Retomar la dieta mediterránea que sí practicaban nuestros abuelos, incorporar el deporte en nuestra agenda y tener en cuenta algunos hábitos como tomar el sol diez minutos, dormir entre 7 y 9 horas, meditar o no fumar son algunas de las pautas que están en nuestra mano para tener una vida saludable según la médica de familia y divulgadora Odile Fernández.

En el foro «Alimentación y vida saludable para la prevención de enfermedades», organizado por La Opinión de Málaga, Prensa Ibérica y Grupo Zeta, en colaboración con Obra Social La Caixa, esta divulgadora expuso las claves sobre qué papel juega lo que comemos en nuestra salud y cómo podemos revertir la situación. Y es que Odile es un halo de esperanza para muchos ya que hace diez años que se enfrentó a un diagnóstico de cáncer de ovario con metástasis que superó y en el que aseguró que la alimentación jugó un papel vital.

Desde entonces, parte de su vida está enfocada a escribir e impartir charlas sobre la conexión entre alimentación y salud. «Tenemos una dieta con alta carga glucémica», esta fue algunas de las afirmaciones que hizo en su ponencia ante una sala llena en el Instituto de Estudios Portuarios del puerto de Málaga. Los azúcares están en nuestra comida diaria y sus efectos están ligados a la inflamación crónica como consecuencia de la segregación de insulina, la necesidad de reducir el consumo y tomar la cantidad estipulada se convierte en un requisito indispensable para cuidar nuestra salud. Según Odile Fernández, se recomienda que un niño no supere los 17 gramos al día. El equivalente a cuatro terrones que en España se dispara hasta 35 en el consumo diario medio de esta población; hasta 32 kilos de azúcar al año.

La reducción y eliminación de productos con azúcar junto con la comida ultraprocesada y bebidas azucaradas hace que tengamos gran parte del camino hacia una dieta saludable ya hecho. «El café sí se puede tomar siempre que sea 100% arábica y tueste natural, hecho en una cafetera que no tenga plástico y sin azúcar. El té también es siempre bienvenido», explicó la divulgadora.

La vuelta a la dieta mediterránea, procedente de Creta (Grecia) y establecida como modelo habitual hasta los años 60, momento en el que se inician los cambios de hábitos, es la clave para mejorar nuestra salud. Reduce en un 57 por ciento el cáncer de endometrio, entre un 30 y 60 por ciento el cáncer de mama, en un 30 por ciento las enfermedades cardiovasculares y evita en un 33 por ciento de casos la muerte súbita. Para ello la divulgadora invita a que el plato se divida con medio plato con vegetales y frutas y el resto con cereales integrales y proteínas saludables.

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Foro 'Alimentación y vida saludable para la prevención de enfermedades'

La pirámide de la vida

Hacer ejercicio, movernos, comer sentados y beber agua están en la base de la pirámide que esta experta mostró ante los asistentes, seguido de las frutas y verduras. «Se recomienda unos 800 gramos al día pero debe ser colorida», apuntó. Le siguen los cereales integrales y el conocido aceite de oliva virgen extra. «Las aceitunas aliñadas de siempre tienen un gran efecto probiótico», matizó, a lo que sumó que el ajo y la cebolla son dos hortalizas que deben estar inmersas en nuestra dieta diaria.

Los lácteos son alguno de los productos que han perdido protagonismo en los últimos años. El yogur y el queso es mejor que la leche (está asociado a un mayor riesgo de cáncer de próstata y ovario) y hasta un huevo al día está dentro de lo recomendado. En cuanto a las legumbres, aseguró que es bueno el consumo tres veces a la semana y el pescado, mejor azul que cualquier otro. En cuanto a la carne, si es blanca mejor (pollo, conejo, pavo). La carne roja, embutidos, alcohol y bollería deben consumirse de manera mínima.

A la pirámide alimentaria que expuso sumó la ingesta de 30 gramos al día de frutos secos, que reducen el riesgo de cáncer y mejoran el nivel arterial, o cambiar algunos aspectos del desayuno. Sustituir el tradicional vaso de leche con galletas o bollería por avena, fruta con yogur sin azúcar, pan integral con aceite de oliva virgen extra o aguacate, o huevos revueltos, son algunas de las opciones que ofreció para aquellos que aún tienen mejorar el desayuno como una asignatura pendiente.

Sol y amistad

A la incorporación del ejercicio y la vuelta real a la dieta mediterránea, la divulgadora apuntó a otros hábitos que nos ayudan a gozar de buena salud como tomar el sol entre 10 y 20 minutos a diario ya que es la principal fuente de vitamina D o rodearnos de buenos amigos; crear un núcleo con el que compartir nuestras vivencias. Una idea que tiene su origen en Okinawa, la ciudad de Japón que tiene la edad media más elevada del mundo, con 110 años, y donde crean desde que son pequeños lo que se conoce como «moáis», un grupo de personas con intereses diferentes que se acompañan durante toda su trayectoria. «No es igual afrontar la enfermedad y la vida solo que acompañado», sentenció.