Si no nos dejáramos llevar por los cantos pesimistas de la preocupante alerta sanitaria, en esta bodeguilla política no tendríamos los dedos cruzados por miedo a esa incierta cuarentena de un par de semanas de la que nadie está a salvo. Y como este espacio toma como inspiración ese ágora que envuelve las barras de los bares mientras una conversación simultánea de varias voces destripa la actualidad, podríamos adoptar el carpe diem que, por instinto, todavía se apodera de parroquianos a los que ni el coronavirus va a quitarlos de su rutina y actúan como si nada de esto fuera con ellos. Pero no, llegados a este punto y con la palabra pandemia acuñada por la Organización Mundial de la Salud, toda precaución es poca. El tamaño adquirido por esta crisis mundial y su omnipresencia en la existencia cotidiana de nosotros los seres humanos mortales hace que sea imposible acercarse al ruido con siglas vigente sin mencionar a ‘la bicha’.

Sin ir más lejos, en el seno de distintos partidos se han dado hasta casos de la enfermedad que afectan a líderes que vienen a ser personas cuyo día a día, como el de todos, está expuesto a ese riesgo. Y así en todas las esferas de la vida. Cualquier añadido a esto sobra en un marzo que iba a estar dominado por importantes congresos.

Así, los representantes malagueños de Cs y Podemos se han visto privados de sendos cónclaves nacionales. La Asamblea General naranja hubiese sido este pasado fin de semana. De repente, las dos jornadas de intenso debate de las que saldrían las nuevas estrategias del partido se han visto diluidas en ese océano de incertidumbre que ha traído el acechante COVID-19. La proclamación como nueva presidenta de Inés Arrimadas ha tenido que ser apartada del escaparate y el baño de multitudes lógico. En una situación de normalidad, bajo la euforia fotogénica de los congresos, a la jerezana los más de 500 compromisarios convocados le habrían repetido por activa y por pasiva que va a ser la primera mujer presidenta del Gobierno en la piel de toro, como anda diciendo más de uno. El vaticinio existe a pesar de que las últimas encuestas ya condenaban a Ciudadanos a una presencia en el Congreso de los Diputados casi tan testimonial como la que tiene ahora mismo la aventura errejoniana de Más País. En el marco del cambiante panorama al que obliga la alerta sanitaria, cuando con las primarias aún frescas se anunció el aplazamiento de la asamblea también se dio por iniciada la actividad del nuevo Comité Ejecutivo. En su seno, Ciudadanos Málaga goza de bastante protagonismo si se tiene en cuenta que aporta a dos de los cuatro andaluces de los que se ha rodeado Arrimadas para el equipo con el que afronta este ‘renovarse o morir’: el diputado Guillermo Díaz y el consejero Javier Imbroda.

Sin Vistalegre 3

Podemos también ha tenido que aplazar su ‘Vistalegre 3’, que esta vez iba a ser en otro auditorio vinculado a esa tauromaquia que tan poco rima con los morados: la Cubierta de Leganés. La renovación del liderazgo de Pablo Iglesias iba a exhibirse el 21 de marzo con la imposibilidad de un saludo entre el vicepresidente de Moncloa y Teresa Rodríguez, ya que el sector Anticapitalistas que ella encabeza anunció que no acudiría al cónclave tras forjarse la escisión andaluza.

De la coordinación de los autobuses que partirían desde aquí hasta Madrid se estaba encargando la edil en la capital malagueña Paqui Macías, quien será la representante de esta provincia en la nueva dirección nacional. A su reciente ‘ascenso’ hasta la directiva de Iglesias le ha seguido el estreno de un despliegue en redes sociales, donde se han creado cuentas para promocionar a Macías en las que su perfil floreció atiborrado por su trilogía de cargos: «Feminista, portavoz de Podemos Málaga, viceportavoz de Adelante Málaga, concejala de Podemos. Feminismo como forma de entender la vida y de vivir». En los mentideros morados se comenta que la concejala habría puesto sus miras en la secretaría general de Podemos Málaga que dejó vacante Alberto Montero. Incluso, andaría pensando en una futura candidatura a la alcaldía de la ciudad, a la que llegaría bien situada porque en 2021 sustituirá como portavoz municipal de Adelante a Eduardo Zorrilla (IU) .

También se comenta que de la elección de Macías para la dirección nacional podría deducirse la irrupción en la nueva directiva regional -con aspiraciones de ser diputado en el Parlamento andaluz en un futuro- de su compañero en la Casona del Parque y en el Consejo Ciudadano Municipal de Podemos Málaga, Nico Sguiglia. En Vistalegre 2, el edil de la capital fue el único malagueño en la lista de Anticapitalistas y ahora abandera, junto a Macías, los apoyos locales a Iglesias. ¡Cómo cambia a veces el aire que sopla en política! Sin embargo, hay quien recuerda que para el congreso andaluz, previsto inicialmente en mayo, aún queda mucho y nadie tiene asegurado, aunque pueda llegar a parecerlo, una plaza en la primera dirección regional del ‘post-teresismo’.

De vuelta al coronavirus, Sguiglia difundió el pasado miércoles en Twitter una fotografía suya con mascarilla desde su Argentina natal e informó de que había estado en aislamiento tres días en el Hospital Carrasco de Rosario y las pruebas del Covid-19 dieron negativas.

Por otro lado, a los apoyos al nuevo Podemos andaluz oficialista que están impulsando Noelia Vera e Isabel Franco, también se sumó la diputada provincial Maribel González, aunque no haya apagado del todo su relación con los Anticapitalistas. Ay, el politiqueo...