A los diez días de decretarse el estado de alarma, la veterana Asociación de Vecinos de El Palo, cuenta por teléfono Mercedes Píres, presidenta vecinal.

Con la ayuda de médicos del centro de salud del barrio, que les pasaron un tutorial para hacerlas de forma correcta, y con la colaboración de comerciantes, como Decoraciones Paquita y voluntarios, se pusieron manos a la obra.

Entre los voluntarios, cuenta Mercedes Píres, además de vecinos del barrio, también han contado con la ayuda de las monjas del Colegio de La Asunción, que se ofrecieron para colaborar.

Desde entonces, la asociación de vecinos ha fabricado 480 mascarillas, con la particularidad de que las primeras 370 han sido para personas en grupos de riesgo. «Si no tenían un familiar, las entregábamos a domicilio», explica la presidenta, que detalla que las mascarillas se entregan una vez lavadas a 60 grados, recogidas con guantes y depositadas, «cada una, en una bolsa de congelados con cierre hermético».

Gracias a un equipo de voluntarios que se ha movido por el barrio «a pie, en bici o en moto», con una autorización por si les paraba la policía, han podido hacer estas entregas y como explica Mercedes Píres, «a veces terminábamos haciéndoles la compra a las personas de riesgo, íbamos a por medicamentos...», ríe.

Tras repartir a los vecinos en grupos de riesgo, la asociación reparte mascarillas a toda persona que no tenga y necesite salir de casa o bien esté en un trabajo de cara al público. En estos casos, salvo excepciones por incompatibilidad de horarios, ya no se entregan a domicilio sino que la asociación está autorizada a repartirlas con cita previa de nueve de la mañana a dos de la tarde en su sede de la plaza del Niño de las Moras.

Mercedes recuerda momentos como cuando las costureras, a quienes agradece «de corazón» su trabajo, han tenido que acelerar la labor «para entregar la mascarilla a alguien que tenía que ir al hospital».

Además, con cada una se entregan las instrucciones, «porque la gente tiene que tener más cuidado ya que no son homologables», advierte.

Mejora de la calidad

Lo que sí han conseguido con el tiempo es mejorar la calidad, pues si en un primer momento eran de tela con un filtro de 'tnt', ahora son enteras de 'tnt', «un tipo de tejido que lo usan para tela de mantel porque no permite que pase el agua». Y como detalla, las nuevas mascarillas tienen dos capas de ese filtro de 'tnt', «porque hemos comprado cien metros». Son, además, reutilizables, y la presidenta aconseja que, a la hora de lavarlas, se metan en agua con lejía cinco minutos.

El equipo de costureras de El Palo trabaja en sus casas unas seis horas diarias y además de resaltar su trabajo, la presidenta quiere dar las gracias tanto a los voluntarios como a la Policía Local y Nacional del barrio, por su colaboración. También quiere agradecer la ayuda del distrito Málaga Este, y pone el ejemplo de que, durante el reparto, «nos quedamos sin tinta para la impresora con la que imprimimos las instrucciones y el distrito nos hizo las copias».

Un efecto colateral de estos repartos ha sido la colaboración de la asociación con el centro de salud, al que ha avisado de personas encerradas que, tras tanto tiempo confinadas, tenían crisis nerviosas.

A medida que pasan los días, reconoce Mercedes Píres, aumentan problemas de este tipo e, incluso, cuenta que en la sede de la asociación tuvieron «un incidente racista», cuando una vecina protestó porque recibía mascarilla un vecino extranjero.

Se trata, señala también, de un incidente aislado que no empaña la realidad: «Que en El Palo, nuestro barrio, sí se está ayudando a la gente y que la inmensa mayoría se ha portado fenomenal».

A la espera de más elástico para las mascarillas, el equipo de la Asociación de Vecinos de El Palo seguirá con este trabajo gratuito y solidario.