Más del 95% de la población malagueña está expuesta y sigue siendo susceptible, aún a día de hoy, al contagio por Covid-19. Así lo ha demostrado la primera ola del estudio de seroprevalencia ENE-COVID, cuyos resultados se dieron a conocer el pasado 13 de mayo. Los datos recabados por esta encuesta epidemiológica reflejaban que solo el 4,4% de los malagueños habría superado ya el virus y contraído una inmunidad natural.

Este porcentaje, que se encuentra por debajo de la media nacional, es para algunos expertos la evidencia de que la provincia no ha sufrido una gran exposición al virus. Eduardo Martínez, catedrático epidemiólogo de la Universidad de Málaga, explica que estos resultados son «lo mejor que nos podía pasar, ya que quieren decir que el confinamiento ha funcionado y que la gente no se ha contagiado de más». Este experto asegura que la exposición al contagio ha sido moderada, lo que ha permitido que el sistema sanitario no llegara a colapsarse y las personas afectadas pudieran ser atendidas «razonablemente bien».

El epidemiólogo advierte, no obstante, de que todavía hay muchas personas susceptibles a la infección. El 95,6% de los malagueños aún están expuestos al contagio y la inmunidad natural es una opción que no se contempla desde el punto de vista epidemiológico. «La gente que realiza una lectura negativa del estudio es porque esperaba una inmunidad de grupo y eso sabíamos que no iba a pasar», explica Rodríguez. Para conseguir la que también se conoce como inmunidad de rebaño sería necesario que entre el 60% y el 70% de la población estuviese inmunizada y eso, asevera, solo se conseguirá con una vacuna: «No se va a conseguir una inmunidad natural por padecer o estar en contacto con este virus, eso llevaría años».

En este sentido, el epidemiólogo advierte de que esta alerta sanitaria no se va a solucionar en dos meses, por lo que aboga por la responsabilidad personal para amortiguar los efectos de futuros rebrotes: «Ya sabemos cómo se contagia el virus y qué medidas tomar para no contagiarnos. Si no nos pilla descuidados, un rebrote no necesariamente tiene por qué ser peor que el propio brote». Rodríguez explica que todavía hay muchas personas portando el virus, muchos de ellos asintomáticos, por lo que se deben respetar las recomendaciones sanitarias para evitar que se produzca un repunte de contagios, «como ya ha ocurrido en el caso de los niños en las últimas jornadas».

Fase 1

La provincia podría pasar a la fase 1 de la desescalada el próximo lunes 18. En seguir las recomendaciones sanitarias estaría la diferencia entre seguir avanzando o retroceder. «Para la ciudad sería triste tener que volver a la fase 0. Debemos dar buena imagen de garantía sanitaria», asegura Eduardo Rodríguez.

El virus se transmite por la cercanía entre personas sin protección y mediante los objetos que puedan contaminar con sus manos o respiración, explica este experto. «Cuando haya suministro de mascarillas para todos, habría que hacer su uso obligatorio», defiende Rodríguez, que considera el uso de mascarillas como la medida más efectiva contra los contagios. Además, del uso de guantes, incide especialmente en el lavado de manos constante y el uso de geles hidroalcohólicos.

El distanciamiento social será otro de los requisitos para que la provincia supere esta fase y pueda pasar a la siguiente. Más que el aforo en los establecimientos, explica, se deberá atender a la distancia que se tendrá que mantener entre personas. «Que nos dejen salir no quiere decir que no haya peligro fuera. Hay que disminuir, en lo que a nosotros nos compete, el riesgo de contagios», advierte este epidemiólogo, poniendo así el foco en la responsabilidad social malagueña.