«La salud de los vecinos y las vecinas es lo primero». Esta impresión cobra un sentido omnipresente en las reflexiones a las que se entregan, frente a la situación actual, tres políticos de distinto signo que tienen en común la misión de dirigir un ayuntamiento en tiempos tan difíciles como inéditos. De repente, todos ellos se han convertido en los alcaldes de la salud de los vecinos. Las respectivas regidoras de Ronda y de Benaoján, María de la Paz Fernández (PP) y Soraya García (PSOE), y el alcalde de Istán, José Miguel Marín (IU), explican en primera persona para los lectores de La Opinión de Málaga cómo están viviendo estas jornadas de confinamiento a las que se ha visto obligada la población por la crisis sanitaria del coronavirus.

María de la Paz Fernández (Ronda)

«Desde el punto de vista familiar, lo más difícil está siendo no poder ver y visitar a mis padres en una situación en la que ellos son mayores y están muy delicados de salud. Eso me agobia mucho. El resto del confinamiento -con mi marido y mi hija- lo llevamos bien. Siempre con la preocupación de qué va a pasar con la crisis sanitaria. Eso no se quita de la cabeza. Respecto al Ayuntamiento, al principio teníamos más reuniones para, sobre todo, poder organizar la cuestión social y económica. En estas cuestiones organizativas vimos, en relación a los funcionarios, cómo íbamos a seguir prestando servicios esenciales a los ciudadanos como la seguridad o la ayuda a las familias que más lo necesitan en estos momentos. Ahora lo hacemos todo virtualmente, a través de las reuniones por videoconferencia. Todos los días estamos pegados al teléfono intentando solucionar cualquier problema que surge en la población. Y, sobre todo, acomodándonos a las medidas que el Gobierno va adoptando y que nosotros debemos poner en marcha. Por último, como ciudadana me preocupa cómo se va a solventar esta crisis sanitaria y cuándo. Eso es muy preocupante. Me preocupa la situación de los servicios sanitarios y de la población en general. Eso es una cuestión que todos tenemos en mente en estos momentos. Pero también me preocupa qué va a pasar, una vez que se haya superado esta crisis sanitaria, con la crisis social y económica de un país como España. Esta crisis es global. Me preocupa muchísimo también la situación social de millones de familias».

Soraya García (Benaoján)

«Después de 18 días de cuarentena obligatoria por síntomas, sin poder abrazar a mi familia y cuando además hemos sufrido la pérdida de un ser querido al que no pudimos despedir como merecía, personalmente están siendo días difíciles. Como para la mayoría del país. No obstante, la actividad laboral me mantiene muy ajetreada y lo sobrellevo como puedo. De pronto, sólo tenemos una prioridad que es proteger la salud de Benaoján y, por tanto, estas semanas han sido de mucha intensidad laboral, sin límite de horas, gestionando, coordinando, atendiendo y asesorando a vecinos y vecinas, tomando medidas preventivas y que garanticen el cumplimiento de la normativa sanitaria establecida... También estamos estudiando todo lo que va saliendo al respecto, y por si fuera poco desmintiendo bulos continuamente para bajar la crispación de quienes más sufren las mentiras, que son nuestros vecinos y vecinas que bastante tienen ya con sus problemas. En primer lugar, nuestra principal preocupación es evitar el contagio. Luego damos paso a preocupaciones como la prestación en los casos de desempleo derivados por esta situación; o cómo pueden afrontar algunos gastos habituales sin ingresos... Y, finalmente, también a mucha preocupación por cómo atajaremos la crisis económica, una vez superada la etapa sanitaria».

José Miguel Marín (Istán)

«Antes de que se decretara el estado de alarma, empezamos a tomar medidas. Creamos unos servicios mínimos, cerramos los centros públicos y organizamos el teletrabajo. En los servicios obligatorios, hay turnos con un mínimo de trabajadores. En la limpieza, por ejemplo, hemos enfocado todo el trabajo a limpieza y desinfección con un mínimo de trabajadores que no trabajan todos los días. En el Ayuntamiento, también tenemos a una persona trabajando. Los tres empleados se van rotando. Y tanto yo como el teniente alcalde acudimos todos los días. Ya no salgo a la calle a ver a los vecinos. Como este virus se contiene es no manteniendo contacto con otras personas. Lo que más ha cambiado en el Ayuntamiento es que ya no viene la gente a verte, ahora te llaman por teléfono o te mandan mensajes por WhatsApp. El contacto continúa de ese modo. Mis dos teléfonos móviles están todo el día 'incendiados' pues, además, formo parte de diversos grupos de alcaldes. También se usa mucho más el correo electrónico y la videoconferencia. Y quienes hacen el teletrabajo municipal están funcionando mucho a través de las redes sociales y proponen actividades deportivas, zumba, pilates... Y desde la Casa de la Juventud se están recopilando fotografías alegres y de ánimo. El movimiento vecinal es constante y eso hace que todo sea mejor. Personalmente, lo que más me preocupa es la salud de los vecinos y vecinas de Istán. La gente lo está llevando muy bien, se está cumpliendo el confinamiento y se va saliendo de forma moderada a hacer la compra. Prima el sentido común. La salud es lo primero. Nos preocupa la sanidad y que las personas tengan lo básico para comer, que no les falte alimentos en todo este tiempo. Y también pensamos en el día después, que significará volver a empezar de cero. En esto ya tengo algo de experiencia, porque en 2007, en mi primera legislatura como alcalde, nos golpeó la crisis de lleno. El tema no me asusta, habrá que redoblar los esfuerzos y trabajar mucho más pero es posible salir adelante. Tengo un buen equipo de trabajo a mi lado».