El curso no se ha suspendido. Solo han cambiado las circunstancias en las que se dan las clases debido a la alarma sanitaria y obligación de permanecer en casa. Se ha suprimido la asistencia presencial al aula, pero la actividad lectiva se mantiene a diario en los domicilios de los alumnos. Los profesores han desarrollado programaciones y metodologías que han adaptado al confinamiento para garantizar el proceso de enseñanza y aprendizaje durante este tiempo. Sin embargo, no pocas familias lamentan que no tienen posibilidades de acceder a estas plataformas telemáticas.

Pilar Triguero, portavoz de la federación de asociación de padres en la provincia (FDAPA), explica que está siendo "muy difícil" para muchas familias, y que esta situación está provocando desigualdades. "Nadie estaba preparado para una situación así, pero se ha demostrado que en educación tampoco", sostiene.

Triguero no solo se refiere a las familias más vulnerables o en riesgo de exclusión. Habla también de aquellas con varios hijos y que puede que solo dispongan de un ordenador en casa. "Muchos niños no tienen portátil ni conexión a internet y hacen un gran esfuerzo trabajando con un móvil", explica.

Triguero pide a los docentes que tengan sentido común para ayudar a sus alumnos y solucionar sus dudas y aplaude el "trabajo titánico de muchos maestros, que se comunican por whatsaap y correos electrónicos" constatemente, y de aquellos que están compartiendo de forma gratuita y poniendo a disposición de otros colegas y de sus familias sus trabajos en la red. "Pero la voluntariedad del profesorado o las familias no es la solución de la educación a distancia", asegura la portavoz de FDAPA.

En algunos casos, también señala, los profesores están mandando demasiados deberes, sobre todo en Secundaria. "Mandan tarea sobre tarea y los alumnos están todo el día trabajando, y hay que recordar que para ellos esta situación de confinamiento también es difícil".

Pedro Jerez es maestro del colegio Manuel Siurot, en la capital. Reconoce que hay compañeros que no han entendido en qué consiste el teletrabajo educativo. "No son actividades de repaso, ni fusilar contenidos precocinados por otros compañeros ni mandar deberes. En el aula virtual tiene que existir un feedback, porque las dudas siguen existiendo", señala.

Jerez es defensor del uso de las nuevas tecnologías en clase, porque "una cosa es que nuestros alumnos sean nativos digitales y otra que nos hayamos preocupado de integrar esa tecnología". En esta situación, este docente echa de menos una mayor competencia digital que sirviera para "romper barreras digitales".

"En mi caso concreto, he tenido la suerte de que mi alumnado ya tenía adquiridos ciertos hábitos, por lo que este período de confinamiento está siendo más fácil para todos", señala un maestro que asegura que durante todo este tiempo ha hablado con todos sus alumnos, pero también con padres, abuelos o tíos, a través de teléfono, chat o vídeollamadas.

"La primera semana ha sido de puesta a punto, para asegurarme de que la totalidad de la clase tenía las herramientas necesarias para seguir avanzando", señala. Lógicamente todo este trabajo está sujeto al horario lectivo, "aunque nuestra labor a veces alcanza las 24 horas". "Hay que ponerse las pilas", resume, "entregarnos al teletrabajo en cuerpo y alma", aunque admite que las plantillas son heterogéneas y el trabajo con las nuevas tecnologías había quedado en manos del compromiso unipersonal de cada profesor.

"Preparados al 100% no estábamos ninguno. Pero hay herramientas, profesionales y vías para en un espacio corto de tiempo para sacarlo adelante, creo que sí", añade Jerez, quien ha tenido oportunidad de hablar con compañeros de otros centros.

Ante este estado de alarma, Google también ha liberado sus tecnologías educativas. La propia Junta de Andalucía, a través de los distintos centros de profesorado, está impartiendo cursos formativos a distancia.

En el colegio la Presentación, también desarrollan sus clases a través de la plataforma Google for Education. Laura Berrocal, profesora del centro, la utiliza para subir tareas e informaciones, pero también hace clases online a través de Meet, otra de las aplicaciones disponibles. "Los niños están respondiendo muy bien, acude el 100% a las clases en tiempo y forma, se les proyecta a través de archivos digitales y vamos avanzando", explica.

También hay que tener en cuenta que no es lo mismo un niño de Infantil, que otro de Primaria y otro de Secundaria o Bachillerato. Es decir, sus competencias digitales son distintas y hay que adaptar estas herramientas.

A lo largo de la mañana de este miércoles se desarrolla la Conferencia Sectorial de Educación, presidida por la ministra Isabel Celaá, que reúne de manera telemática a los consejeros de Educación de las distintas comunidades autónomas, con el objetivo de debatir y aprobar medidas para que los estudiantes no pierdan el curso debido a la crisis del Covid-19.

"El anuncio de una repetición del curso sería letal, el alumnado automáticamente entraría en modo vacaciones y todo el trabajo que estamos haciendo no serviría de nada. Hay que duplicar esfuerzos para sacar el curso adelante porque se puede hacer", sostiene Pedro Jerez.

De la misma opinión es Laura Berrocal. "Sería lo peor para los alumnos", añade, y se pregunta, eso sí, por qué sistema se va a seguir para los alumnos de segundo de Bachillerato que este año tienen que hacer la Selectividad.

"Lo más importante es no perder la vida, no creo que vayan a perder el curso", concluye Pilar Triguero, que sostiene que es necesario relajar esa percepción, unificar criterios y buscar alternativas.

¿Clases en julio?

Algunas administraciones educativas han llegado a plantear la necesidad de prolongar el curso a julio, algo que rechazan los sindicatos. Anpe, a través de un comunicado, se opone a esta propuesta y explica que "el profesorado sigue trabajando, adaptando y desarrollando las programaciones a las nuevas circunstancias y el alumnado desde su domicilio sigue realizando su actividad lectiva diariamente". Pero también recuerda las altas temperaturas que se registran en muchas comunidades, como la andaluza, que haría inviable dar clases si las aulas no cuentan con sistema de aire acondicionado.

Del mismo modo, precisa que en julio se realizan muchas oposiciones en la que participan los profesores, muchos docentes funcionarios forman parte de tribunales y los docentes interinos se presentan a las pruebas. "Por tanto, sería inviable ampliar el periodo lectivo por cuestiones de personal docente y también por cuestiones de espacio ya que se ocupan los centros educativos para la realización de las pruebas".