La visita casual al Parque del Oeste de una vecina desembocó en lo que sería el inicio de una campaña para desplazar a los animales que residen en este recinto a otro lugar. La iniciativa comenzó cuando esta mujer hizo una foto de los canguros que se viralizó en las redes sociales y en la cual denunciaba la situación de estrés que estos sufren. Según la denunciante, este estrés es provocado por los actos que se realizan en el parque. «No sé si se acordará de que los canguros saltan porque él no se movía», afirma.

Esta campaña tiene como objetivo que estos animales abandonen el Parque del Oeste y se les desplace a un santuario, ya que según los denunciantes estos animales no se encuentran en su hábitat natural: «No es que estén mal alimentados, es que no es su sitio y a nivel anímico se ve que no están bien».

No es la primera vez que el Parque del Oeste se ve implicado en esta polémica. Ya en 2016, Málaga Ahora acusó al Ayuntamiento de Málaga de «maltratar» a los animales del parque y aseguró que se encontraban en un espacio «no acondicionado». El exconcejal de Podemos Juan José Espinosa promovió esta denuncia, en la que indicó que desde 2003 las leyes europeas prohíben recintos como este. Según las legislación, el recinto debe contar con árboles frondosos para los canguros y arbustos para los emúes, lo que no se cumple según los vecinos. «El canguro tiene un césped artificial», aseguran.

Respecto a las supuestas agresiones entre ambas especies, Cándido Martín, gerente de Limposam, la empresa encargada del Parque del Oeste, recalca que «no existen este tipo de agresiones ya que los animales son de la misma zona geográfica y de ser cierto nos hubiésemos dado cuenta».

Ante esta polémica, Martín declara que «como empresa respetamos que haya opiniones para todos los gustos pero hay que tener en cuenta también a los que quieren que este parque esté».

Respecto a las acusaciones de abandono que estarían sufriendo los animales, la empresa dice «guiarse por los veterinarios del recinto que acuden semanalmente». Además, asegura que los animales cuentan con calefacción, un aspecto que los activistas niegan. «Desde la opinión técnica la situación de ellos es favorable», insisten.

La presión social llevó a que el Seprona visitase el Parque del Oeste y se determinó que «no había fundamento alguno para sacarlos de ahí», recalcó Martín. La empresa mantiene su postura y asegura que «si los animales están ahí es porque el Ayuntamiento, a través de una votación, lo decidió». Además, aclaran que a estos ejemplares «no se les ha sacado fuera de su hábitat sino que han sido criados en cautividad; su mundo es este».

Respecto a los actos vandálicos, Cándido Martín recalcó que son hechos aislados y que ya se tomaron acciones para evitar que sucediese de nuevo. En este sentido, la empresa llevó a cabo medidas como aumentar la altura de la valla que rodea el parque e instaló cámaras de videovigilancia.

Los vecinos se mantienen en la lucha por que estos animales estén fuera del parque. «No queremos que haya un zoo ahí, queremos que la vida que les queda sea digna y que se les traslade al santuario Corazón Verde de Navarra», dicen. Por su parte, Martín pide que no se «provoque una alarma social innecesaria».