La primera línea de la batalla contra el coronavirus consiste en salvar vidas. La segunda será la trinchera económica, con miles de empresas afectadas y puestos de trabajo perdidos o en solfa por la crisis que lleva implícita la paralización de la economía. El presidente de los hosteleros malagueños (Mahos), Javier Frutos, analiza la realidad del sector en la provincia en esta entrevista y reflexiona sobre las campañas de promoción necesarias para ayudar al turismo a superar este momento.

¿Qué pérdidas van a sufrir los bares y restaurantes de la provincia por el confinamiento?

Las estimaciones que hemos hecho hasta ahora hablan de unas pérdidas en el primer mes de cierre (de mediados de marzo a mediados de abril) de unos 300 millones de euros en la hostelería de la provincia. Si hacemos una proyección, teniendo en cuenta que ahora ya habríamos tenido la Semana Santa y estamos en temporada alta, las cifras son muy negativas. No queremos establecer unos números cerrados porque lo que confiamos es en que podamos salir de esto con garantías y lo antes posible, pero obviamente cuanto más tiempo dure el cierre, mucho peor será el golpe.

¿Ha afectado mucho también la suspensión de la Semana Santa y el Festival de Cine?

Por supuesto, hay que tener en cuenta que el Festival de Cine, y sobre todo la Semana Santa, son hitos fundamentales en Málaga. Lo son por sí mismos, es decir, porque generan una gran cantidad de visitantes e ingresos, pero también porque abren la temporada alta y marcan la tendencia que va a llevar el turismo hasta el final del verano. El simple dato de que con la suspensión de la Semana Santa dejamos de ingresar en Málaga más de 100 millones de euros da una idea de la gravedad.

Usted comentó hace poco que muchos hosteleros no volverán a abrir, ¿por qué?

Porque vemos que las instituciones en general, cada una en su ámbito de competencias, no están aplicando las soluciones que la iniciativa privada está pidiendo. Todos sabemos que la prioridad es la lucha contra el virus, conseguir una victoria desde el punto de vista sanitario. Es un objetivo general, de país. Pero precisamente tras esa victoria deberá volver la actividad, y eso se garantiza ahora, con las decisiones que se tomen. Hay que ir mucho más allá, no vale con aplazamientos de tasas e impuestos, sino que hay que aplicar supresiones, exenciones. Hay que garantizar una incorporación paulatina en los ERTE, quitar cuotas de autónomos porque no pueden trabajar€ Y los alquileres, su falta de regulación. Sin eso, muchos caerán.

¿Cuánto van a tener que endeudarse los hosteleros por la crisis sanitaria?

Muchísimo. Ya no sólo es por la devolución de los préstamos ICO que hemos podido pedir, y cuyo cobro se está retrasando, sino también por la insuficiente regulación del pago de los alquileres -que es una estocada mortal para muchos, a no ser que se llegue a acuerdos privados-, la falta de flexibilidad laboral€ Y eso sin contar los gastos en mantenimiento de maquinaria que ahora no se usa, la compra obligada de nuevo material cuando se pueda abrir€

¿Prácticamente todas las empresas hosteleras de Málaga han presentado ERTES por el coronavirus?

Estamos hablando de un escenario con un 95% de cierres y ERTES generalizados en toda Andalucía. En Málaga estamos igual.

¿Cuántos malagueños trabajan en la hostelería y cuántos empleos se van a perder?

En el sector de la hostelería de Málaga hablamos de una cifra anual constante de 80.000 trabajadores, según las fuentes oficiales y confirmadas por Mahos. Y esta cifra alcanza picos de 100.000 empleados en temporada alta, justo lo que, en circunstancias normales, tendríamos que estar empezando ahora. La hostelería genera tres de cada cuatro puestos de trabajo del sector turístico, y por sí sola representa el 7% del PIB andaluz. Hablamos de algo muy serio y no se pueden tratar con frivolidad o con ligereza los problemas que nos acechan en esta crisis.

¿Qué ayudas esperan del Gobierno?

Todas las posibles, así de claro. Y se resumen en dos conceptos: empatía y responsabilidad. Esto es muy serio, y si no atienden las peticiones de los empresarios, van a quebrar miles y miles de empresas. Necesitamos que los ERTE tengan incorporación paulatina de trabajadores y que no se acaben con la finalización del estado de alarma€ La Confederación Empresarial de Hostelería de España, a la que pertenece Mahos, estima que tras la pandemia podría haber 40.000 negocios en toda España que no pudieran reabrir, y perderse 207.000 empleos. Necesitamos que se suspendan las cotizaciones de autónomos durante los primeros seis meses; que se aplacen el IVA, el IRPF y el Impuesto de Sociedades con prorrateo en los ejercicios 2021 y 2022; y que se legisle en relación a los alquileres para alcanzar una medida más justa, equilibrada, para que se den las menores pérdidas posibles tanto en propietarios como en arrendatarios. Además debe ser continuista, es decir, que se regule hasta que podamos trabajar al 100% de capacidad de los locales, con pagos acordes. Necesitamos que las hipotecas y préstamos vinculados a la actividad del negocio tengan un periodo de carencia de un año decretado por el Estado, y que de verdad se facilite el crédito a través del ICO.

¿Y de la Junta de Andalucía?

Es el mismo discurso. Todo lo que esté en su mano. Para empezar, la coordinación entre las consejerías de Turismo y Sanidad con ayuntamientos, sindicatos y asociaciones hosteleras para que trabajen ya con protocolos de seguridad que anticipen las nuevas condiciones que regirán cuando los establecimientos puedan abrir. La Junta de Andalucía debe presionar al Gobierno de España para ser ella la que coordine el proceso de desescalada y vuelta a la normalidad, ya que cada comunidad es distinta, y esto debe hacerse así por agilidad. También debe liderar un esfuerzo de promoción sin precedentes, coordinado con las diputaciones, los ayuntamientos y la iniciativa privada.

¿Y en cuanto al Ayuntamiento?

Los ayuntamientos tienen mucho que decir y que hacer en esta crisis, y lo que hagan o dejen de hacer será clave para que los ciudadanos salgan bien de esta crisis o salgan peor que estaban. Habría que hacer una adecuación de la normativa a la realidad actual para ayudar al hostelero. Esto puede, por ejemplo, llevar a ampliar los días excepcionados en las zonas ZAS que no se han empleado, por ejemplo, en el Festival de Cine y en la Semana Santa; además, no podemos olvidar que habría menos turismo y por tanto bajará también el ruido en todos los sentidos. Necesitamos que se eliminen en toda la provincia los impuestos y tasas municipales, como por ejemplo la ocupación de vía pública, algo que ya han hecho varios municipios; y también que consigan que el Gobierno de España permita la eliminación de figuras impositivas como el IAE, el IBI o las basuras durante varios meses después del levantamiento de la situación excepcional. Se deben permitir las terrazas de verano, incluidas las de los hoteles; y ampliar el espacio.

La vuelta a la normalidad será paulatina y ello implicará, casi con seguridad, reducciones del aforo de restaurantes y bares. ¿Tienen pensado cómo lo harán?

Nos atendremos a las normas que se impongan desde el Gobierno de España, y lo que deseamos es que esas normas sean razonables, paulatinas, que no sean inamovibles (es decir, que se puedan ir modificando en función de la evolución positiva de la pandemia, incluso día a día) y que tengan en cuenta que unas restricciones muy duras en este sentido llevarán a muchos empresarios a no abrir por no ser rentables los negocios muy recortados de espacio y clientes. Sentido común, vamos.

¿Cuándo podría comenzar la recuperación hasta llegar a los niveles de empleo y facturación que había antes de esta crisis?

Primero tenemos que lograr la recuperación sanitaria, que insisto en que es lo crucial para todos los ciudadanos. Y eso depende de encontrar un tratamiento y una vacuna. El verano está complicado, seguramente va a ser el peor de los últimos años, pero siempre mantenemos la esperanza de que todo mejore y es fundamental una planificación por parte de las instituciones. A día de hoy no vemos una recuperación que pase por menos de un año. Tenemos que estar preparados para ser ágiles y atender debidamente y con gran calidad, como siempre, a los turistas que recibamos.