Alguna vez esta sección ha tomado prestado el nombre del trepidante Rally de los Mil Lagos, actual Rally de Finlandia, para hablar del barrio de los mil solares, referido a la Trinidad.

Ciertamente, no son mil los solares que jalonan este barrio histórico, de higos a brevas 'fusionado' por nuestro Consistorio para formar el ente abstracto Trinidad-Perchel, desprovisto de artículos y a la postre, de personalidad.

Y en efecto, no son mil pero sí que a la Asociación de Vecinos de La Trinidad su abundancia le ha parecido siempre excesiva y nunca ha entendido la manga ancha que el Ayuntamiento ha tenido con el asunto.

Nos referimos a algunos solares con espolones que merecerían algún tipo de placa conmemorativa o musealización con visitas guiadas, no vayan a ser contemporáneos del campamento de Isabel la Católica, origen de la Trinidad.

La cuestión es que el Ayuntamiento cuenta con un registro de solares y edificaciones ruinosas con vistas a penalizar las parcelas que más tiempo llevan en barbecho y evitar que se eternicen.

Como explicaba ayer nuestro compañero José Antonio Sau en este diario, la nueva ordenanza que regula el registro permite, si se cumplen unos requisitos, la venta forzosa o salida a subasta de los solares y edificaciones abandonados más tiempo de lo normal, y recordemos que algunos de ellos llevan en el registro municipal 20 años.

Al firmante le consta el interés del actual concejal de Urbanismo, Raúl López, por atajar este problema,que se constatará hoy con la inclusión en el registro -hasta ahora demasiado ceñido al Centro Histórico- de varias parcelas de la Trinidad.

No es por dar pistas pero desde hace demasiados años, asomado al río y muy cerca de la Peña Trinitaria, se encuentra un solar-aparcamiento, resultado de la unión de varias parcelas, aderezado de postes con cables selváticos, con el agravante de que las paredes medianeras se encuentran cubiertas de poliuretano, una capa ocre muy característica de muchos solares de Málaga que se aplica como aislante térmico de las edificaciones vecinas, pero que tiene la enorme pega de que es inflamable. En 2001 comenzó a formarse este solar, así que hagan la cuenta.

Otro que canta demasiado es el que reina en plena calle Trinidad frente a la iglesia de San Pablo y que tiene una antigüedad de más de once años. La buena noticia es que en esta enorme parcela-aparcamiento va a comenzar a construirse en el extremo más próximo a la calle Juan de Austria. Ya se ven las clásicas banderolas que lo anuncian.

Hay que felicitar a la Gerencia de Urbanismo por empezar a atajar en serio el paisaje 'lunar' trinitario que si no está formado por mil solares, sí que cuenta con un importante número de 'cráteres' urbanísticos.