La Asociación de Vecinos de Monte Dorado ha vuelto a denunciar la falta de seguridad para los peatones en el Camino del Colmenar (A-7000), la vía principal de acceso a la barriada, por la falta generalizada de aceras, lo que les obliga a arriesgar la vida y andar por el arcén y en algún momento a hacerlo por la propia carretera.

Miguel Montes, antiguo presidente vecinal, recordó que la asociación lleva reclamando aceras desde 2005, y que en 2006, la Junta de Andalucía, de quien depende esta carretera, ya contestó que la administración autonómica no pondría inconveniente en autorizar cualquier proyecto y ejecución del Ayuntamiento, dado que el tramo que denuncian -cerca de un kilómetro hasta la entrada del barrio- había perdido su funcionalidad para pasar a ser un viario urbano.

Los vecinos también recordaron que en 2013 la junta de gobierno local, a propuesta del entonces concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, ya solicitó a la Delegación de Fomento de la Junta la transferencia gratuita al Ayuntamiento de la titularidad de este tramo.

«Aquí te juegas el físico, por aquí sube mucha gente para arriba», comentó el pasado martes José María Lobera, también expresidente vecinal, que acompañó a La Opinión en la subida a pie a Monte Dorado.

Los vecinos indicaron que en el tramo en cuestión sólo existen unos metros de acera para la parada del autobús. Además, Miguel Campos denunció que los aliviaderos de aguas pluviales que bajan por los lados se encuentran atascados de forma preocupante, «y cuando llueve, el agua salta y va carretera abajo, por lo que el que esté subiendo no puede».

Precisamente, en la parte más próxima a Monte Dorado, la presencia de dos paredes de piedra a los lados obliga a los vecinos a caminar por esta canalización a cielo abierto o bien por la carretera, a pocos centímetros de los coches que suben.

Una de las zonas con más atasco es un aliviadero cerca de la calle Decano Ignacio Alaminos, que Miguel Campos muestra al diario para resaltar que está obstruida por plásticos y basura. A unos pocos pasos más hacia arriba, José María Lobera enseña una rejilla atorada de tierra. «La conservación es nula, ¿de qué sirve que haya muchas inversiones si luego no hay mantenimiento?», se pregunta.

Por este motivo, Miguel Campos reclamó que la canalización se embovede entera, «para que toda esta porquería no se quede aquí».

A pie y con dos muletas

En el momento de subir con el diario, los vecinos se cruzaron con María Isabel López, vecina de Pinares de Olletas desde hace 32 años. María Isabel, que acababa de perder el autobús porque contó que había pasado de largo, caminaba con muletas por un trozo de arcén que los propios vecinos de las casas colindantes han hormigonado. «Voy con la cadera rota, normalmente cojo el autobús pero es que voy al médico y tengo cita, ya cogeré el autobús en Fuente Olletas».

La vecina fue ayudada por José María Lobera y Miguel Campos a pasar por un arcén de tierra, con algunas partes desprendidas, antes de llegar a otra zona hormigonada y a continuación, alcanzar la seguridad de la acera.

«En una ciudad como Málaga, algo así no tiene explicación», sentenció José María Lobera.

Respuesta del Ayuntamiento

El concejal de Urbanismo, Raúl López, contestó a los vecinos que el Ayuntamiento de Málaga ya busca una solución y que hace unos días pudo visitar ese mismo tramo en compañía de vecinos de varias urbanizaciones del entorno, junto con la concejala del Centro, Gemma del Corral, y la delegada de Fomento de la Junta, Carmen Casero.

«Urbanismo va a presentar un borrador a la Junta con el proyecto de aceras para la Carretera del Colmenar que la administración autonómica tendrá que estudiar y dar el visto bueno antes de ejecutarlo la propia Junta», explicó.

En cuanto a la longitud de la actuación, reconoció que la parte con las paredes de piedra es de mucha dificultad, pero señaló que pondrán aceras en la máxima longitud posible. «No va a ser fácil pero nos comprometemos a verlo», subrayó Raúl López.