Si se conoce cómo se mueve el Covid-19 por Málaga, las medidas para frenar la propagación del virus se asegurarán un tiro certero. Esta es la premisa que ha llevado a un equipo de investigadores del Departamento de Geografía y la Cátedra de Seguridad, Emergencia y Catástrofes de la Universidad de Málaga a desarrollar un proyecto pionero en España que sigue de cerca los pasos del coronavirus a nivel local.

El objetivo reside en detectar los focos de contagio, es decir, allí donde se concentran un mayor número de contagiados y una mayor densidad de población, por lo que la probabilidad de propagar el coronavirus aumenta exponencialmente.

"En esas zonas también podemos identificar los puntos concretos más conflictivos, por ejemplo, una determinada línea de autobús, porque las calles pueden ser espacios de contagio pero peor todavía si se trata de un supermercado, una farmacia€ hay necesidad de contacto físico y acrecienta más la peligrosidad", explica María Jesús Perles, profesora de Geografía en la UMA al frente de este proyecto junto al director de la Cátedra de Seguridad, Jesús Miranda.

Para identificar estas áreas de máxima peligrosidad de contagio, este equipo investigador localiza los lugares de residencia de los ciudadanos infectados -datos cedidos por la Delegación de Salud y Familias de Málaga y que se mantienen bajo una absoluta confidencialidad- y se trazan lo que han denominado como "áreas de máximo tránsito", es decir, el perímetro aproximado por el que se entiende que se desplazarán sus familiares y vecinos, todos ellos posibles nuevos contagiados.

"Pensamos hasta dónde están paseando el virus, delimitamos unas áreas de tránsito de cada contagiado, el espacio en el que en esta situación de Estado de Alarma entendemos que las personas nos movemos, entre 5 y 10 minutos en el entorno de nuestra casa para acudir a las necesidades básicas", continúa Perles.

"Cuántas más áreas de tránsito se superpongan en una zona, cuántas más personas confluyan transitando, podríamos entender que hay más densidad de personas contagiando en una misma zona. Eso hace que se eleve la probabilidad de contagio". De esta forma, es posible optimizar los recursos dedicado a frenar la propagación del contagio y dirigirlos en primera instancia a las zonas más susceptibles de albergar nuevos casos de Covid-19 y predecir su evolución.

"Lo que queremos es que la administraciones sepan dónde el problema es más acuciante, de tal modo que no tengamos que aplicar indiscriminadamente las mismas medidas en toda la ciudad, sino ser capaces de centralizarlas en los focos donde hay más conflicto".

Este dispositivo de asesoramiento científico y técnico, formado por investigadores voluntarios de la UMA, se puso a disposición de la Delegación de Salud y Familias de Málaga el lunes 16 de marzo y estuvo operativo en "un tiempo récord"; en cosa de 24 horas contaban con los datos necesarios para empezar a trabajar y mandaron los primeros mapas espaciales a las administraciones públicas, donde también se incluyen los Servicios de Coordinación y Protección Civil del Ayuntamiento de Málaga, la Diputación Provincial y la Oficina CIFAL. "Han confiado en nuestra capacidad científica y de asesoría y se ha funcionado con agilidad", asegura María Jesús Perles.

Desde entonces, los mapas se actualizan a diario en función de los nuevos registros de contagios y continúan realizándose nuevos diagnósticos para guiar las labores de desinfección, seguridad y control de la población.

Análisis simultáneo

Mientras el país se mantiene alerta y vigilante de la evolución temporal del coronavirus y su curva de contagios, estos investigadores hacen hincapié en la importancia de realizar, paralelamente, un estudio del comportamiento espacial de la pandemia, ya que consideran que si se conoce dónde se concentra, atacarlo es mucho más sencillo y eficaz.

"No se puede olvidar esta otra forma de abordar la cuestión. Hay que prever cuándo se va a producir un pico de asistencia hospitalaria obviamente, pero la única manera de que los picos no se produzcan es cortando la propagación", incide Perles.

Asimismo, la investigadora augura que este novedoso análisis espacial e interpretación de los datos permitirá sacar conclusiones futuras cuando se haya vencido la epidemia y generar nuevos protocolos en caso de necesitar afrontar una situación parecida: "De esto puede surgir un modelo explicativo, para que la próxima vez sepamos cómo se contagia el virus, de qué manera, con qué patrones€ la próxima vez que podamos enfrentarnos a él, estaremos preparados".