Son conocidos ya como 'coronamakers' y están abasteciendo a los hospitales de lo que más escasea en la lucha contra el Covid-19: material de protección individual para sanitarios. Esta iniciativa se ha extendido por todo el país y en Málaga superan ya los 200 voluntarios. En su primer fin de semana operativos han distribuido casi 350 viseras protectoras por los hospitales y ambulatorios de la provincia, desde San Pedro Alcántara hasta Vélez-Málaga y la zona del Guadalhorce.

Armados con sus propias impresoras 3D y bajo una coordinación titánica, los coronamakers malagueños se afanan en producir viseras de acetato, una pieza clave en los Equipos de Protección Individual de los sanitarios (EPI) durante su labor en los centros hospitalarios. "La pieza se compone de la visera que estamos fabricando con impresoras 3D, un acetato que realmente es una lámina de PVC transparente tamaño A4 de las que se usan en las encuadernaciones, y una goma o elástico para ceñir la visera", explica uno de los ingenieros coordinadores del equipo de Málaga.

Cada visera necesita entre una hora y dos horas y media para estar lista, según la impresora que se esté empleando y la habilidad del maker, ya que no todos son ingenieros sino que muchos se embarcaron en la impresión 3D por pura curiosidad e interés personal. "La formación de los makers en general es de lo más variopinta. Hay de todo, desde carpinteros hasta ingenieros, pasando por enfermeros e instructores de fitness", afirman desde el equipo coordinador.

Uno de estos markers es Pedro Blasco, profesor de Tecnología en el IES Salvador Rueda, centro educativo en el que emplea una impresora 3D para impartir los temas de diseño 3D, plásticos o robótica. "Era una pena porque en el centro teníamos una máquina y estaba allí parada. Entonces contacté con la directiva y el sábado por la tarde abrieron el instituto expresamente para que pudiera coger la impresora y los rollos de plástico y traerlos a casa".

Respaldado por el instituto, que ha donado el material para imprimir y los acetatos que usaban para encuadernar el material escolar, Pedro Blasco ha fabricado ya siete viseras que serán donadas al personal sanitario. "Todos hemos visto las imágenes de los sanitarios cubriéndose casi con cualquier cosa que tenían a mano porque no contaban con EPIs... si con esto se puede ayudar un poco mientras que llega el material, pues eso intentamos". Desde entonces, la rutina de este profesor en cuarentena empieza con el primer vistazo a la impresora 3D, revisa la última pieza y pone en marcha la elaboración de una nueva: "Y así todo el día".

Otra firma malagueña que se ha unido a la causa es Fiixit, dedicada a la producción de férulas , sustitutas de las clásicas escayolas, impresas con impresoras 3D. De buena mañana, su fundadora Raquel Serrano "pone a sus niñas a trabajar", un total de 10 impresoras 3D que ahora están prácticamente centradas en la construcción de viseras y mascarillas para enfermeras, médicos, auxiliares...

"Hemos enviado más de 100 piezas y ahora mismo tengo el taller lleno", explica esta ingeniera que asegura que su estudio en Alhaurín de la Torre es ahora su segunda casa donde trabaja sola aunque su equipo se mantiene activo y "a full" en sus hogares. "Hemos recibido una avalancha de solicitudes. Empezamos con ortopedias y se han sumado residencias, clínicas privadas que se han puesto a disposición del estado, el hospital Civil, el Regional... Cuanta más gente seamos, más vamos a sumar", sostiene Raquel.

Distribución

Lejos de ser un obstáculo, la imposibilidad de salir de casa ha desembocado en el nacimiento de toda una red de distribución que comenzó a tejerse gracias a los propios contactos de los makers, amigos y conocidos que han ido difundiendo la necesidad de un apoyo en el reparto de estas viseras. A día de hoy, colaboran el Sindicato Médico de Málaga, el Real Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Málaga y el consorcio provincial, Bomberos sin fronteras, Policía Local... y otras entidades públicas y privadas.

"Desinteresadamente se ofrecen a distribuir el material, ya que nosotros no podemos movernos, lógicamente, al estar en cuarentena", comentan desde la coordinación, que continúan trabajando para adoptar un protocolo unificado en la distribución de las protecciones. Eso sí, para aprovechar al máximo las recogidas, se ha establecido un lote mínimo de 20 viseras terminadas por maker para añadirse al reparto.

"Nosotros hemos recogido las viseras y, por otro lado, hemos recogido las placas de acetato, que en un principio nos las está donando Vasco Informática, y juntamos las dos cosas. Después las estamos repartiendo por centros de Atención Primaria y hospitales. Empezamos el domingo por los sitios donde había urgencias", explica Antonio Martín, presidente del Sindicato Médico de Málaga, entidad que además está adquiriendo el material necesario para mantener las impresiones y abastece a los makers.

El Hospital Regional, el Materno, el Hospital de Antequera, el Comarcal de la Axarquía o bien centros de salud como el de Marbella y Estepona ya han recibido una parte de estas viseras altruistas que tienen como finalidad única asegurar la protección a los más de 10.000 sanitarios malagueños que continúan atendiendo a los afectados por el Covid-19 a pesar de la escasez del material original.

Donaciones

Estos 'coronamakers' están aportando todos sus medios para completar las viseras y encontrar la forma de distribuirlas. Sin embargo, tras los primeros lotes finalizados la materia prima comienza a escasear en algunos hogares, por lo que están abiertos a donaciones.

"Ahora mismo necesitamos filamento (bobinas de kilo de PLA de cualquier color), portadas de encuadernación de PVC de 180 micras y tamaño A4, y cinta elástica de 1cm de anchura", destaca un coordinador.

Para ponerse en contacto, se ha habilitado el correo covid19makersmalaga@gmail.com o también a través de Twitter: @covid19makersm1.