La Asociación de Vecinos Huerta La Palma ha denunciado la inseguridad en el distrito de La Palma-Palmilla y reclamado medidas urgentes, después de la muerte el pasado 5 de febrero de un vecino de 74 años de la calle Ebro, por el impacto de una bala perdida procedente de un tiroteo.

Francisco Aguado, que preside la asociación de vecinos desde 2001, recordó que la queja por inseguridad es una crítica que el colectivo mantiene desde hace lustros, por lo que reclamó más dotaciones de Policía Local y Nacional. «Una comisaría de Policía Nacional para la zona norte, que abarca diez barriadas no es suficiente; es comprensible que lleguen hasta donde pueden llegar, hace falta más personal y medios», subrayó.

«Algunos se quejan de que pidamos esto pero cuanto más refuerzo policial en la zona más seguridad hay», añadió.

El presidente vecinal negó que la muerte del vecino que se asomó a la ventana y recibió la bala perdida deba verse como un incidente aislado. «No es un hecho puntual, lo achacan a rencillas personales de clanes, pero lo grande de todo esto es cómo ha aparecido un kalashnikov en un barrio como este; no son armas habituales que se puedan comprar en cualquier lado».

Además, recordó el caso hace unos años de otra vecina que al bajar del autobús y entrar en su portal, murió también por otra bala perdida.

«Hay dos o tres clanes en el distrito pero son una minoría; el 90 ciento de La Palma Palmilla, por dar una cifra, es gente normal y corriente, humilde y trabajadora, pero es ese 10 por ciento, muy potente, el que domina todo el cotarro».

Como ya aseguró el pasado octubre la asociación vecinal de 'Palma-Palmilla. Un nuevo futuro', Francisco Aguado considera que en el distrito ha habido un cambio en los delitos y en su día el negocio de la droga descendió al tiempo que subió la venta y alquiler ilegal de pisos. «Había personas que se dedicaban exclusivamente a eso; pegaban una patada a la puerta y alquilaban o vendían bajo cuerda», aunque precisó que en la actualidad, «se da bastante menos». En todo caso, sí consideró que los clanes siguen con sus negocios «y las rencillas entre ellos están a la orden del día».

Por todo ello, el presidente vecinal pidió «un esfuerzo», tanto al Ministerio del Interior como a la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, «porque los patriarcas de los clanes pueden mediar, pero eso puede durar unas semanas, unos meses o un año y luego vuelve a ocurrir una situación como esta y los vecinos estamos hartos».

Más atención social

Además, para Aguado La Palma-Palmilla no es marginal, «son más bien barriadas marginadas institucionalmente», destacó, y achacó el abandono de muchos años tanto a la Junta de Andalucía como al Ayuntamiento.

De esta última administración aseguró que «poner más zonas verdes, reforzar el mobiliario urbano o hacer una pequeña obra en el distrito no quiere decir que las necesidades estén cubiertas». A este respecto demandó sobre todo más atención social a los vecinos porque a su juicio, «hay servicios sociales pero una gran parte de la población de La Palma-Palmilla no tiene recursos suficientes y es algo que se viene arrastrando desde hace décadas. Se da por hecho el asfaltado o el acerado pero también hay que ver cómo es la situación de los vecinos, que sufren en sus propias carnes lo que está ocurriendo».