­En la primera jornada de uso obligatorio de mascarillas, la provincia de Málaga roza el aprobado raspado. El uso de mascarillas se ha generalizado entre la población y a día de hoy esta medida de protección se ha convertido en un complemento indispensable para muchos ciudadanos. Sin embargo, existe aún un preocupante número de personas que hacen caso omiso a las recomendaciones sanitarias y optan por obviar el uso de mascarillas.

El uso obligatorio en personas de más de seis años, siempre que no se pueda garantizar la distancia de seguridad de dos metros, hacía presagiar que las mascarillas aumentarían entre la población. Lejos de la realidad, el contraste entre los que sí hacen un correcto uso de las mascarillas y aquellos que pasean por la calle como si la cosa no fuera con ellos -paisaje que ha venido predominando desde el comienzo de la pandemia- ha seguido siendo la constante en el primer día de obligatoriedad.

Desde el día de ayer, el uso de mascarillas es obligatorio en la vía pública, en espacios al aire libre y en espacios cerrados de uso público. Esta nueva norma no ha impedido, sin embargo, observar cómo una gran cantidad de malagueños realizaban acciones cotidianas sin hacer uso de mascarillas. La dificultad a la hora de adquirir las mascarillas sigue siendo el motivo principal al que recurren aquellos que no hacen uso de esta medida. La alegación ya no convence a aquellos ciudadanos que sí hacen uso de ellas. «En internet se pueden ver muchas ideas de cómo hacer tu propia mascarilla, reutilizando ropa, por ejemplo», explica Nacho. Marina, por su parte, asegura que hoy en día es mucho más fácil acceder a ellas: «La falta de mascarillas, al parecer, es un problema que se está solucionando. Yo he podido encontrarlas en farmacias sin ningún problema e, incluso, se van a comenzar a comercializar en los supermercados».

El uso de la mascarilla pasa a ser obligatorio

El uso de la mascarilla pasa a ser obligatorio

Para algunos ciudadanos la obligatoriedad de su uso es «una llamada de atención, ya que muchas personas no están respetando la distancia de seguridad», alega María. El caso omiso a las recomendaciones sanitarias y las normas que hacen algunos ciudadanos acaba por crispar a aquellos que sí están cumpliendo con su responsabilidad social. «No tengo por qué pasar por una calle estrecha, súper cerca de una persona sin mascarilla», denuncia Marina. Para los ciudadanos que sí hacen un uso frecuente de esta medida, su uso resulta indispensable y aplauden que, finalmente, se haya establecido como obligatorio: «Me parece bien que el uso de las mascarillas sea obligatorio, deberían haber sido obligatorias desde un principio», asevera Guillermo.

De momento, la imagen de grupos de personas que no hacen uso de ellas y no respetan la distancia de seguridad sigue sucediéndose cada día. La duda ahora está en saber si esta temeraria e irrespetuosa práctica se sigue sucediendo cuando comiencen a conocerse las sanciones. «Ahora que viene el calor y el verano creo que los que no se las están poniendo ya, no se las van a poner, por mucha sanción económica que haya», afirma María.