A primera vista, al hecho de que Juan Cassá no siga formando parte del Consejo General de Ciudadanos le ha sido atribuido el detonante de su marcha del partido naranja. No obstante, hace meses que saltaba a la vista la posibilidad de que el asturiano rompiese la baraja y se daba por hecha su ruptura con la formación a la que aún pertenecía. Cassá anunció que pasaría a concejal no adscrito del Ayuntamiento de Málaga el mismo día en el que cumplía 20 años como alcalde Francisco de la Torre. Y, a su vez, le aguaba la fiesta a sus compañeros en Ciudadanos Málaga que apoyaron el proyecto de Inés Arrimadas en la Asamblea General que concluyó el domingo. En especial, a quien le arrebató la portavocía municipal de la capital malagueña, Noelia Losada, y a aquellos que, a diferencia suya, sí resultaron elegidos durante la votación de la que salieron los nuevos exponentes malagueños de este órgano nacional: Alejandro Carballo, José Luis Paradas Romero, Carlos Hernández White y Teresa Pardo.

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Estos cuatro y los dos integrantes del Comité Ejecutivo nacional, Guillermo Díaz y Javier Imbroda, son los seis malagueños incluidos entre los 125 exponentes de un Consejo General plagado de oficialistas del que ha sido prácticamente excluida la minoría crítica.

Los cuatro malagueños que resultaron elegidos para el Consejo General en la votación telemática, durante la reciente Asamblea General, expresaron en las redes sociales su alegría tras el nombramiento. La cartameña y actual parlamentaria andaluza Teresa Pardo, quien ya contaba con experiencia como vicepresidenta segunda de la Mesa del Consejo General, aseguró que suponía «un orgullo en esta nueva etapa liderada por Inés Arrimadas» y que es «un lujo hacerlo junto a mis compañeros Carlos Hernández White, José Luis Paradas Romero y Alejandro Carballo».

El portavoz de Ciudadanos Málaga y parlamentario andaluz, Carlos Hernández White, expresó también su orgullo por «formar parte del Consejo General en esta etapa nueva, con Inés Arrimadas al mando, para seguir fortaleciendo el necesario centro político».

El exárbitro de fútbol en Primera División y actual gerente de Málaga Deportes y Eventos a las órdenes de Noelia Losada dentro del grupo municipal, José Luis Paradas Romero, agradeció «a los compañeros la confianza depositada en mí como nuevo miembro del Consejo General de Ciudadanos».

Otro miembro del equipo de Losada y número 3 de la candidatura al Ayuntamiento de Málaga que encabezó Cassá, Alejandro Carballo, dijo que «había sido un honor poder representar a mis compañeros de Ciudadanos Málaga en la V Asamblea General y haber sido elegido miembro del Consejo General». Resulta llamativo que, en su cuenta de Twitter, Carballo echó mano del refranero al conocerse la marcha de Cassá y reprodujo una ilustrativa expresión: «Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece».

Eso sí, el ataque parece mucho más diplomático y menos explícito que el que, en la misma red social, le lanzó al asturiano el exconcejal y exdiputado provincial naranja Gonzalo Sichar, quien recordó que se fue de Ciudadanos «porque me parecía que ya no era un partido regenerador y entregué mis actas». «Hoy un pordiosero de la política lo abandona sin entregar sus actas. Os pregunto a los que tanto le peloteabais: ¿Quién es el malo de la película?», añadió Sichar.

Notable renovación

La entrada de estos integrantes ha implicado una notable renovación de la representación malagueña en el Consejo General de Ciudadanos. Además de Guillermo Díaz y Javier Imbroda como miembros del anterior Comité Ejecutivo nacional, de este órgano llegaron a formar parte el propio Juan Cassá, el actual vicepresidente primero de la Diputación Provincial y exalcalde de Mijas Juan Carlos Maldonado -que a principios de año fue aupado como secretario de Programas a nivel provincial- y el secretario de Organización de Ciudadanos Málaga, Vicente Sánchez.

Llama, igualmente, la atención el camino emprendido más allá de la órbita naranja por otro exmiembro del Consejo General de Ciudadanos vinculado a la provincia de Málaga. Este no es otro que aquel que, con la confianza de Albert Rivera garantizada, resultase elegido como candidato del partido a lehendakari en los comicios vascos de 2016. O sea, Nicolás de Miguel, quien tras su fracaso en aquellas elecciones regionales en su tierra natal irrumpió en Torremolinos convertido en el 'paracaidista' con el que Ciudadanos pretendía gobernar en la ciudad costasoleña.

Y lo cierto es que Nicolás de Miguel ha terminado en el equipo del gobierno municipal torremolinense, pero no precisamente representando a la formación con la que, hace menos de un año, concurrió con otro nefasto resultado como cabeza de lista en las elecciones municipales.

El 'caso Nicolás de Miguel'

Con un pasado político que simpatizó con Izquierda Unida o estuvo unido a la UPyD de Rosa Díez, Nicolás de Miguel terminó unos meses después abandonando la disciplina del grupo de Ciudadanos para servir al alcalde socialista de Torremolinos, José Ortiz. Es, precisamente, el salto desde Ciudadanos hacia el PSOE una de las opciones que se barajan, con una posible moción de censura contra Francisco de la Torre de fondo, en relación al nuevo andén en el que recalaría la carrera política del 'asturiano-malaguita' Juan Cassá. Será cuestión de tiempo ver si, desde el centro que se le atribuye a Ciudadanos, Cassá salta con su 'llave maestra' de los apoyos hacia la izquierda o hacia la derecha. Da la sensación que quieto no se va a quedar.