Atajate, con 169 habitantes. es el municipio menos poblado de Málaga y desde finales del pasado año doscientas casas del municipio cuentan con placas de cerámica en las que figuran los nombres y apodos de las mujeres que viven o han vivido en la localidad, escogidas por sus familias.

Se trata de una iniciativa del Ayuntamiento para hacer "un homenaje a la mujer rural porque sufren una doble discriminación por serlo, así que cada placa encierra parte del pasado y anécdotas vivas de estas mujeres", ha explicado a Efe la responsable del Plan de Dinamización de Atajate, Lorena Peña.

Algunas han escogido su profesión, como es el caso de María Carrasco, "María la telefonista", que era la única mujer que en los años cincuenta pasaba las llamadas que llegaban al único teléfono con que contaba el pueblo; o "Maruchi Rubiales", que al no haber ido al colegio como sus hermanos era incapaz de leer las cartas que le mandaban sus pretendientes.

En un municipio en el que el 54 por ciento de la población supera los 65 años, Carmen Sánchez, de 39 años y propietaria del Restaurante Audalázar desde hace 17 años, también disfruta de su placa: "Carmen la de La Parada".

La placa se ubica en un local de Sánchez donde hay un botiquín de farmacia que hace unos años era un bar llamado La Parada que era de su abuelo; luego se encargó su padre de él, y ella y sus cinco hermanos han trabajado en algún momento en el establecimiento, ha explicado.

Carmen Sánchez cuenta que su madre también tiene una placa con su nombre, "Patrocinio", y recuerda que cuando su padre tenía que dejar el bar para trabajar en la obra o en el campo, ella lo sustituía al frente del local y compaginaba el trabajo con las labores del hogar.

Juani Guerrero, de 57 años, es hija de Antonia Del Río o "Antonia Gargo", un mote que le pusieron porque cuando consiguió decir sus primeras palabras, ya con 13 años, su padre salió corriendo a anunciar a sus vecinos que su hija había dicho "algo", y ese algo derivó en "Gargo".

La iniciativa de las placas le pareció "muy bien" porque su madre "luchó muchísimo por criar a sus hijos" mientras su padre trabajaba en el campo.

A la hora de hablar de su madre, que ya falleció hace años, Juani destaca que era "muy cariñosa pero tenía mucho genio", y valora la buena educación que recibió de sus padres, que le inculcaron la costumbre de lavarse las manos antes de comer, y que "jamás se decían palabrotas" en casa.