Una investigación iniciada en Málaga a finales de 2018 ha culminado con una operación internacional contra una organización especializada en hurtos y robos violentos cuyas víctimas eran preferentemente personas de la tercera edad. Hasta 42 personas han sido detenidas en España (38), Rumanía (3) y Portugal (1), nueve de las cuales han ingresado en prisión. Según la Policía Nacional, el grupo, formado mayoritariamente por un clan familiar originario de Tanderei (Rumanía), no dudaba en emplear la violencia para arrebatar a sus víctimas las joyas y posteriormente blanquear en su país el dinero que obtenían. Su frenética actividad, sólo en Málaga se les considera responsables de más de 100 asaltos durante 2019, les llevó a amasar una fortuna. Los investigadores hablan de 355 coches de lujo y diez mansiones embargadas, 264 piezas de joyería recuperadas, decenas de cuentas y activos bancarios intervenidos y un cálculo a la baja que supera el millón de euros en beneficios. «Eran las personas más adineradas e influyentes de su zona, mientras que el tiempo que vivían aquí lo hacían discretamente», explicaron ayer en una rueda de prensa celebrada en Madrid.

Casas rurales

La investigación se inició en Málaga noviembre de 2018, fecha en al que la Policía Nacional tuvo constancia de la presencia de esta banda. La mayoría de las víctimas eran hombres de más de 80 años de alto poder adquisitivo y el objetivo, sus Rolex. Las primeras pesquisas evidenciaron que sus integrantes llevaban mucho tiempo operando, puesto que a ninguno de ellos se le conocía actividad laboral alguna y su nivel adquisitivo era muy elevado. El grupo era itinerante y se movía constantemente por todo el territorio nacional. Se alojaban durante cuatro o cinco días en una casa rural del interior y se desplazaban cada día en un radio de 100 kilómetros hacia zonas costeras para cometer los hurtos. Después regresaban a la vivienda con el botín y preparaban un nuevo cambio de casa para dificultar la acción policial. Para estas jornadas laborales, el grupo disponía de una gran logística que incluía una flota de coches a su servicio a nombre de terceras personas que ejercían como testaferros. Teniendo en cuenta que el valor medio de los objetos robados rondaba los 10.000 euros -hay relojes intervenidos que pueden llegar a costar entre 30.000 y 45.000 euros- el perjuicio causado por esta organización se estima que supera el 1.000.000 euros.

Una vez identificados los miembros más activos, las pesquisas se centraron en el estudio patrimonial y económico de estas personas y de su entorno próximo. Los agentes identificaron los escalones más bajos de la organización y, a partir de ahí, establecieron el organigrama completo. Esto permitió determinar las funciones de cada uno, el modus operandi utilizado, las medidas de seguridad adoptadas, los medios de ocultación de los efectos robados y, finalmente, la identificación de sus líderes. Estos últimos vivían en el condado rumano de Ialomita, lugar al que enviaban los relojes y joyas robadas, o el dinero obtenido de su venta. Un operativo policial localizó a la persona responsable de la función de receptación dentro de la organización. Acudía a las zonas donde los miembros activos cometían los ilícitos, recogían las joyas y las introducía en un compartimento oculto de su vehículo para enviarlas a Rumanía.

Gracias a la cooperación internacional, se supo que el grupo actuaba por todo el territorio europeo, constatando su presencia en países como Rumanía, Italia, Alemania, Bélgica, Reino Unido y Francia. Recientemente, y de forma conjunta y con el apoyo recibido desde el centro de Coordinación establecido en Eurojust, se ha realizado la explotación de la operación -con detenciones y registros simultáneos en España y Rumanía- logrando la desarticulación de la organización criminal investigada en su totalidad. Se han practicado un total de doce registros, siete de ellos en España y cinco en Rumanía, estos últimos en los domicilios de los jefes de la organización. Los registros realizados en nuestro país han tenido lugar en Getafe (4), Parla (1), Madrid capital (1) y la localidad murciana de Molina de Segura (1). En los registros también se han encontrado 41.230 euros, cinco armas de fuego, 92 teléfonos móviles y 7 ordenadores portátiles.