Para que en Málaga un proyecto prospere cada día juegan un papel más importante las infografías. Los seguidores de las películas de Marvel saben que la digitalización puede hacer maravillas, y que un cincuentón vestido con un mono negro y colgado de unas poleas en un estudio con paneles verdes puede transformarse en la más ágil criatura voladora, con permiso del águila culebrera.

Fascinación causó al principio entre muchos bienintencionados el rascacielos del Puerto. Los autores de la infografía lo exhibieron con los ángulos correctos, los que no evidenciaban que iba a ser el injustificado protagonista de la Bahía de Málaga, el error urbanístico más grande en la historia de la ciudad desde la construcción de La Malagueta.

Y si el no mostrar que el rey está desnudo es fundamental para que un proyecto salga adelante, revestirlo de plantas juega muchísimo a su favor; no sólo porque estas sean agradables a la vista, también porque camufla el impacto de la obra en el entorno. Y por último, porque lanza el mensaje de que la obras estarán a tono con el buen rollo ecológico.

De esta última corriente infográfica, la de transformar los proyectos en el Jardín del Edén, tenemos buena prueba en el proyecto de centro deportivo en las cocheras de Pedregalejo.

Lo que los responsables presentaron, aparte de un edificio, era un auténtico paraíso, en el sentido que le daban los persas de un espacio delimitado y maravilloso. El entusiasmo de muchos al ver ese vergel virtual se hizo añicos cuando se transformó en una plantación ramplona con unos pocos árboles raquíticos.

En la misma línea, la demolición de La Coracha se vendió, infográficamente hablando, como un premio para la ciudad, que a cambio de perder unas cuantas casas mata iba a ganar la versión malaguita de los jardines de Babilonia.

Todo resultó un cuento chino (o babilonio), pero, eso sí, muy adornado de plantas.

Frente a los sueños pocas veces hechos realidad de la 'infografía ecológica' tenemos lo que la Naturaleza puede hacer en una obra pública sin despliegue gráfico previo.

Lo podemos comprobar en la pared de hormigón con la que se reforzó la calle Moisés, en Parque del Sur. Como muchos sabrán, el barrio linda en esta calle con el talud sobre el que se encuentran las casas de Mangas Verdes. Tras unas fuertes lluvias en 2012, un desprendimiento de tierras obligó a desalojar seis viviendas de Mangas Verdes y a reforzar el talud con grandes chorros de hormigón.

La pared artificial está siendo colonizada por la Naturaleza, y los parterres al pie de la calle extienden sus enredaderas y plantas por la obra de ingeniería.

Sin infografía previa, el resultado es, este sí, un fastuoso jardín 'suspendido' o vertical en toda regla.