Hace justo un año, se encontraba en la recta final de su primera campaña electoral como cabeza de lista del PP por Málaga al Congreso de los Diputados, ¿qué impresión general tiene de lo acontecido en España desde entonces hasta hoy mismo?

Han pasado cosas que no nos podíamos imaginar. El día que se declara el estado de alarma se cumplía un año de mi salto a la política. Al final, te das cuenta de lo que cambian las cosas y de lo trascendental y grave que es lo que estamos viviendo. El coronavirus ha generado un punto de inflexión. Ahora, como político, mi objetivo está siendo hacerlo lo mejor posible en el ámbito de la comunicación partiendo de la base de algo por lo que yo entré en la política: defender el interés general.

¿Cómo puede contribuir un diputado por Málaga para ayudar a la provincia a soportar los efectos del coronavirus?

No hablo solo de mí, sería pretencioso. Hablo de los tres diputados del PP de Málaga, que trabajamos en la defensa de los interés de la provincia y del conjunto nacional. Presentamos iniciativas parlamentarias como aquella en la que mi compañera Carolina España ha llevado a una proposición no ley para que el IVA de productos como las mascarillas o los geles hidroalcohólicos sea muy reducido, que es lo que a su vez están pidiendo muchas farmacias una vez que el Gobierno ha tomado la decisión de establecer un precio fijo. Estamos manteniendo contactos con los sindicatos policiales, los funcionarios de prisiones o con el sector turístico. Una de las prioridades de los diputados del PP por Málaga es el turismo, para relanzarlo y salvar la temporada. Ya hemos presentado una batería de medidas y, en los próximos días, presentaremos también una proposición no de ley.

Como vicesecretario de Comunicación del PP ha vivido en primera fila, en la sede de calle Génova, la gestión política de esta crisis, ¿qué nota le pondría al trabajo de Pablo Casado?

Sinceramente, creo que el presidente Casado ha estado a la altura de las circunstancias. Desde el primer momento, dijimos que íbamos a apoyar al Gobierno para salvar vidas pero no para tomar decisiones que fueran contraproducentes para el interés general. Y eso hemos hecho. Tanto es así que hemos vuelto a apoyar la prórroga del estado de alarma. Pero la labor de la oposición tiene dos patas. Una de ellas es la de presentar iniciativas, y así hemos hecho desde el punto de vista sanitario y económico. Y otra labor fundamental del principal partido de la oposición es denunciar aquello que no se está haciendo bien por parte del Gobierno.

¿Cómo valoraría, entonces, la labor del Gobierno de España?

El Gobierno no está haciendo bien muchas cosas. No sabemos, en estos momentos, cuál es el plan de desescalada. En cambio, la Junta de Andalucía tiene ya iniciativas, un plan en materia turística y también ha preguntado por la vuelta al colegio. Pero llama al Gobierno de España y no obtiene respuesta.

Pedro Sánchez ha recibido en los últimos días críticas de diversa índole, ¿se siente en alguna medida identificado con las acusaciones de Vox que lo inculpan directamente de las muertes?

Yo parto de la base de que estas han sido unas circunstancias excepcionales y terribles. Y no le presupongo, ni mucho menos, mala fe al Gobierno y a su presidente. Pero al Gobierno de España, en momentos de crisis, hay que reclamarle medidas claras y eficaces. Nosotros hemos exigido eficacia para gestionar la crisis, transparencia para rendir cuentas y humildad para pedir perdón por los errores cometidos. Eficacia no hemos encontrado. Todavía conocemos casos de test y mascarillas que se han tenido que retirar porque no son de buena calidad. Hace muchas semanas que el Gobierno tomó el mando único y eso tenía que haber sido una prioridad. Respecto a la transparencia, el Gobierno ha tenido tics que son intolerables. Ya hablo como periodista que soy: más mascarillas y menos mordaza. Y sobre la humildad, hemos tenido esta misma semana un pleno importante en el Congreso de los Diputados y, durante esas horas, Pedro Sánchez ha sido incapaz de pedir perdón y no ha hecho autocrítica por los errores cometidos. Eso también hay que denunciarlo.

¿Cómo cree el PP que se debe actuar para amortiguar el impacto económico y social de la crisis?

El PP ya le ha traslado al jefe del Gobierno un decálogo de medidas económicas. Esperemos que todos los españoles puedan ver tanto las medidas que plantea el Gobierno como las que plantea el principal partido de la oposición. Al Gobierno le pedimos, en primer lugar, un diagnóstico certero y que a partir de ahí tome las decisiones encaminadas en una buena dirección. Y eso significa, seguramente, no atender a lo que sugiere Pablo Iglesias. Ya hemos visto, a través de algunas de sus declaraciones, que no va por una buena línea. Nosotros insistimos en la necesidad de que permita a los ayuntamientos utilizar el superávit para políticas sociales y ayudas a los más vulnerables. Es una petición que, por cierto, han hecho muchos ayuntamientos del PP de Málaga y le hemos traslado formalmente al Gobierno, que todavía no lo ha hecho. ¿Qué son malas señales? Por ejemplo, no es de recibo que una ministra de Trabajo diera por amortizados el sector turístico y la hostelería hasta diciembre. Málaga no se merece tanta irresponsabilidad. España no se lo merece. Lo que nos merecemos son gestores serios que sean capaces de tomar las decisiones que sean necesarias en estos contextos de crisis.

¿Es el momento de aparcar diferencias y hacer un gran pacto?

En el Congreso de los Diputados se va a celebrar, a petición del PP, una comisión para abordar las medidas a tomar a medio plazo. A corto plazo, hemos planteado un plan de choque sanitario. El de las mascarillas. El de los test. También hemos pedido que se tomen ya decisiones económicas. El presidente Casado, cada vez que le ha llamado y se lo ha pedido Pedro Sánchez, ha acudido. Hemos apoyado tanto el estado de alarma como las prórrogas siguientes. Pero, además de esa lealtad -que ha sido una lealtad mayor que la de sus socios de investidura y ahí están las votaciones como prueba del algodón- el PP también tiene una obligación. Que es ejercer esa oposición con responsabilidad y con firmeza. Nuestra lealtad tiene que ser con España y con los españoles. Cuando sabemos, por ejemplo, que ya lo han dicho distintas administraciones, que las cifras sobre las muertes por el coronavirus que ofrece el Gobierno de España no son las cifras reales, ¿qué es lo que deberíamos hacer? ¿Mirar para otro lado? ¿Callar? Reivindico también la obligación del PP de denunciar alto y claro aquello que se debe de censurar por parte del Gobierno.

¿Sintió vergüenza ajena cuando, en un principio, se anunció el alivio del confinamiento infantil para acompañar a los mayores a la compra, sin contemplar la posibilidad de dar paseos?

Últimamente, parece que el Gobierno solo acierta cuando rectifica. El Gobierno de España se vio en la obligación de rectificar en tan solo unas horas. Y, por cierto, volvimos a ver las fricciones y divisiones del Gobierno porque estaba compareciendo el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y Pablo Iglesias ya se estaba apuntando el tanto de la rectificación. Insisto, en estos momentos tan difíciles y complicados en los que los españoles está haciendo tanto -porque son la inmensa mayoría de los españoles quienes están confinados- al Gobierno lo único que se le exige es que explique de forma clara su plan y que tome las decisiones que tenga que tomar de forma eficiente. Y lo que vivimos respecto al desconfinamiento de los niños, es absolutamente lo contrario. Provocó una inseguridad enorme en las familias. No sabemos cuál es realmente el plan de desescalada. Hay demasiado mitin y poca concreción.

El secretario general de los socialistas malagueños, José Luis Ruiz Espejo

Si eso se lo dedica al partido que le ha apoyado en el Congreso de los Diputados durante todas las prórrogas del estado de alarma, yo le llamo sinceramente a la reflexión. Y creo que debería de disculparse. Estamos siendo más leales que los socios de investidura ¿Qué diría, entonces, Ruiz Espejo de lo que están haciendo estos socios? En el PP somos leales a España -a los españoles y a los malagueños- en la defensa de los intereses generales. Al Gobierno solo le hemos pedido eficacia, transparencia y humildad. Y de esas tres cosas, no hemos conseguido ninguna.

Le une una buena relación a Mariano Rajoy, ¿qué opinión le merece que el expresidente se haya saltado el confinamiento?

Creo que todos debemos dar ejemplo. Desconozco las razones de esos paseos o salidas que ha hecho el expresidente del Gobierno de España. Todos deberíamos dar ejemplo porque los españoles nos están dando ese ejemplo absolutamente. Por cierto, debemos empezar por los miembros del Gobierno. Hemos visto al presidente y a su vicepresidente saltarse la cuarentena cuando tenían casos positivos de coronavirus en sus entornos.

¿Le inquieta que los balcones lo mismo se usen para aplaudir que para celebrar caceroladas?

Yo soy de esas personas que sale, todos los días a las ocho de la tarde, a aplaudir a los sanitarios, a las fuerzas de seguridad, a nuestros militares... En el bajo del edificio de enfrente, tengo a unas personas mayores que no paran de dar las gracias y de saludarnos. Solo por ellos ya me merece la pena. También es un rito que hacemos en todos los sitios donde estamos en mi familia: mis padres, mis hermanos, mi abuelo Rafael. Y es una forma de conectar con ellos. Ese homenaje es importante. Pero esos aplausos no son al Gobierno de España. Entiendo la indignación ciudadana, que haya mucha gente que esté enfadada y molesta por la gestión ineficaz del Gobierno. A todos ellos les traslado que van a encontrar un PP a la altura de las circunstancias. Que vamos a salir de esta y exigiremos que se depuren las responsabilidades políticas pertinentes.

Hace años que vive en Madrid, ¿ha visto alguna vez a la ciudad tan herida como ahora mismo?

Como a muchísimos madrileños, me marcaron los atentados del 11 de marzo. Quienes estábamos viviendo en Madrid -yo soy de Málaga- nos pudimos unir a esas manifestaciones de repulsa. Hoy, Madrid es distinta. Voy andando desde casa hasta calle Génova y el vacío es enorme. Madrid se caracteriza, como Málaga, por ser un lugar abierto y cosmopolita donde todo el mundo es bien recibido. Lo dice alguien de provincias, de Málaga, que vino a estudiar la carrera a Madrid. La verdad es que, como todos, estoy deseando que tanto Madrid como Málaga recuperen ese pulso de vitalidad.

¿Le sorprenden las declaraciones en las que el nacionalismo catalán hace la guerra por su cuenta en una situación tan excepcional como la actual?

Lo que más me desagrada es que son los aliados de Pedro Sánchez. Y que, cuando los dirigentes independentistas dicen esas barbaridades, no hemos escuchado a miembros del Gobierno denunciándolo.