Esta bodeguilla política es incapaz de obviar los aires del mejor ba-lon-ces-to que han soplado durante los últimos días a la altura de la vieja Malaka. Si en lugar de una parcela de papel en un periódico esto fuese un bar típico de Los Montes malagueños, tengan por seguro que, en su televisor y su decoración, el deporte de la canasta mandaría sobre el presuntuoso fútbol. De ahí viene, por ejemplo, el homenaje que le rendimos a su argot en el titular de hoy, aunque no tiene nada que ver con el despertar del Unicaja Baloncesto que tan feliz ha hecho a esta ‘isla’ mediterránea bajo la fiebre del fin de semana y la vorágine añadida que ha traído, en su ecuador, ‘febrerillo, el loco’. Igual, hasta nos ha dado por hacer este guiño porque el básquet le gusta mucho -además de al supremo Pedro ‘raza blanca tirador’ Sánchez- al mismísimo vicepresidente morado del Gobierno, Pablo Iglesias. El cisma andaluz que ha agitado a Podemos conlleva un panorama de Montoyas y Tarantos a nivel interno y en las confluencias al que tampoco está ajeno IU.

Asistimos a ese momento previo al cambio de aires en un partido en el que se dan todo tipo de reacciones. Existen quienes se ponen nervioso a la más mínima y quieren controlar todos los detalles; quienes se mantienen fieles a sus ideas y son coherentes aunque conlleve apostar a caballo perdedor; y quienes poco a poco se van orientando hacia la corriente a la que le presumen más rentabilidad o, incluso, no tienen problemas a la hora de cambiarse de bando y someterse a una metamorfosis sobre la bocina. En este caso, las fechas anunciadas para los respectivos desenlaces son mayo, pues entonces se ejecutará el relevo a nivel regional, y junio, que es el mes previsto para el reparto del poder en la provincia de Málaga.

Desde ahora hasta entonces, habrá que ver quién más, aparte del coordinador provincial morado, Alejandro Serrato, sigue desde la geografía malagueña a Teresa Rodríguez en su creación de «un sujeto político propio andaluz». Y, a su vez, también se irá esclareciendo quién gana peso en la nueva dirección entre los denominados ‘pablistas’.

¿La gente de Teresa?

Lo previsible es que con Teresa Rodriguez permanezcan aquellos sectores del partido más cercanos tanto al Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), del que procede por ejemplo el arriateño Serrato, como al nacionalismo andaluz. En este último segmento encaja, por poner un caso, el perfil de la edil mijeña de Podemos Remedios Leiva, que proviene de Nación Andaluza. Y, al mismo tiempo, hay muchas miradas puestas en el camino que seguirá la parlamentaria andaluza Vanessa García, andalucista convencida aunque vinculada a entornos de la capital malagueña que han terminando apoyando al ‘pablismo’, como el que representa La Nave.

Otros integrantes cercanos al ‘teresismo’ de Anticapitalistas podrían ser el exerrejonista torremolinense Rafael Herrero, quien se convirtió en responsable provincial de Organización en sintonía con Serrato, y la diputada provincial Maribel González. En esta última se encarna la llamativa situación que se dará, a partir de ahora, en la corporación de la Diputación Provincial. Precisamente, en el ente supramunicipal, el grupo de Adelante lo integran dos diputadas que se corresponden con sendas ediles de Alhaurín el Grande. De ellas, una pertenece a IU y ejerce como portavoz, Teresa Sánchez, y la otra es la citada Maribel González, a quien se le sitúa cerca de Teresa Rodríguez.

La convivencia entre IU y Podemos en Andalucía, precisamente en lo que a los ‘teresistas’ respecta, no vive sus instantes más pacíficos. Aunque Rodríguez prometió lealtad en la confluencia, el coordinador regional de IU, el malagueño de adopción Toni Valero, ya ha proclamado que «IU es imprescindible» y que Adelante «o es de todos o no es de nadie».

El poder en el horizonte

Si se parte de la base de que Pablo Iglesias aspiraba al relevo de una gaditana por otra en la dirección andaluza para encumbrar a la periodista Noelia Vera -ahora escudera de Irene Montero en el Ministerio de Igualdad-, de la mayoría de ‘pablistas’ malagueños saldrán los aspirantes a copar las principales responsabilidades en todo lo concerniente a Podemos en esta provincia.

Desde que en marzo de 2019 dimitió el entonces errejonista Alberto Montero como secretario general de Málaga capital, ha ostentado bastante poder el concejal y responsable de Organización en la ciudad Nicolás Sguiglia, quien abandonó Izquierda Unida a finales de 2014. A la vez que ha ido ganando peso coincidiendo con la etapa de Rodríguez en el liderazgo andaluz, Sguiglia puede salir fortalecido cuando Iglesias controle esta comunidad. Quien también ha tenido protagonismo ha sido su compañera como edil en el Ayuntamiento de Málaga, Paqui Macías, llamada a suplir en 2021 a Eduardo Zorrilla (IU) en la portavocía municipal de Adelante.

Y el nombre de otro ‘pablista’ a destacar es el del bombero municipal Juan Ramón González Triguero, que forma parte junto a otros compañeros vinculados a conflictos sociales y laborales de ‘No + Precariedad’. Precisamente, él fue como número 3 el primer candidato morado en las listas al Congreso de los Diputados que copó IU con Alberto Garzón y Eva García Sempere.

Tampoco se debe perder de vista la posibilidad de que irrumpan en la primera línea exponentes que, por una circunstancia u otra, no están tan activos como en otros momentos. Aquí entra el nombre de Juanjo Espinosa, perteneciente a La Nave. Y, sobre todo, el de la número 4 en las últimas listas al Congreso Isabel Reyes, quien desde Estepona se enmarca en la corriente de la Costa del Sol que históricamente apoya a Iglesias.