Ustedes ya han tenido cumplida información de las decisiones de distintas administraciones para atajar, como se pueda, la pandemia del coronavirus, ese bichito que durante varias semanas nos va a tener encerrados en casa y que nos ha descubierto, miren por dónde, una Málaga insólita, alejada del bullicio y el trasiego cotidianos y más cercana al escenario apocalíptico que plantearía una distopía de cualquier novelista de ciencia ficción con exceso de imaginación. Comentada fue esta semana la portada del pasado lunes de este periódico, con una Avenida de Andalucía sin coches y muy solitaria. Pero además de imágenes, trágicos fallecimientos, infecciones masivas y un panorama económico complicado tras la suspensión de la Semana Santapara la ciudad, muchos se han encontrado con un tiempo de aislamiento en el que han salido a relucir algunos de los sentimientos más nobles de nuestra sociedad: la solidaridad con los sanitarios, los ofrecimientos de vecinos, taxistas y otros colectivos para realizar la compra a quien no puede salir de casa al ser población de más riesgo, las llamadas atendidas de entidades sociales para seguir ayudando a quienes no pueden hacer las tres comidas básicas y la resignación respetuosa con la que se ha asumido que Málaga, este año, se quede sin ver sus procesiones. Hay esperanza, aunque entre el habitual ruido que preside nuestros televisores cada día, sólo seamos capaces de entreverla a lo lejos.

Este confinamiento, claro, ha tenido consecuencias en el Ayuntamiento y en el día a día de la vida municipal. Además de habilitar una enorme plataforma para que los funcionarios puedan seguir trabajando desde sus casas, los órganos de gobierno municipales han debido adaptarse a esta peculiar realidad que estamos viviendo: así, por ejemplo, el pasado lunes se suspendieron las comisiones de pleno de Medio Ambiente y Urbanismo y sólo se celebró la relativa a la municipalización de Limasa, vital porque el jueves, 19 de marzo, se debía celebrar el pleno extraordinario en el que se dio el sí definitivo a un procedimiento con el que están de acuerdo todos nuestros grupos políticos, y eso es algo que debe ser celebrado. Lástima que no se dé en más ocasiones. Limpieza de Málaga ha nacido y falta poco para comenzar a operar. Posiblemente en mayo.

En el pleno del jueves, así como en las juntas generales previas, se estableció que el quorum mínimo era de dieciséis concejales (en lugar de los 31 habituales). En la comisión de Limasa, además, se tiró del voto ponderado y toda esta semana los consejos de administración de las sociedades municipales se han venido realizando por escrito, de forma que los concejales mandaban los respectivos votos por correo electrónico. Ante la gravedad del momento, que requiere de una asepsia total en cuanto a acercamientos personales, el pleno de marzo, que se celebra el 26, contará con un quorum mínimo de once ediles (cinco del PP, cuatro del PSOE, uno de Cs, y otro de Adelante Málaga). Se han retirado todas las mociones políticas y sólo se votarán asuntos administrativos.

El alcalde, Francisco de la Torre, hizo esta semana historia al dar la primera rueda de prensa por el canal municipal de Youtube y los periodistas enviaron sus preguntas a través de vídeos. No hubo repreguntas pero sí mucha transparencia y eso es de agradecer. El gabinete de Comunicación del Consistorio anda estos días en un frenesí laboral tratando, a través de diferentes plataformas, de que toda la información fluya hacia las redacciones.

Lo que sí ha cambiado, y mucho, es el tono de nuestras autoridades municipales. El alcalde ha insistido toda la semana en enviar mensajes básicos a la población para que se respete el confinamiento, no haya acercamientos personales y ha indicado en diferentes ocasiones que la mejor receta económica para evitar la crisis que nos auguran tantos economistas cenizos es salir cuanto antes de este marasmo sanitario.

El regidor, claro, también anda confinado en casa. Teletrabaja y está en contacto permanente con otros líderes políticos y representantes de la administraciones central y autonómica. Sólo abandonó su encierro momentáneo para acudir a esa rueda de prensa. ¿Qué hace en casa? No quiso entrar mucho en eso, pero sí se puede comprobar en parte su actitud ante el confinamiento desgranando los consejos que ha dado a la población. Entre otras cosas, ha pedido que el tiempo del confinamiento se use de forma útil. ¿Cómo? Pues reflexionando y separando lo importante de lo superfluo, lo cual no es más que un mensaje claro a los malagueños: que este tiempo de encierro nos transforme en personas capaces de valorar los pequeños detalles de la vida. También aconsejó a los estudiantes que continuaran con sus tareas y a los trabajadores o desempleados, que se formaran online, con el fin de que los últimos tengan una entrada al mercado laboral más feliz y rápida en los próximos meses. Y también aconsejó hacer ejercicio.

En la orilla de enfrente ha variado mucho el tono. Daniel Pérez, líder del PSOE municipal y azote del equipo de gobierno, reunió a sus concejales antes del confinamiento para pedirles que hicieran una oposición «útil y leal» al alcalde en tiempos difíciles. «Dije que nosotros íbamos a ser responsables y leales. Yo no he gestionado el tema del coronavirus, pero como delegado de Salud me tocó gestionar la gripe A, en 2012, y la gente moría; y luego el tema del ébola, que fue una crisis sanitaria pero no una pandemia. Así que no hemos hecho críticas en temas que ahora no tocan».

Ha mantenido una intensa agenda, desde la tranquilidad de su casa, tanto telefónica como a través del sistema de videoconferencia con trabajadores municipales, grandes y pequeños empresarios y otras personalidades de la ciudad para estar informado de sus necesidades y ha ofrecido al regidor su apoyo para hacer modificaciones de crédito que vayan a sustentar medidas de apoyo a los pequeños y medianos empresarios y autónomos o a los trabajadores municipales cuyas empresas necesiten liquidez para mantener al día el pago de las nóminas. Como todos los grupos, uno de los ediles o de los miembros del staff ha permanecido de once a una en la oficina del Consistorio para atender asuntos urgentes y tanto él como otros ediles, entre ellos Alicia Murillo, están adelantando trabajo sobre todo en relación al impacto de la crisis en las pequeñas empresas, analizando las ordenanzas municipales para ver qué propuestas pueden lanzar en cuanto a bonificaciones fiscales y ayudas.

El fin de semana pasado aprovechó para pintar en casa y este rematará la faena. «Echo en falta salir a correr y desconectar, pero hay que ser responsable y dar ejemplo. Lo que me deja más satisfecho es que en redes sociales se ha reconocido que nuestra postura es leal y que actuamos como si fuéramos parte del gobierno, sin serlo, claro está».

El portavoz de Adelante Málaga, Eduardo Zorrilla, mantiene contacto telefónico o por correo electrónico con su equipo para fijar posición en los distintos consejos de administración de sociedades municipales que se han celebrado esta semana, además de optar por el teletrabajo y de coordinarse con sus compañeros para que siempre haya alguien en el grupo en las dos horas reservadas para atender temas urgentes. La actualidad no descansa. Además, sale a comprar para su casa, para su hermana y para una vecina mayor que vive sola, ha visto alguna película que tenía pendiente y ha empezado varios libros. «Ahora estoy con 'Las apariencias no engañan', de Juan Madrid. Pero lo que echo de menos es el deporte. Como sabes, yo nado a diario, así que ahora hago una tabla de ejercicios en casa».

Noelia Losada, portavoz de Cs, teletrabaja desde el pasado viernes y, entre otros proyectos, su equipo prepara visitas virtuales a los museos malagueños. Atiende llamadas y correos y lee 'La anomalía catalana', de Cristian Campos, y tiene en cartera 'El hombre que nunca existió', en el que se basa una película que comenzó a rodarse la semana pasada en el Ayuntamiento.