Unos 400 metros separan el diseminado de El Mallorquín, en el que vive una treintena de familias, de la central térmica de Campanillas y unos 200 metros, los que faltan para llegar a los límites del PTA. «Y con la ampliación del PTA, es posible que quede más cerca», explicaba ayer por teléfono José Aguilar, presidente de la Asociación de Vecinos La Presa, que reúne a varios diseminados del entorno.

Desde 2013 la asociación reclama el hormigonado o reasfaltado de los 400 metros del camino que unen El Mallorquín con la central térmica. Como recuerda José Aguilar, en tiempos del concejal Luis Verde se consiguió hormigonar unos cien metros. «Hubo problemas económicos o legales y se paró», explica.

Ante el parón, el Ayuntamiento optó por la vía intermedia: aplicar un pavimento ecológico al resto del camino, unos 300 metros. Pero como explica José Aguilar, la solución, que fue experimental, no funcionó en absoluto. «Ni es pavimento, porque no soporta el tráfico abundante que tiene el camino, ni es ecológico, por la cantidad de polvo que echa; los mismos técnicos de Urbanismo reconocieron que había sido un fracaso».

En cuanto al obstáculo legal que habría obligado al Consistorio a descartar el hormigón y probar con el pavimento ecológico se trata de la prohibición de asfaltar u hormigonar caminos rústicos.

El PGOU incorpora esta norma, como recordaba en 2018 en La Opinión la entonces concejala de Campanillas Elvira Maeso. La edil también aclaró que sí se había podido arreglar ese año el vecino Camino de Los Arias, por haber estado asfaltado en su día.

Y ahí es donde los vecinos de El Mallorquín quieren dejar claro que la carretera del diseminado fue asfaltada en su día, por lo que se podría hacer perfectamente sin incumplir ninguna norma. En concreto, se asfaltó en los años 60, a cargo del desaparecido Instituto Nacional de Colonización.

«Fue un asfaltado pobre pero duró, con lo que todas estas teorías de que no se puede se caen por el suelo», subraya.

José Aguilar también quiere aprovechar para pedir tanto a la Junta de Andalucía, de la que depende este camino, como al Ayuntamiento, «que no se echen la pelota unos a otros», con respecto a la responsabilidad civil de futuros accidentes, una vez arreglada la vía, muy transitada por camiones.

El pasado diciembre los vecinos recorrieron el camino con la concejala de Campanillas, Ruth Sarabia, y el delegado de Medio Ambiente, Fernando Fernández. Por eso reclaman que la solución llegue cuanto antes.

Por último, el presidente recuerda que en El Mallorquín hay otras carencias importantes porque los vecinos no tienen agua potable, ni alumbrado público, ni recogida de aguas fecales «y tiran la basura con una linterna».

La concejala Ruth Sarabia informó ayer de que tras la reunión con los vecinos, el distrito de Campanillas envió la petición de hormigonado del camino a la Delegación de Medio Ambiente de la Junta. «Cuando recibamos la autorización asfaltaremos», recalcó.