La vida de las palabras, bastante más extensa que la de Matusalén, nos depara sorpresas hermosas pese a que designen objetos humildes como el de hoy. Porque el protagonista de la crónica es el alcorque.

La Real Academia Española nos informa de que 'alcorque', del árabe 'alqúrq', procede a su vez del arameo 'qurqa', que por cierto era la lengua que hablaba Jesús. Así que en nuestras calles tenemos un objeto que casi con toda seguridad escucharon y pronunciaron muchos de los protagonistas del Nuevo Testamento, y que difiere poco de la palabra española

El diccionario de la RAE lo define como «Hoyo que se hace al pie de las plantas para detener el agua en los riegos» y lo cierto es que, todavía en algunas calles de Málaga, bastante concurridas antes del confinamiento, nuestro Ayuntamiento se ha tomado al pie de la letra lo de la detención del agua para levantar alrededor de los árboles una suerte de sistemas defensivos que habrían asombrado al rey Asurbanipal.

Del ejemplo más señero y veterano hemos hablado en alguna ocasión en esta sección. Si -esperemos que pronto- se dan una vuelta por la calle Puerta del Mar, verán los llamativos alcorques que rodean las palmeras. Cuando esta calle se peatonalizó y rodeó de palmeras, recuerden que uno de los comentarios más escuchados era eso de que «parecía Hollywood», como si los malagueños no recordaran que delante de la Aduana no había plantados precisamante limoneros.

Bien, parecerá Hollywood pero también una gincana callejera, por la destreza que deben tener los paseantes para no tropezar con los alcorques, que parecen 'monumentos al alcorque'.

En los inicios, estas 'plataformas circulares elevadas' de Puerta del Mar estaban cubiertas de tierra, como mandaba la tradición, pero cuando llegó el momento de pavimentar con material drenante, en lugar de hacer lo lógico, que era dejar los alcorques a ras de suelo, ya sin los 'muretes defensivos', optaron por dejarlos, con lo que andar por Puerta del Mar sigue siendo un incordio y además es una vía propensa a los saleazos.

En la misma línea de alcorques incordios, la reforma urbanística de calle Salitre amplió las aceras pero no la mentalidad de las personas que la diseñaron.

A su favor cabe decir que los alcorques resultantes son un híbrido entre murete defensivo y alcorque tradicional, con un lado del baluarte -el más pegado a la carretera- mucho más elevado que el que da a la parte peatonal, todo un gesto de sensibilidad para los que nos desplazamos con los dos pies.

Además, se trata de alcorques que no están en mitad de la calle, como los de Puerta del Mar, con lo que la peligrosidad es menor.

La cuestión es que el Ayuntamiento se gasta muchos miles de euros al año en 'rebajar' los alcorques y dejarlos con material que drenaje.

Si es posible, que algún día el aplanamiento llegue a las calles Salitre y Puerta del Mar. Lo que nos ahorraremos en tropiezos...