Muchos de los políticos malagueños con escaño en la madrileña Carrera de San Jerónimo o el Parlamento de Andalucía se han convertido, de repente, en padres y madres que atienden a sus hijos mientras gestionan sus compromisos públicos desde casa. Así viven el confinamiento los diputados nacionales Ignacio López (PSOE) y Carolina España (PP) y los parlamentarios andaluces Javier Pareja de Vega (Cs) y Vanessa García (Adelante).

Ignacio López (PSOE)

«Me encerré en casa por precaución desde que, el martes pasado, regresé a Málaga. Desde entonces, solo he ido una vez al supermercado. Además, soy padre separado y estoy con mi hijo cada vez que es necesario que me encargue de cuidarlo. Ahora ha estado conmigo. Hay que tratar que los niños lo lleven lo mejor posible. De pronto les quitas el cole, los amigos y los abuelos y los encierras. Es complicado. Y en mi vida personal también me he puesto rutinas para hacer ejercicio, comer bien y descansar. Eso es importante. Estos días me están enseñando que representar a la gente es estar para todo y a cualquier hora. Estamos evitando, por encima de todo, la confrontación política. No es el momento de caer en ella. Vamos todos a una. He hablado con numerosos profesionales del sector sanitario. Después de que se declarara el estado de alarma, me dediqué a desmentir bulos. Por WhatsApp y las redes sociales empezaron a circular muchas verdades a medias o cosas inciertas y había que explicar qué estaba pasando. Son días difíciles, la incertidumbre para todo el mundo y en todos los ámbitos es extraordinaria. Ayudo en lo que puedo. Veo todas las normas que salen, hay que ir puliendo para que todo funcione lo mejor posible. Tenemos que ser conscientes de que la gente que está trabajando es la mejor que hay. Esa calma hay que trasladarla. Estudio, leo, observo, escribo, discuto, pregunto, resuelvo, traslado. El móvil se ha pegado a mis manos y a mis oídos. La televisión o la radio siempre las tengo puestas para estar al tanto. El portátil y el iPad son herramientas imprescindibles. Estamos en una lucha contra un microorganismo que quiere acabar con nosotros y no se lo vamos a consentir ¡Esta batalla la vamos a ganar! Además, a todo esto le sumo el reto de que, justo antes del confinamiento, empecé a dejar de fumar y, a pesar del encierro, no he vuelto a probar el tabaco».

Carolina España (PP)

«A principios de la semana pasada, me quedé en casa con décimas de fiebre, malestar y tos. Había estado con Ana Pastor en su visita a Málaga y me puse en cuarentena. Me tranquilizó que, tras algunos síntomas, la prueba diera negativo. Eso anima a la gente, pues puede tratarse de un resfriado normal y no de coronavirus. Desde entonces, estoy permanentemente conectada con mis compañeros en el Congreso y el PP de Málaga. Estoy, por ejemplo, muy en contacto con el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Andalucía (ATA), Lorenzo Amor, con el presidente de los empresarios andaluces y malagueños, Javier González de Lara, o con otras entidades empresariales. Intento ayudar a nivel nacional, por un lado, y local, por otro. Destacaría que ahora se habla más con la gente. Todos los días llamo a personas de mi agenda para darles ánimos y ver cómo lo están llevando. Además, practico deporte para relajarme y le ayudo con los deberes a mi hijo Álvaro, de 11 años. También hacemos crepes, yogures o bizcochos. Él es 'cocinita' y yo le ayudo».

Vanessa García (Adelante)

«Ahora que estás en casa reflexionas sobre el poco tiempo que, debido a mi actividad parlamentaria, le puedo dedicar a mi familia. Mis hijos, un niño de 12 y una niña de 8, están encantados de tenerme en casa. Por las mañanas me siento con ellos y nos ponemos todas a trabajar. Ellos se dedican a las tareas que les han enviado desde su colegio público y yo, mientras los ayudo, gasto la batería del móvil haciendo y recibiendo llamadas de personas y colectivos, que me trasladan problemas y propuestas para salir de esta crisis sin dejar a nadie atrás. Como soy portavoz de mi grupo en la Comisión de Discapacidad estoy en contacto con los colectivos que están preocupados porque las medidas que se están tomando cuenten también con ellos, ayuda a domicilio, asistencia personal, la situación de nuestros mayores en las residencias€ Se trata de que todas juntas, hombro con hombro, aportemos propuestas para que todas las personas estén asistidas con los equipos de protección que determinan los protocolos de Sanidad. Por la tarde, entre alguna reunión por videoconferencia, hacemos trabajos de manualidades para decorar nuestro balcón. Los niños y niñas de mi barrio están colgando dibujos en las ventanas, dibujos con muchos colores para tapar estos momentos grises. Y a las 20.00 salimos al balcón a aplaudir, como reconocimiento a todas las personas que siguen trabajando para cuidarnos a todas, desde todo el personal del sistema sanitario, pasando por supermercados, tiendas de alimentación, personal de limpieza... En definitiva, trabajos que a veces eran invisibles y ahora se reconocen como indispensables. El jueves, desde una ventana una nieta le gritaba a su abuela que vive en el bloque de enfrente: «Te quiero mucho, abuela». Eso es lo positivo de todo esto: que para reconocer lo más importante que tenemos, para hacer comunidad, nos tuvimos que encerrar en casa. Acabamos la jornada con videollamadas a mi madre y a mi hermano, para contarnos cómo estamos, qué hemos cocinado y compartir un poco el aburrimiento de las horas finales del día. ¡Debemos seguir en casa, tenemos que parar este virus y, cuando volvamos a nuestras vidas, reflexionaremos sobre qué es lo importante!».

Javier Pareja de Vega (Cs)

«Intentamos adaptarnos lo mejor posible. Hay que mantenerse en casa. Todo esto tiene que ser muy serio. Por las mañanas, mi mujer y yo hacemos de profesor para sacar adelante las tareas de mi hija de cuatro años y de mi hijo de 14. He vuelto a una de las aficiones que, por mi actividad parlamentaria, tenía más abandonada: la cocina. También busco ratitos para leer. Y saco dos veces al perro. Principalmente, vivo pegado al teléfono. Ahora se trata de estar a disposición de los ciudadanos y colectivos que transmiten quejas y peticiones que luego traslado a las consejerías. Intento resolver problemas y ayudar. Le transmito a cada colectivo la información que tiene que ver con su actividad para dar un poco de luz. La gente siente demasiada desinformación. Así desmientes bulos que pueden darles problemas».