­Los primeras semanas de clases a distancia por el cierre de los centros educativos pueden resultar difíciles tanto para los docentes como para las familias. Adaptarse de la noche a la mañana a un cambio de esta magnitud no resulta sencillo. Ayudados por las nuevas tecnologías, los profesores intentan que las clases continúen pero la situación es distinta en cada nivel educativo y en cada familia según los recursos y competencias que se tengan. ¿Qué es lo mejor en estos momentos? ¿Intentar reproducir lo más fielmente posible la enseñanza presencial o adaptarla a las circunstancias?

El pedagogo Enrique Sánchez defiende la segunda opción, adaptar la metodología y dejar a un lado por ahora la clase tradicional. «Tiene más sentido aprovechar lo que trae la nueva situación, por ejemplo mucho tiempo con la familia y mucho tiempo libre. Nosotros podemos dar una alternativa constructiva para ocupar ese tiempo sin que sea una carga adicional a lo que ya tenemos», afirma.

Además, advierte de que si se siguen procesos tradicionales de formación «nos vamos a encontrar con que en casa nos faltan recursos para llevarlos a cabo, y en unas casas más que en otras».

Pero, ¿y qué pasa con el currículum obligatorio? Según este experto, se puede seguir pero adaptándolo a las circunstancias. «La Historia de España se puede estudiar con un libro de texto o viendo una película sobre el 23F, que además se puede ver en familia», pone como ejemplo.

Sánchez defiende los postulados del pedagogo británico Lawrence Stenhouse, que entiende el currículum como un instrumento al servicio del docente y no al contrario y como un proyecto inacabado que se debe modificar según las circunstancias. En definitiva, ser flexibles con la materia de cada nivel e interpretarla en la medida de lo posible.

En cuanto a los contenidos, apuesta por que sean temas que interesen realmente a los estudiantes, lo que hará que el aprendizaje sea productivo. Además, propone contextualizar las tareas al momento actual, por ejemplo, con una investigación sobre esta crisis sanitaria con datos de los medios de comunicación y también con la experiencia de la familia.

Respecto a la evaluación, la Junta de Andalucía ha indicado que las sesiones de evaluación continuarán «siempre que sea posible». En este aspecto, Enrique Sánchez apuesta por la flexibilización también en este sentido y tender hacia la autoevaluación o coevaluación. «La legislación dice que la evaluación tiene que ser continua. El examen no es lo único importante, sino también cómo el alumno va trabajando en el día a día. Ese día a día nosotros, como profesores, no podemos verlo ahora, lo ven las familias y los niños. Pues vamos a hacer un proceso de evaluación compartida», afirma.

Además, añade que hay que personalizar la evaluación porque, en este periodo de ‘escuela en casa’, hay que ser conscientes de que hay familias que podrán ayudar muchos a sus hijos y otras que no y eso habría que tenerlo en cuenta.

«Yo creo que la clave es realizar actividades que mantengan la ilusión y el ánimo en un tiempo en el que nos vamos a venir abajo porque la situación es la que es. Si nosotros, desde la educación, podemos contribuir a eso, hemos hecho mucho más que avanzar cinco o seis temas», concluye. Y da un último consejo, sobre todo para los alumnos de Primaria, que dediquen este tiempo a la lectura.