En esta sección ya hemos comentado que el Ayuntamiento de Málaga proyecta para la zona limítrofe entre la Carretera de Cádiz un parque 'de consolación', en los antiguos terrenos de Repsol.

De consolación, porque desde que en el PGOU de 1983 se pensó destinar a parque la inmensa mayorías de las 17 hectáreas de estos terrenos, hasta nuestros días, cuando ha primado la rentabilidad más terrenal, el parque ha quedado reducido a una extensión bastante mediocre: no llegará ni al 37 por ciento de la parcela y será más pequeño que el Parque del Oeste. Ocupará 6,5 hectáreas. Una pena.

Comparen este ejercicio urbanístico de miopía medioambiental, con la vecina ciudad de Sevilla, que es la quinta capital de España en zonas verdes por habitante.

Claro que los sevillanos partieron, al igual que ocurrió en Madrid con El Retiro, con una importante baza, al menos desde finales del siglo XIX: con la donación de los jardines del Palacio de San Telmo por la hermana de Isabel II, la infanta María Luisa Fernanda de Borbón. La donación permitió la apertura al público en 1914 del Parque de María Luisa, que hoy tiene unas 34 hectáreas.

Pero quien no se consuela es porque no quiere. En Málaga contamos con un Parque de María Luisa, aunque ni siquiera aparezca en el callejero municipal, donde consta como 'Parque Guadaljaire', en deferencia, suponemos, al polígono industrial que está al otro lado de la Ronda Oeste. Sin embargo, los carteles municipales del parque sí tienen la denominación correcta: parque de María Luisa.

Vecino de la urbanización del mismo nombre, supone la zona más próxima de esparcimiento para los barrios de Virgen de Belén y La Luz, que también lindan con la zona verde, pues la fachada principal del parque asoma a la avenida de Isaac Peral.

Un vecino de entorno recuerda cómo hace unos veinte años, este parque, que pertenecía a la urbanización Parque María Luisa, pasó al Ayuntamiento por cuestiones económicas.

Eso explicaría su diseño inicial, con el aspecto de haber sido plantado con el objetivo de que sus árboles crecieran lo más deprisa posible. Se buscó la sombra, antes que otra cosa, como sucede en varios parques de Teatinos

De cualquier forma, aunque no estemos ante un parque botánico, es un espacio muy frecuentado en el que los usuarios de perros confían en contar por fin, este mismo año, con un parque canino digno y estable. De momento han conseguido del Ayuntamiento uno provisional.

Con un vallado reciente, en su interior aguardan ficus, aves del paraíso, prunas, árboles del amor, cipreses y tipuanas, además de muchas palmeras.

La foto nos la envía un vecino, que la ha realizado a través de las verjas hace unos días. Ojalá pronto podamos pasear por el Parque de María Luisa. El de Málaga.