Como recordarán, en septiembre de 2017 un grupo de inflamados parlamentarios catalanes decidió hacer realidad su proyecto político (un referéndum de independencia) de la manera menos civilizada posible: incumpliendo las leyes nacionales e internacionales a las que estaban sujetos.

Afortunadamente, por tierras malagueñas el riesgo de que uno o varios dirigentes se consideren portavoces del pueblo elegido y por tanto ajenos a las normas terrenales es inexistente, por ahora.

Lo que sí hay, como en otras partes de España, son respetables deseos de independencia aunque sea a otros niveles administrativos y de momento, minoritarios pero que funcionan como llamadas de atención, señal de que algo no marcha bien.

Suelen surgir en tiempos de crisis, cuando las carencias y las desigualdades salen más a la luz y con ellas el hartazgo de algunos malagueños.

Lo podemos ver estos días en las redes sociales con un llamamiento a la separación de Churriana del término municipal de Málaga. Como sabrán, Churriana fue un pueblo más de la provincia hasta el 27 de octubre de 1905, cuando pasó a ser un barrio de la ciudad a instancias de los representantes de los churrianeros, por la desastrosa situación económica del pueblo.

La petición, que circula por whatsapp estos días, reclama convertirse de nuevo en pueblo, al tiempo que recuerda que pese a ser un barrio con más de 20.000 habitantes censados, sigue sin tener servicio de urgencias 24 horas.

También están en desacuerdo con la propuesta de la Junta de Andalucía al Ministerio de Sanidad, de excluir de la fase 1 del desconfinamiento al distrito sanitario donde se encuentra la ciudad de Málaga, «cuando los contagios están en Málaga capital, no en Churriana», señalan. (Finalmente, el Gobierno acordó el pasado viernes que toda la provincia no pase a la fase 1).

Un aeropuerto, cinco polígonos industriales y dos «ríos propios» que la separan del grueso de Málaga serían otros de los argumentos de esta reclamación. (Lo de los dos ríos hace referencia a los dos antiguos brazos del Guadalhorce, con una zona central que era conocida como 'la isla').

Sin duda lo más sangrante de esta queja, que busca remover conciencias, no es sólo la falta de urgencias sino que además exista desde 2008 un módulo de urgencias que la Junta de Andalucía, durante la etapa socialista, consideró necesario construir pero nunca llegó a abrir.

Ver durante 12 años ese edificio vacío desanima a cualquiera y se ha convertido ya en una fuente de agravios para churrianeros de todas las ideologías, además de en el símbolo de una planificación fallida.

Los populares, que siempre han reclamado la apertura, gobiernan ahora en Andalucía. El delegado de Salud, Carlos Bautista, aseguró en enero al firmante que las urgencias se abrirían en esta legislatura. Sería una buena manera de templar los ánimos 'indepes'. Veremos a ver si esta nueva crisis lo permite.