Investigación

Dos policías esclarecen seis hurtos cometidos en el Centro en una misma tarde

Cuatro personas fueron denunciadas por los agentes del Grupo de Investigación y Protección por un presunto delito leve de hurto

Imagen de la plaza de la Merced este jueves, 12 de marzo.

Imagen de la plaza de la Merced este jueves, 12 de marzo. / EP

La Opinión

Una pareja de agentes del Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local de Málaga ha sorprendido a cuatro personas que habían perpetrado hurtos en seis establecimientos comerciales, todo ello en apenas tres horas y media, si bien tres de los casos no están relacionados entre sí y se utilizaron diferentes métodos. El primer caso fue el de una mujer que fue sorprendida en febrero con un bolso apantallado. Los dos agentes del GIP que patrullaban de paisano en la zona Centro observaron sobre las 15.50 horas cómo una malagueña de 41 años salía de una tienda portando un bolso muy abultado y activó el sistema acústico y luminoso de alarma del establecimiento.

Los agentes interceptaron su marcha y comprobaron que llevaba debajo del brazo, oculto en la chaqueta, un zapato nuevo cuya pareja se encontraba, junto a otra gran cantidad de artículos, en el interior del bolso, que se encontraba apantallado con papel de aluminio, todos ellos con sus etiquetas y dispositivos de alarma puestos. El segundo caso sucedió sobre las 17.45 horas cuando los agentes vieron a dos mujeres a las que conocían por haber participado en hechos delictivos similares anteriormente. Ambas eran vecinas de la capital de 19 y 22 años y portaban un carrito de bebé en el que no llevaban ningún niño, por lo que decidieron hacerles un sigiloso seguimiento.

Tras observar como accedían a una tienda, los agentes contactaron con el responsable de seguridad de la misma, el cual corroboró que a través del sistema de videovigilancia vio cómo manipulaban y desprendían los sistemas de alarma de las prendas, quedando todo ello grabado por las cámaras de seguridad. Al salir, vieron que una de ellas vestía una prenda que antes no llevaba puesta, accediendo ambas a un supermercado y abandonando el mismo pasados unos minutos, momento en el que los policías procedieron a identificarlas. Entonces corroboraron que la sudadera que vestía una de ellas tenía la etiqueta puesta y estaba deteriorada con motivo de que le habían arrancado el sistema de seguridad.

En cuanto al carrito de bebé que empujaban, portaban en él cuatro garrafas y ocho botellas de aceite. Los agentes intervinieron un cortauñas que llevaban en uno de los bolsillos del carro que presuntamente utilizaban para fracturar la parte metálica de las alarmas. A una de ellas le pesaba un señalamiento de prohibición de abandonar el país. El tercer caso tuvo lugar sobre las 19.15 horas, tratándose de un rumano de 43 años con domicilio en Granada, que fue acompañado por los policías y un vigilante de seguridad a una habitación habilitada para ello en un centro comercial. El sospechoso, que llevaba prendas de tres comercios en bolsas que no se correspondían con las tiendas de procedencia, no portaba los tiques de compra. En el cacheo localizaron un imán de gran potencia y un gancho metálico, utensilios utilizados para retirar los dispositivos y acabó reconociendo los hechos.

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