Mañana viernes tendrá lugar una nueva reunión en el Ministerio de Sanidad para decidir si nuestra provincia se engancha al vagón de la fase 1. El ejecutivo que preside Pedro Sánchez analizará el nuevo informe elaborado por la Consejería de Salud y Familia de la Junta con los datos actualizados de incidencia del coronavirus en la provincia malagueña y que fue enviado en el transcurso de esta semana a las autoridades sanitarias centrales. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, indicó ayer que el nuevo informe contenía argumentos «razonables y objetivos» para conseguir su aprobación por parte del Ministerio, al que criticó y recomendó que deje la «opacidad» y aplique criterios «transparentes» y comunes para todo el territorio español a la hora de tomas las decisiones sobre el paso a las distintas fases.

Casi una semana más tarde, la Junta de Andalucía continúa sin saber, a día 13 de mayo, los motivos por los cuales las provincias de Málaga y Granada no pudieron pasar a la fase 1 de la desescalada propugnada por el Gobierno central. La Consejería de Salud y Familias ha preguntado hasta dos veces por esta cuestión en los últimos días (9 y 11 de mayo) al Ministerio de Sanidad por el acta de la reunión en la que se decidió que Málaga y Granada debían permanecer en la fase 0, sin obtener respuesta alguna por parte del ministerio que lidera Salvador Illa. Dos son los «requisitos imprescindibles» que el Ministerio de Sanidad indica que hay que cumplir para pasar de fase en la orden SND/387/2020 de 25 de abril: contar con entre 1,5 y 2 camas UCI y entre 37 y 40 camas para enfermos agudos por cada 10.000 habitantes. Una vez cumplidos estos dos requisitos, se valoran otros parámetros relacionados con la transmisión de la enfermedad como son el número de contactos efectivos, aquellas situaciones en las que se ha producido la transmisión de la enfermedad; el número de casos confirmados por pruebas PCR, la incidencia acumulada en los últimos 7 y 14 días, y el porcentaje de sospechosos a los que se les ha practicado la PCR y su tasa de positividad.

Respecto a si la Junta pedirá que a partir del 25 de mayo el conjunto de la comunidad pueda pasar a la fase 2, el presidente de la Junta expresó su deseo de que toda la región pudiera avanzar al mismo ritmo, si bien ello va a depender de «la evolución de los datos». Del mismo modo se pronunció el consejero de Salud, Jesús Aguirre, quien confió en que las provincias de Málaga y Granada estén en la fase 1 de la desescalada a partir del próximo lunes y que puedan pasar en unos diez días a la fase 2, al mismo tiempo que las otras seis provincias que actualmente están en la fase 1. La Junta tiene un «compromiso férreo», según Aguirre, para que las provincias de Málaga y Granada «pasen a la mayor brevedad posible» a la fase 1 de la desescalada, de manera que, además del informe que se remitió el lunes al Ministerio de Sanidad, ayer miércoles se volvieron a enviar más datos, «con diligencia, seriedad y transparencia».

La polémica

Elías Bendodo, consejero de Presidencia del Gobierno andaluz, indicó en su comparecencia tras el Consejo de Gobierno que el ejecutivo de Pedro Sánchez cambió de criterio hasta tres veces en unas pocas horas a lo largo de la tarde del pasado viernes. En la primera de ellas, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, le habría comunicado al consejero andaluz de Salud que tanto Málaga como Granada iban a quedar excluidas de la fase 1. Una hora más tarde, siempre según la versión de Bendodo, un alto cargo de Sanidad le comentó a la Junta que se aceptaba el plan remitido por las autoridades andaluzas y que pasarían de fase todas las provincias salvo dos distritos sanitarios de Granada y uno de Málaga. Por último, en la rueda de prensa del ministro Illa, se hizo oficial el anuncio de que Málaga y Granada se quedaban fuera de la fase 1 de la desescalada.