El obispo de Málaga, Jesús Catalá, ha querido aprovechar la solemnidad de San José para enviar una carta pastoral dirigida a los fieles católicos en la que les pide que den ejemplo quedándose en casa con “serenidad, prudencia y paciencia” ante la crisis del coronavirus, que azota a la sociedad y “ha alterado profundamente la vida ordinaria”. “Damos un gran ejemplo quedándonos en casa y renunciando a ciertos planes que desearíamos realizar”, desea el obispo.

“Parecía que la gente vivía en un mundo estable y confiado, siguiendo la rutina de siempre. Sin embargo, ha bastado un pequeñísimo virus, para descontrolarlo todo”, comienza su escrito el prelado, que insta a los fieles a aprovechar esta experiencia de confinamiento obligada por las autoridades para “dejar lo superfluo, para centrarnos en lo que es esencial para nuestra vida y dirigir nuestra mirada a Dios, como fundamento de nuestra existencia”.

Catalá, se dirige a todos los católicos, pero en especial a los cofrades, que han tenido que suspender sus salidas procesionales en esta Semana Santa 2020. “Los cofrades habían iniciado sus tareas de preparación litúrgica de la Semana Santa con los triduos, quinarios y demás celebraciones y actos de culto a sus Sagrados Titulares. Ya se empezaba a sacar los enseres procesionales para su limpieza y puesta a punto; ya se soñaba cómo preparar y adornar los tronos procesionales; ya degustábamos la salida procesional. Y ahora... todo eso se viene abajo por culpa de un huésped invisible, que está haciendo estragos mortales entre la población”, señala el obispo, quien además califica de “insólito” que se celebren misas sin la asistencia de participantes “en tiempos de convivencia pacífica”.

En todo caso, insta a los fieles a hacer uso de las distintas posibilidades digitales, audiovisuales y telemáticas a su alcance, incluso a ver “películas seleccionadas por sus valores y criterios de bondad, verdad, belleza y religiosidad”. “Meditar el Evangelio nos ayudará a poner a Dios en el centro de nuestra vida; y nos hará mejores evangelizadores, incluso a través de las redes”, señala.

Del mismo modo, recuerda que la fiesta de la Pascua ni se suspende ni se aplaza. “Aunque los fieles no puedan participar en la Eucaristía, aunque no salgan las tradicionales procesiones por las calles de nuestras ciudades, aunque no podamos salir de casa… celebraremos la Pascua con gran fe y verdad”, repite Catalá, quien exhorta a los católicos a rezar en sus casas por los enfermos de coronavirus, por quienes han perdido la vida y por los médicos y el personal sanitario que los atienden.

También agradece “a los muchos voluntarios, tanto de forma individual como asociada, que se han ofrecido para ayudar en esta hermosa tarea samaritana” y a los sacerdotes, “por su generosa entrega, su cercanía a los enfermos, a las personas con mayor fragilidad y a los más necesitados”. “Los sacerdotes sostenéis al pueblo santo de Dios al ofrecer el sacrificio redentor en el altar”, precisa.

El obispo vuelve a comunicarse con los cofrades al final de su carta y les anima a “implorar la gracia del perdón divino y la salud corporal y espiritual de todos los fieles, invocando a sus Sagrados Titulares en sus diversas advocaciones” y desea a todos una gozosa celebración del Misterio Pascual, a pesar de las circunstancias.