El irlandés John Banville es un escritor peculiar que, al menos en España, no había tenido hasta hace pocos años el reconocimiento que su magnífica obra merece. Con mas de cuarenta años de trabajo, con novelas memorables como El Intocable o Imposturas, o esa pequeña obra maestra que es El mar, Banville venía sufrido injustamente el no pertenecer al grupo Granta, al grupo de Martin Amis, Ian McEwan o Salman Rushdie, a pesar de que su valía literaria está a la par o más allá de la de algunos de ellos. Baste decir que Banville es un genio de la lengua inglesa. La concesión del Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2014 supuso el reconocimiento frente a esos años de olvido que quedaron ya atrás.

El escritor irlandés ha sido durante mucho tiempo un hombre de muchas voces. Ha escrito ?? novelas con su propio nombre (con las que ganó los premios Booker, Kafka y el Príncipe de Asturias) y otras ?? bajo el seudónimo Benjamin Black. Sus libros son modernistas, inventivos y densamente literarios; su prosa fría es sutilmente encantadora; a menudo se lo compara con Proust, Joyce y Nabokov.

Todas ellas son el mejor exponente de la ingeniosa obra que a lo largo de cuatro décadas ha ido erigiendo Banville construida con enorme calidad, talento y brillantez. y que colocan a Banville en la estela majestuosa e indestructible que dejaron otros irlandeses insignes como Oscar Wilde, James Joyce y Samuel Beckett.

Siguiendo este estela Alfaguara publica ahora bajo el título de 'Trilogía de F. Montgomery', un volumen que reune su novela 'El libro de las pruebas', publicado en España en 1991, y dos novelas hasta ahora inéditas en español: 'Fantasmas' escrita en 1993 y 'Atenea', en 1995. Las tres con el protagonismo de Freddie Montgomery.

En 'El libro de las pruebas', Freddie Montgomery, un científico de gran talento, comete dos crímenes: roba un valioso cuadro a un acaudalado amigo de la familia y asesina al ama de llaves que fue testigo de su robo. Mientras espera juicio escribe su confesión en un intento de explicar los acontecimientos que le han llevado a la cárcel. En 'Fantasmas, Freddie Montgomery ha cumplido su condena de diez años y ahora vive en una isla casi deshabitada con el historiador del arte Silas Kreutznaer y su asistente Lichty y un pequeño un grupo de excéntricos individuos, sobrevivientes de un naufragio. También aquí es el propio Montgomery es el que va relatando las vicisitudes de este grupo de naúfragos y también aquí aparece otra cuadro de un pintor que tiene alucinado al profesor Kreutznaer.

En 'Atenea', aparece otro ex convicto, un tal Morrow que, al final, no es otro que el propio Montgomery, que le cuenta su historia a una musa desconocida. Nuevamente el robo de cuadros y las muertes por su posesión, con un asesino que se dirige a una casa vacía ubicada en Dublín tras conocer a dos personas que le ofrecen distintas propuestas, cierran esta trilogía que Banville deja en el aire, abriendo la perspectiva a nuevas apariciones futuras de Freddie Montgomery y su estela.

Muy pocos autores podrían escribir una novela que sea un homenaje al gran Raymond Chandler, padre fundador de la ficción criminal, y hacerlo en una versión perfecta de la voz distintiva de Chandler. Ese autor es John Banville.

Al leer la Trilogía de F. Montgomery nos encontramos con un grupo de las novelas mejor construidas, mejor elaboradas y mejor narradas en mucho tiempo, al menos en lo que llevamos de este corto siglo. Banville alcanza en los tres textos una maestría verdaderamente asombrosa, una capacidad para hilar pasado, presente y futuro sólo al alcance de los grandes y una sutileza argumental y temática unida a una brillante narrativa que está al alcance de pocos.

Es una trilogía de novelas que define a un escritor, que le retrata con la singularidad de los grandes, que le señala como ungido por la genialidad que derraman los dioses.