La movilización conjunta de vecinos de Monte Paveroy miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y del colectivo Stop Desahucios, logró este martes frenar el desahucio de una familia con dos niños de 3 y 6 años en el bloque 7 de la calle Genoveses, en Monte Pavero.

Aunque el desahucio estaba previsto para las 9.30 de la mañana, cerca de una hora más tarde el juzgado comunicó a la familia que posponía la medida hasta el próximo 1 de julio.

En la vivienda viven desde hace siete años Samuel Álvarez, de 26 años y Cindy Bermúdez, de 27, con sus dos hijos pequeños.

«Nos metimos de ocupas porque mi hija estaba recién nacida y no teníamos dónde meternos», explicó Samuel minutos antes de la hora fijada. La pareja se marchó a vivir a esta vivienda de Monte Pavero cuyo dueño original fue embargado explicó Cindy.

«Cuando llegamos esto no era una casa, era una pequeña chabola. Tuve que limpiar a fondo, pintar y ponerle cristales a las ventanas», detalla Samuel, que explica que la casa todavía no cuenta con todos los cristales, han colocado en su lugar una chapa «y en invierno hace un frío que no veas».

Por este motivo, y como no hay luz en uno de los cuartos, la familia duerme repartida entre un colchón en el suelo y un sofá.

Como informó Samuel Álvarez, es la segunda vez que sufren un desahucio, aunque el anterior, en septiembre del año pasado, fue paralizado.

«Ahora tenía la esperanza de decirle al banco, cara a cara, que había encontrado trabajo, porque antes estaba en paro pero llevo dos meses con un empleo. En ningún momento me niego a pagar. Hemos pedido ayuda de alquiler, y que el banco nos trate con un alquiler social pero de momento nos dice que no porque somos ocupas», lamenta.

A este respecto, acompañó a los jóvenes Francisca Pascual, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que recordó que la familia lleva dos años tratando de negociar con el Banco Santander, e incluso trató de reunir dinero para comprar el piso, sin conseguirlo.

«Ellos tienen concedida la ayuda social al alquiler del Ayuntamiento de 550 euros, Samuel ha encontrado trabajo y tiene una nómina aceptable, si el banco no quiere fomentar la ocupación, que pongan viviendas del fondo social que tienen todos los bancos. De tantas como tienen cerradas, que les den un alquiler asequible», argumentó.

Movilización

Vecinos y activistas se concentraron a la entrada del bloque, incluidos los dos pequeños de la familia. «Este desahucio, lo vamos a parar. Los niños de Cindy no se moverán», corearon.

Y delante, agentes de la Policía Nacional y del Juzgado. Como recordó Francisca Pascual, el distrito 4 había presentado un informe sobre la vulnerabilidad de esta familia y el alto riesgo de exclusión social que traería la salida de la vivienda.

Al final, el procurador informó a Samuel de que el desahucio se posponía al 1 de julio. Al momento llegaron los gritos de alegría y los abrazos. «Si me echan de aquí no sabría a dónde ir», confesaba minutos antes Cindy Bermúdez.

Samuel Álvarez, bastante más aliviado, comentó que la intención de la familia es seguir viviendo en la casa y mientras tanto, «todos los días vamos a intentar luchar para que el Santander sepa que no quiero vivir en una casa sin pagar, que lo único que quiero es un alquiler social». De momento, tregua hasta el 1 de julio.