El número de trabajadores autónomos no deja de aumentar en estos últimos años, una dinámica en la que sigue influyendo bastante la gran cantidad de desempleados que, tras perder su trabajo como asalariados, optan por pedir el cobro del pago único para iniciar una actividad laboral propia, a la vista de las dificultades para volver a encontrar un trabajo por cuenta ajena. Alrededor de 21.000 parados de la provincia han cursado esta petición ante el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) desde el año 2008, la inmensa mayoría (nueve de cada diez casos) para ejercer como trabajadores autónomos. El resto de las solicitudes eran para formar parte de una cooperativa, sociedad laboral o entidad mercantil. El 85% de las peticiones, más de 18.000, fueron concedidas al cumplir los solicitantes con los requisitos estipulados para ello.

Concretamente, el pasado año 2019 se contabilizaron en el SEPE más de un millar de solicitudes en la provincia, a un ritmo de entre 80 y 100 al mes. Las cifras están ya por debajo de los máximos de 2013 cuando, coincidiendo con los niveles más altos de paro registrados en Málaga durante la crisis, casi 200 parados reclamaban cada mes la capitalización de sus prestaciones. No obstante, y teniendo en cuenta que ahora hay 154.000 desempleados en la provincia mientras que durante la mayor parte de 2013 se superaron los 200.000, se percibe que el recurso al autoempleo continúa siendo una de las principales salidas que se plantean quienes pierden su trabajo.

Desde septiembre de 2015, la reforma de la Ley de Fomento del Trabajo Autónomo y de la Economía Social reconoce a todos los parados la posibilidad de capitalizar toda la prestación para iniciar una actividad emprendedora. Hasta ese momento, el 100% estaba reservado a jóvenes y el resto sólo podía acceder al 60%. La prestación se puede usar de tres formas: capitalizando el 100% en un único pago, capitalizando sólo una parte y usando el resto para el abono de cuotas a la Seguridad Social, o bien destinando el total de la prestación al abono de las cuotas.

Toda esto viene contribuyendo en parte a la sustancial subida que viene mostrando en los últimos años la cifra de afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Actualmente hay en torno a 119.300 trabajadores por cuenta propia en Málaga, casi 25.000 más que a finales de 2011. La provincia ha superado ya de largo los máximos históricos de antes de la crisis (en 2007 había unos 105.000). Por sectores, el comercio es la actividad que aglutina más autónomos en Málaga (más de 38.800), seguido de hostelería (14.285) y construcción (13.600).

En lo que se refiere a edad, la federación de trabajadores autónomos ATA ha explicado en varias ocasiones que en España son las personas de más de 45 años que caen al desempleo los que más complicado lo tienen para encontrar un nuevo trabajo. «Los mayores han encontrado en el autoempleo una solución ante la dificultad de encontrar un trabajo por cuenta ajena del que les expulsó la crisis», han subrayado en sucesivos momentos.

Los sindicatos CCOO y UGT, por su parte, vienen opinando que toda esta dinámica de aumento de trabajadores por cuenta propia no es totalmente positiva, ya que sospechan que en este continuado incremento pesa mucho la figura del «falso autónomo», personas que en realidad trabajan para una sola empresa pero que son obligadas por ellas a trabajarles de forma externa.

Emprendimiento

Que escapar del paro es la principal causa que lleva a alguien a tratar de poner su propio negocio se refleja también en los datos de emprendedores. El Termómetro del Emprendimiento presentado hace unos meses por el Instituto Municipal para el Fomento del Empleo (IMFE) y la Asociación de Jóvenes Empresarios de Málaga (AJE) refleja que la mitad de las personas que planean montar una empresa en Málaga está en el paro. «No es el mejor arranque porque se parte de la necesidad, ser emprendedor no es nada sencillo y el índice de mortalidad empresarial es alto. Sin embargo, cuando se ve prácticamente imposible conseguir un trabajo por cuenta ajena es una de las opciones más demandadas, tanto en los años de la crisis como ahora», detallaba la AJE.

El 49,7% de los hombres y el 49,2% de las mujeres que acudieron en el primer semestre de 2019 a las oficinas de IMFE o de la AJE para recibir asesoramiento estaban en el desempleo, según el último Termómetro. El paro es así la principal situación laboral de los emprendedores, seguida de empresarios que quieren acometer nuevos proyectos, trabajadores que se quieren lanzar a esta aventura y estudiantes.