El álgebra o las ecuaciones diferenciales siguen formando parte del currículum educativo en matemáticas, igual que continúa presente el miedo a esta asignatura en la que los alumnos andaluces no logran alejarse de los puestos de cola en los ranking. Aunque los docentes insisten en que hay que dar la importancia justa a informes como el famoso PISA, sí están de acuerdo en que hay que mejorar la enseñanza de las matemáticas.

La Universidad de Málaga se ha implicado en esta tarea a través de un proyecto europeo Erasmus+ en el que participan profesionales de cinco países. El objetivo, buscar fórmulas para acercar las matemáticas a los estudiantes y mejorar sus notas, aprovechando además los numerosos recursos tecnológicos disponibles hoy.

El Proyecto 'Increasing Mathematical Attainment in Schools (IMAS), aprobado por la Unión Europea con un presupuesto de 258.844 euros, está coordinado por el grupo Innoeduca de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UMA y cuenta con socios de Holanda, Bélgica, Chipre e Irlanda.

«Es un proyecto pensado para dar recursos al profesorado para trabajar en clase. Se van a elaborar más de 600 recursos que se catalogarán y agruparán en cinco bloques temáticos», explica Julio Ruiz Palmero, profesor de Ciencias de la Educación y coordinador de este proyecto europeo.

Tras el primer encuentro el pasado mes de noviembre en Málaga, los socios participantes se encuentran ahora desarrollando la primera fase del proyecto, la elaboración de los cuestionarios que realizarán a un mínimo de 1.500 estudiantes de los cinco países para identificar problemas comunes en el alumnado desde primero de Primaria a segundo de Bachillerato.

«Al principio, encontramos un poco de reparo en los profesores a la hora de pasar el cuestionario a los alumnos porque siempre se cree que es una evaluación. Pero no se trata de eso, sino de saber cuál es la situación para ofrecer a los profesores recursos», detalla el profesor Ruiz Palmero.

Tras la recogida de datos, los investigadores comenzarán a catalogar los recursos que ofrecerán al profesorado en formato abierto y gratuito para mejorar la enseñanza de la asignatura. Además de trabajar con recursos ya existentes, crearán herramientas propias para que los docentes tengan el mejor material posible.

La última fase del proyecto IMAS, que concluirá en 2022, sera la formación del profesorado a través de cinco eventos de difusión a los que se invitará a un mínimo de 40 colegios e institutos de cada uno de los países. En estos encuentros, los investigadores mostrarán el proyecto a los docentes y les explicarán cómo se pueden beneficiar de todos los recursos didácticos catalogados.

Por supuesto, la tecnología tiene un gran peso en esta iniciativa, por lo que uno de los objetivos es «aumentar los niveles de alfabetización digital en los colegios para que las personas sean más autosuficientes en el uso de la tecnología y menos dependientes de cursos de formación reglada cada vez que haya un cambio en el ecosistema tecnológico».

Además de la presencia de universidades, en IMAS también participan empresas de formación. «Queríamos tener la perspectiva del mundo empresarial. Nosotros tenemos a veces una visión muy académica y ellos nos ayudan en ese sentido, sobre todo pensando en la Formación Profesional», indica el coordinador.

Todos los socios volverán a verse en abril, esta vez en Holanda, para poner en común los avances y decidir la catalogación de los recursos. Un paso más para desarrollar un proyecto que contribuya a eliminar el miedo a las matemáticas, un miedo «cultural» según Julio Ruiz, que atribuye parte de la culpa a cómo se ha planteado la asignatura hasta ahora. «Hoy a lo mejor no tiene mucho sentido que un chaval aprenda a hacer una raíz cuadrada por sí sola. Hasta ahora hemos planteado cosas muy alejadas de los alumnos y muy abstractas. Hay que ligarlas al día a día», sentencia.