Junto a la plaza que en La Virreina Alta recuerda al director de orquesta austriaco Herbert von Karajan arranca la calle de un colega de profesión, el director de orquesta y compositor español Joaquín Gaztambide.

Paralela al río Guadalmedina y con la calle del compositor francés Gounod, pero desde finales de enero, apenas ofrece los primeros 'compases', los primeros metros, porque se encuentra cortada con una valla debido a un desprendimiento del muro junto al río.

«Como estamos teletrabajando desde hace mes y pico, una de las habitaciones da la calle y todas las mañana la veo», comenta Jesús Manuel López, vecino de la calle.

En concreto, explica que el pasado 24 de enero, la noche siguiente al famoso granizo que cayó sobre Málaga, escuchó un ruido de madrugada y vio cómo la policía colocaba unas vallas que cortaban la calle.

«De noche no se veía nada pero ya de día vi que se había hundido toda la acera y el vallado que da al río. La carretera estaba un poco hundida pero no mucho», cuenta.

El caso es que, como argumenta, si bien en marzo se produjo el decreto del estado de alarma, «el Ayuntamiento ha tenido mes y medio largo para darle una solución a la calle».

Se trata, subraya Jesús Manuel, de una de las calles principales de la Virreina Alta, «una calle muy concurrida, de entrada y salida a la autovía, tanto a la de Torremolinos como a la de Antequera, que a los vecinos nos venía de escándalo y ahora está cortada de cabo a rabo».

El vecino, que señala que el corte también perjudica a la hora de encontrar aparcamiento, no se explica el retraso en la reparación y advierte que ha visto gente acercándose a la zona hundida, «haciendo fotos y selfies», algo que considera muy peligroso. Tampoco se explica que la zona la corte una valla tan poco consistente, «que la puedes mover con la mano».

«En otras zonas de Málaga ocurrió algo parecido y a los dos días estaban los servicios del Ayuntamiento arreglando la cosa, mientras que aquí, aunque pago mis impuestos como cualquiera, ya llevamos tres meses», lamenta.

A su juicio, La Virreina Alta depende de un distrito, el de La Palma-Palmilla, «que se ciñe a su zona y que una parte como esta, con 2.500 vecinos, la tiene un poco dejada de la mano de Dios».

Respuesta del Ayuntamiento

El concejal de Urbanismo, Raúl López, explicó ayer a La Opinión que a causa de las lluvias «el terreno se ablandó y se desprendió el acerado y la parte que lo sostenía, el muro de ribera del Guadalmedina».

Tras la protección de todo el entorno y la desviación del tráfico y el peatonal, el concejal informó de que se han tenido que hacer sendos estudios geotécnico y topográfico por la cercanía del río y Urbanismo ya está redactando el proyecto. «No será una obra de llegar y reparar, hay que ver cómo se regenera para que no vuelva a ocurrir», apuntó.

Una vez redactado el proyecto, explicó, habrá que esperar a que finalice el estado de alarma, porque ahora mismo no permite licitar obra nueva. En cuanto se pueda, se buscará la partida presupuestaria y se licitará, destacó.