Afaf Zejli, participante del programa Univergem y estudiante de Administración y Dirección de Empresas (ADE), describe su paso por este programa como «una experiencia muy enriquecedora» y cuenta que se sintió muy satisfecha tanto por todas las actividades realizadas como por los conocimientos adquiridos. «Hemos hecho muchos cursos, test de idiomas; nos han ido analizado una a una el nivel de liderazgo que tenemos, si eramos mujeres que suelen llevar al grupo, nuestro nivel de participación», detalla.

El objetivo del programa es hacer reflexionar a las mujeres participantes sobre sus propias competencias. «Nos hace pensar hacia dónde queremos ir», recalca esta participante.

Zejli destaca las reuniones con mujeres emprendedoras de éxito que les explicaron su experiencia. Desde como comenzaron, las dificultades que habían tenido o como habían ido desarrollando sus proyectos. «Esto te va enriqueciendo porque en general casi todas tenemos idea de emprender», afirma.

Otro de los aspectos positivos que esta alumna destaca del Programa Univergem es el carácter multidisciplinar del grupo, con mujeres con estudios en ADE, ingenieras, con másteres, mujeres con ilusión de emprender. «Y todas aprendíamos de todas», subraya.

Asimismo, asegura que el programa ha cambiado su forma de pensar. «Te aclara tus ideas, te animan mucho y sales con mucha fuerza para comerte el mundo». Sin embargo, puntualiza que «todavía queda mucho camino por recorrer».

Afaf Zejli pone sobre la mesa su situación personal y las barreras que se ve obligada a superar como mujer y extranjera -es de origen marroquí-. Lleva dos años en paro, habla cuatro idiomas y ha llegado a pensar en quitar su género del currículum para que solo vean su trayectoria profesional. «Cuando llegas a pensar en esto, es que algo no va bien», añade. Además, hace hincapié en las preguntas incómodas que ha tenido que soportar en entrevistas de trabajo. Preguntas que se convierten en barreras invisibles. «A un hombre no se le pregunta si quiere ser padre pronto, ni tampoco preguntas sobre su vida personal; a las mujeres sí, y esto no es justo», se lamenta.

Por otro lado, destaca que Univergem le ha ayudado a tomar conciencia y, ahora, «cada vez que hago una entrevista, yo comento que he estado en Univergem».

Otro problema que tampoco se puede olvidar es la sexualización que se le da al papel de la mujer en numerosos ámbitos profesionales. «Con nosotras el físico sí importa». O todo lo contrario, que simplemente se vea el rol de mujer 'doméstica', que cuida de sus hijos; y en un segundo plano, a la mujer trabajadora y emprendedora.

Afaf Zejli explica su situación personal: «Yo no estoy pensando en tener hijos porque ni el sueldo me llega, ni mi marido tiene trabajo». Además, reflexiona sobre la idea de por qué estos debates solo se los tienen que plantear las mujeres. «Nos hacen elegir», dice.

Así, María Ángeles Valverde, jefa de Sección del Servicio de Empleabilidad y Emprendimiento de la UMA, destaca que la igualdad comienza con la educación por parte de los padres. «No tiene que haber diferencias desde niños, hay que fomentar la igualdad desde casa, ahí está el germen de todo». «Desde pequeñas nos inculcan esas ideas y nosotras mismas nos las creemos», añade la participante en Univergem.

Desde una óptica positiva, recalca que cada vez hay más empresas que van dando pinceladas respecto a la integración laboral de las mujeres, aunque «todavía no es suficiente». Por eso, en su opinión hay que intentar dar voz a estas empresas para que así las demás vayan aprendiendo. Es el caso de la firma en la que ella trabaja ahora, una empresa de moda íntima en la que el 65% de las trabajadoras son mujeres. «Es algo que me gustó porque siento que nos apoyan», dice.

Afaf Zejli anima a las mujeres a participar en el Programa Univergem. «Se aprende mucho, se conoce a mucha gente, y con algunos todavía tenemos contacto». Así, destaca lo más importante y esencial de la experiencia: «De aquí sales creyendo que puedes hacer cualquier cosa que te propongas», asegura.