de 50 euros mensuales, van a ser abonados por Serrano «hasta que mejore su situación económica».

Sobre este punto, el abogado de la defensa informó posteriormente de que los citados 25.000 euros fueron aportados por «un cliente del despacho de abogados, un empresario que ha sufrido en su vida y que al conocer el caso, sabiendo que se iba a producir una pena privativa de libertad, decidió evitar que la justicia cometiese una injusticia».

Pero la condena añade además una indemnización por el coste del rescate, derivada de la responsabilidad civil, que asciende a la cantidad de unos 664.000 euros. «Ni en varias vidas lo podría pagar», reconoció el letrado de Serrano. El propietario de la finca donde se hallaba el pozo por el que cayó Julen no ocultó tras confirmarse la no celebración del juicio que se quitaba un peso de encima «muy grande».

«La condena la voy a llevar de por vida, no es lo que haya dicho el juez. Pero intentaré afrontar lo sucedido de la mejor forma posible, siempre llevándolo a la espalda porque no es fácil. Es el motivo por el que pido un poco de respeto, por favor, porque estoy en una situación...», especificó nada más salir de los juzgados.

Sin poder conciliar el sueño

Acerca de su perdón, reiteró lo expuesto minutos antes en presencia de los propios padres y del juez, acerca de que no era su intención que aquel día de campo terminase en tan terrible tragedia: «Esto siempre arrancando desde que fue todo un accidente, tampoco las partes no han estado muy alejadas, yo nunca he querido que a ese niño le pasara nada. Muchas gracias a todos. Quedémonos con esto».

Sus letrados reconocieron que el último año ha sido «un trance» para él. «Es un alivio enorme cerrar este capítulo de su vida porque ha tenido muchas dificultades para conciliar el sueño durante este año y es algo lógico después de todo lo sucedido», matizaron. Acerca de la indemnización a la Junta, aunque son conscientes de que podría de oficio intentar cobrar el coste del rescate, «no tiene sentido invertir recursos sobre algo que no se va a conseguir». Así confían en que pasados unos años pueda caducar la petición de la administración autonómica, en relación a tan significativo importe.

Últimas palabras en la vista

En sede judicial quedó subrayado el reconocimiento tardío de los hechos por parte de Serrano y también sus propias palabras, las que sirvieron para evitar la exposición mediática ante casi un centenar de periodistas llegados incluso desde fuera de España. De hecho, la vista oral casi concluyó con la siguiente frase del acusado: «Quiero pedirle a los padres perdón por el daño ocasionado».

Justo después, el propio Serrano procedía a firmar su condena y a dar por finalizada la vista ante el juez. No había transcurrido ni siquiera una hora completa desde las diez de la mañana, momento en el que todos estaban citados.