Antonio Manzano, cordobés afincado en Málaga desde 1973, confiesa que estuvo «veinte o veinticinco años» alejado de la Iglesia, hasta que, hace cosa de una década, acompañó a su mujer a Fátima y allí, «noté algo». A partir de esa visita, volvió a interesarse por sus creencias, y hasta se vinculó con la naciente Hermandad de Fátima de Málaga capital.

Fue en una ocasión, mientras conducía y escuchaba Radio María, que escuchó a un sacerdote que le marcó. «Quise saber quién era ese hombre, porque había tenido una incidencia importante en mi vida; contacté con él por correo electrónico y me contestó a las dos horas, me pidió que le organizara una conferencia en Málaga».

Así conoció al sacerdote jesuita Jorge Loring Miró ( Barcelona, 1921- Málaga, 2013), bisnieto de los dueños de La Concepción, Jorge Loring y Amalia Heredia y por entonces, residente en Cádiz.

Antonio, con la colaboración de la Hermanad de Fátima, pudo organizar dos conferencias en Málaga para que el padre Loring pudiera hablar de dos de sus mayores especialidades, la Sábana Santa de Turin y la Virgen de Guadalupe.

De paso, tuvo la oportunidad de conocer a un jesuita «humilde» pero al mismo tiempo «un hombre de fuerza», además de un incansable viajero, recuerda. Su amistad le permitió también hacerle cumplir al sacerdote un sueño largamente deseado: localizar la tumba de su padre, el ingeniero malagueño y pionero de la aviación Jorge Loring Martínez, que se encontraba en el Cementerio de San Miguel.

Asesinado durante la Guerra Civil, el padre Loring no había dado nunca con la tumba de su padre. Gracias a Antonio, pudo localizarla en el panteón de los Heredia, en el cementerio de San Miguel entonces sin restaurar, muy abandonado.

«Salté una valla, y empecé a leerle las lápidas al padre Loring, que se quedó fuera, a unos metros; cuando leí 'Jorge Loring Martínez' dijo: 'Ese es mi padre', y pese a los años que tenía saltó la valla y pudo rezarle a su padre», cuenta Antonio.

Propuesta de beatificación

Antonio Manzano ha sido además la persona elegida en Málaga por un grupo de personas de Cádiz, con Román Martínez del Cerro a la cabeza, para dar a conocer en nuestra ciudad su iniciativa: Poner en marcha la beatificación del padre Jorge Loring Miró. La propuesta, de momento, no ha recibido el visto bueno de la diócesis gaditana, pero Antonio Manzano no pierde la esperanza: «Estoy convencido de que será posible gracias a los miles de lectores que tiene y los que consiguió a través de internet».

Porque como destaca el cordobés, el padre Loring es autor de un libro como 'Para salvarte. Enciclopedia católica del siglo XXI' que ha vendido un millón y medio de ejemplares. Además, de la Sábana Santa de Turín llegó a impartir más de dos mil conferencias, buena parte de ellas por España y toda América.

Por otra parte, Antonio Manzano quiere subrayar la faceta del sacerdote de «apóstol de internet», por su labor divulgadora de la religión católica en la red, una tarea en la que se volcó, casi desde la popularización de internet en los años 90.

«Ha sido un hombre que ha trasmitido a miles de personas la palabra de Dios, un evangelizador de primer nivel, creo que ese es su gran mérito», recalca, y explica que se reunirá con la Hermandad de Fátima para explicarles esta propuesta.

El cordobés comparte una anécdota que le ocurrió la primera vez que vio al padre Loring, en el Puerto de Santa María. Al parecer, acudió con el hermano mayor de Fátima en Málaga, fueron a comer a un restaurante y el camarero derramó buena parte de una sopa que estaba hirviendo sobre la cabeza del hermano mayor. «Y entonces el padre Loring le dijo, 'no te preocupes', no te va a pasar nada', y no se quemó».

En junio de 2012, año y medio antes de su muerte, el padre Loring habló con esta sección a su llegada la estación María Zambrano, poco antes de impartir una conferencia. En los días posteriores, por cierto, había ofrecido 57 charlas en los Estados Unidos.

Una vida con vocación

Como recordaba, había nacido en 1921 en Barcelona, la tierra de su madre, Montserrat Miró. Jorge era el mayor de ocho hermanos, siete de los cuales terminaron profesando como religiosos.

Su padre, por cierto, llegó a contar con su propia fábrica de aviones en Madrid e ideó el modelo Loring R-III, que participó en la Guerra de Melilla. Además, creo una línea de zepelines para unir Sevilla con Buenos Aires y a él se debe el primer puente aéreo entre Madrid y Barcelona.

Al morir asesinado, el futuro sacerdote, que tenía 14 años, marchó a Málaga a estudiar los dos últimos años de bachillerato en el Colegio San Estanislao. Fue precisamente a unos kilómetros, a raíz de unos ejercicios espirituales en Torremolinos, que Jorge Loring Miró decidió hacerse jesuita. En 1954, a los 33 años, fue ordenado sacerdote.

En esos inicios de la vida religiosa ya tuvo que enfrentarse a la experiencia de dirigirse a una audiencia amplia, cuando fue enviado a un cuartel a hablar ante medio centenar de soldados.

En los comienzos, dio charlas a presos y comenzó a fraguar su catecismo 'Para salvarte', una obra que siempre tuvo el empeño de traducir al chino. En Cádiz, provincia a la que estuvo muy ligada, fue durante un cuarto de siglo padre espiritual de cinco grandes fábricas, a las que se desplazaba en moto a lo largo de la Bahía. De este papel de padre espiritual confesaba en 2012 a este diario: «Los comienzos fueron muy duros, encontré un rechazo general pero me fui ganando a los obreros poco a poco».

En ese empeño, empezó a impartir conferencias mensuales a los trabajadores. Una de ellas, en 1960, fue la Sábana Santa de Turín. De ella habló por vez primera a los obreros de los Astilleros Españoles de Cádiz. «Estaba en primera fila manejando el proyector y pensé, 'parece que estoy solo, tengo detrás a cuatro mil hombres y no se oye una tos'», recordaba a este diario.

Con la Sábana Santa terminaría siendo uno de los grandes expertos mundiales y estuvo en contacto con muchos de los científicos que la estudiaron. De su autoría son dos libros sobre el lienzo que, asegura la tradición, cubrió el cuerpo muerto de Jesús. Al jesuita no le cupo nunca duda alguna de que así fue y siempre descartó la prueba del carbono 14 practicada en 1988 que la situaba en la Edad Media.

A este respecto, el padre Loring argumentaba que 27 trabajos de investigación presentados en un congreso posterior en Cagliari la habían desautorizado. «El rostro de la Sábana Santa está deformado por los golpes pero sin duda es el rostro de Jesús», recalcaba.

El padre Jorge Loring falleció en Málaga el día de Navidad de 2013. Tenía 92 años.