Durante el actual confinamiento ciudadano tras el decreto de estado de alarma por el coronavirus han surgido iniciativas que palían consecuencias de ese aislamiento obligado, es el caso del grupo en la aplicación de mensajes WhatsApp creado por los vecinos de una urbanización en Málaga para ayudarse y animarse.

Mientras residentes en edificios de viviendas se comunican en esta situación con el vecino de enfrente de viva voz desde la ventana, quizás con más frecuencia de la habitual hasta ahora; en urbanizaciones con mayor distancia entre inmuebles se ha recurrido al teléfono móvil y sus aplicaciones, tan presentes hoy.

Mey Félix y su esposo, Rafael, pensaron que el confinamiento duraría semanas y que -como no saben mucho de quienes les rodean en su entorno- podría haber enfermos en casa, dependientes, personas con necesidad de comprar en el supermercado o farmacia o con miedo; por lo que creyeron que habría que crear un grupo de ayuda y apoyo.

Hablaron con los vecinos más cercanos y ya van por casi 70 integrantes en el grupo de WhatsApp, que -además de ayudar- se ha convertido en "un referente de acompañamiento", ha asegurado a Efe Rafael Gutiérrez.

Ángela Millón, una de las integrantes del grupo, ha explicado que, junto a la ayuda, "de vez en cuando se mete un chistecillo para no decaer", al tiempo que destaca que por la tarde algunos ponen música en sus casas y salen al balcón a cantar.

Precisa a Efe que con esta iniciativa se facilita al menos el contacto y si alguien precisa algo, un vecino hace la compra para varios; de forma que se evita que salgan las personas mayores.

Empezó cada uno facilitando el número de teléfono de los vecinos más cercanos de los chalés adosados del complejo y el grupo fue creciendo poco a poco.

Rafael, el administrador, ha señalado que los integrantes "se aferran al grupo como fuente de tranquilidad", que se ha creado "una red de apoyo" entre los vecinos y que las sensibilidades son muy variadas.

Comenta que en otros grupos se actúa de forma más rígida, pero en este no; ya que ante las malas noticias de la televisión, considera que los componentes "necesitan comunicare y reirse" y que ello "forma parte de esta dinámica".

"He ido a comprar medio pollo y me lo dan en dos o tres días", le cuenta un vecino y él añade que hay establecimientos que empiezan a cerrar porque no acuden clientes.

Pero ya han encontrado solución al recurrir a otros pequeños comercios que han empezado a organizarse, como una carnicería de la localidad Torrox, a la que se le pueden efectuar pedidos por WhatsApp, los entregan a domicilio y se le paga por transferencia.

Algún integrante del grupo que usa su teléfono móvil para trabajar desde casa ha tenido que abandonar este canal vecinal porque la continuidad de mensajes le impide su funcionamiento laboral, ante lo que han resuelto crear un segundo grupo exclusivamente para dar y recibir ayuda.

No falta la vecina que ofrece un recital de cante desde su terraza para animar al resto, por el WhatsApp organizan los aplausos de la noche y alguno se lanza a poner música. Y es que, a juicio de Rafael, "se genera una complicidad, una conexión humana".

Un dibujo de dos vecinos asomados a sendos balcones mirándose es la imagen del grupo "Súper-vecinos de El Limonar", en alusión a la urbanización donde residen en Vélez-Málaga y donde, aunque confinados y sin desatender la recomendación de mantener distancia física, ahora se sienten gracias a la tecnología muy juntos.