Más allá de las nefastas previsiones económicas que asoman en el horizonte, el presidente de los empresarios de playa de la Costa del Sol, Manuel Villafaina, sostiene que los chiringuitos tienen que estar abiertos para que se vaya reactivando la economía. A su vez, detesta la posibilidad de instalar mamparas y no oculta que le duele la actitud del Gobierno central. No obstante, Villafaina prefiere ser optimista, pese a la incertidumbre y los malos presagios que planean sobre este verano, y desea que «esta crisis no sea tan larga como la crisis de 2008 y nos recuperemos mucho antes».

¿En qué términos valoraría, a día de hoy, el impacto de la crisis del coronavirus en un sector como el de los chiringuitos?

Es totalmente desconocido. Es algo absolutamente nuevo para nosotros. Sabemos, además, que tenemos el año perdido. Y, pese a ello, hemos adoptado una posición optimista. Somos optimistas aunque sabemos que no tenemos razones para serlo. Pero, de alguna manera, se tiene que empezar a trabajar. La economía tiene que empezar a moverse. Hay una cadena de proveedores que necesita que nuestros establecimientos también estén abiertos para que esa economía se empiece a reactivar, que es lo más importante.

¿Cómo se va a notar el hecho de que la provincia de Málaga fuese obligada a permanecer más tiempo en la fase 0?

Creo que alguien ha tenido que tener un fallo en este tema. No se puede llegar a entender que a otras autonomías sí les dieran el pase a la fase 1 y a la provincia de Málaga no se le permitiera. No podemos entenderlo. Por eso, estábamos completamente seguros de que este viernes se iba a rectificar. Y también estamos seguros de que Málaga, en el conjunto de las ocho provincias andaluzas, pasará el día 25 a la fase 2. Estoy absolutamente convencido de ello.

¿Cómo cree que el gremio de los empresarios de playa debe afrontar la bajada de las restricciones que contempla la fase 1 de la desescalada?

Nosotros tenemos el problema de que somos unos inquilinos del Estado. En este caso, es el Estado el que nos obliga a cerrar. Y, ahora que podemos abrir, sabemos que la fase que empieza no va a ser positiva. Que, en cuanto a nuestros negocios, vamos a tener pérdidas. Pero hay que ponerse en marcha. La economía tiene que ponerse en marcha. Sobre todo, porque tenemos ahí a muchos autónomos, en la faceta de proveedores, que se pueden venir abajo y esto puede ser una ruina para ellos. Comprendo que para las grandes empresas, como Coca Cola o cualquier otra multinacional, no será tan complicado. Pero sí afectará mucho a los autónomos que nos sirven a nosotros a través de las agrupaciones de playas y de las centrales de compras.

Ha mostrado su rechazo a la instalación de mamparas entre las hamacas y en los propios establecimientos, ¿qué opciones se deben evitar y cuáles deben ponerse en marcha para afrontar esta nueva normalidad?

Nosotros les hemos dicho a nuestros asociados que, como es lógico, no hicieran caso a nada hasta que el Misterio de Sanidad nos diera las indicaciones con lo que tenemos que hacer. Nosotros estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario. Desde luego, lo de las mamparas es una auténtica barbaridad. Nosotros vamos a guardar la distancia tanto en las hamacas como en los chiringuitos. Guardaremos la distancia que nos dictan y los protocolos que nos han dicho que se deben hacer. Abriremos a sabiendas de que vamos a tener menos gente que otros años. Pero la playa tiene que estar abierta. Estamos escuchando ya a Europa decir que debe haber una fórmula para que la gente pueda venir a España. Sobre todo, a la Costa del Sol. Además, tenemos una gran cantidad de turismo residencial que está loco por venir. Es gente que viene cinco o seis meses al año, que reactivará la economía y tiene que tener sus sitios habituales para que se les atienda, como son en este caso los chiringuitos.

¿Comparte el mensaje del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, encaminado a que las playas deben abrir cuanto antes?

El presidenta de la Junta de Andalucía tiene un buen criterio cuando dice que en la segunda fase del 25 de mayo es el momento. Abrir el 8 de junio significaría que, mientras nos preparamos y organizamos, nos iríamos a final de junio. Y yo creo que las playas tienen que estar preparadas para esa posibilidad de que empiecen a volver los turistas a partir de primeros de julio. Entonces, tenemos que estar perfectamente organizados y con un sello, ya sea del ISTE o de la propia Junta de Andalucía, que señale que nuestros establecimientos en términos sanitarios están preparados lo mejor posible.

¿Le ha decepcionado el tratamiento del Gobierno central, que dio por perdido al sector hasta diciembre y obvió a los chiringuitos en las primeras medidas de desescalada?

Sí. Entendemos que -al ser un sector con una cantidad enorme de empleos y miles de empresarios que estamos ahí trabajando como autónomos- fue una decepción bastante grande que no se aportara absolutamente nada para el sector de playas.

¿Qué le parece la aplicación tecnológica que la Diputación Provincial, a través de Turismo Costa del Sol, ha impulsado para medir y gestionar el aforo real de las playas costasoleñas?

Me parece bien lo que está haciendo la Diputación en estos casos. Es una manera de saber la densidad de gente que hay en las playas en cada momento. Eso, de alguna manera, no va a delimitar a la gente porque nuestras playas son bastante grandes y bastante extensas. No somos como Benidorm, allí no cabe ni un paraguas. Nuestras playas están más adecuadas que en otros sitios. Por tanto, ese detector que quieren experimentar en Torremolinos y Rincón de la Victoria -Fuengirola ya lo está haciendo también- es importante para la labor que desarrollan las autoridades, y sobre todo los ayuntamientos, porque les permite saber en todo momento la densidad de público que pueda haber en cualquier playa de nuestro litoral.

¿Se imagina capeando la crisis sin subvenciones públicas?

No nos lo imaginamos. Estoy seguro de que alguna ayuda vamos a tener que tener. Reitero que tenemos que abrir porque la economía tiene que resurgir, tiene que empezar, tiene que existir una cadena que es necesaria. Vamos a abrir a sabiendas de que este año está perdido y que vamos a tener un déficit en nuestras cuentas. Pero tenemos que hacerlo. No nos queda más remedio. Vamos a abrir por nuestros clientes, por nuestros trabajadores y por nosotros mismos.

Se avecina un mal verano en términos económicos, ¿cree que puede llegar a ser el peor ejercicio para el turismo de los últimos 30 o 40 años?

Sí, cualquier crisis anterior ha sido mejor que esta. Por supuesto, va a ser el peor de todos. Hay que tener en cuenta que nosotros entre la Semana Santa, el puente de mayo y las comuniones tenemos un 40% de la actividad que ya hemos perdido. No sabemos exactamente cómo va a resultar la apertura, si la gente va a venir a las playas o no. Sabemos que va a venir menos gente. Sabemos que va a ser un mal año. Pero hay que estar. Hay que atender al mucho o al poco turismo que venga. Tenemos que estar abiertos y darle al turista el cariño que siempre hemos demostrado en las playas, nuestro sector. A los turistas hay que atenderlos.

Si tuviera que calcularlo ahora mismo, tal y como está el panorama,¿cuánto tiempo estima que la Costa del Sol tardará en recuperar los niveles habituales de actividad turística?

Sabiendo que después de la crisis sanitaria nos viene una crisis económica, yo lo calculo mirando a la de 2008 que no remontó hasta 2015. Estuvimos siete años para volver a trabajar con ganancia. Espero que esta crisis no sea tan larga como la crisis de 2008. Que nos recuperemos mucho antes. Y que para el 2023 estemos ya totalmente listos como estábamos en 2019.

¿Está la clase política española actuando a la altura de unas circunstancias tan complejas como las actuales?

Creo que esto no se lo esperaba absolutamente nadie. Pero han tardado mucho en reaccionar. Nos extraña que se le siga dando al turismo tan poca importancia en un país como España. Acabamos de ver las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, que además es paisano nuestro. No llegamos a entender que diga eso. Las industrias se crean según lo que se tiene. Si la industria que tenemos aquí es sol y playa, y esa es la industria que podemos ejercer, con tantos miles de empleados y con un 14% del Producto Interior Bruto (PIB), nos extrañan mucho esas declaraciones que hizo hace unos días Alberto Garzón. Cada zona tiene un tipo de turismo. Esto no es Austria, que tiene muchísimo turismo de otra clase, el turismo cultural. Pero aquí el turismo que tenemos, por nuestras buenas temperaturas, es el de sol y playa y esto hay que aprovecharlo. Lo que sí nos extraña también es que, al tratarse de un sector con un 14% del PIB, la ministra de Turismo no forme parte del gabinete de crisis del Gobierno de España. Nos extraña una barbaridad. La ministra de Turismo debería estar para poder defender las posturas nuestras.

Una pregunta más relajada para terminar: ¿ficharía para la cocina de su chiringuito, Los Manueles, a una clienta habitual como Celia Villalobos cuando ella termine en el programa Masterchef?

(Risas). Aparte de ser una mujer polivalente que puede hacer cualquier cosa, Celia es una mujer que siempre ha defendido nuestra zona y ha defendido a nuestro sector. Por lo tanto, seguro que en cualquier lado la recibirían con los brazos abiertos.