Hace unos días supe por el periodista algecireño Juan José Tellez de la admiración que le profesaba Julio Anguita a los postulados del filósofo nacido en Algeciras y vinculado en su juventud a Málaga Adolfo Sánchez Vázquez (1915-2011). El matiz me alegró especialmente por todo lo presente que estoy teniendo estos días a quien a la postre se convirtiera en el exilio, tras sobrevivir a la huida por la Carretera de Almería y subir a bordo del Sinaia, en eminencia de la universidad mexicana. Tuve el honor de entrevistar a un Sánchez Vázquez casi nonagenario en 2004, en una visita que hizo a Málaga cuando 'la desbandá' dejó de ser un tabú. Este pensador brillante me dijo que lo que más le preocupaba de este país era que seguía arrastrando el problema de las dos Españas. Lo recuerdo ahora bajo la guerra dialéctica y las cacerolas -amplificadas por la derecha malagueña, que empezó a sacar músculo el pasado jueves en calle Larios- que ha traído una pandemia que debía habernos unido en lugar de fragmentar más a la herida piel de toro. Es más, suelo preguntarle a los políticos actuales por las dos Españas y les incomoda la expresión. Prefieren hablar de bloques. Y, entonces, no queda otra que cuestionárselo: ¿Dos bloques o dos Españas? Aunque la respuesta, por desgracia, quizás sea lo de menos. Más allá del nombre que tenga el triste y peligroso panorama que nos acecha, esto es lo que es...

Pintadas contra el PSOE

La crispación reinante ha vuelto a encontrar un ilustrativo reflejo en la aparición de más pintadas contra el PSOE. Dos semanas después de los insultos contra este partido y Podemos en los muros del IES Litoral sobre los que la Policía Nacional abrió una investigación, otro acto vandálico se ha producido en la misma zona de la ciudad. En concreto, en la sede de la agrupación socialista del distrito malagueño de Carretera de Cádiz, cuya fachada apareció con ataques que tildaban de 'kk' y 'virus' a la formación en alusión a la gestión que el Gobierno de Pedro Sánchez está haciendo de la pandemia. El suceso, como el anterior, fue denunciado a la Policía y en Twitter lo anunció el secretario general del PSOE de Málaga, José Luis Ruiz Espejo. Las reacciones de repulsa de sus compañeros no se hicieron esperar. Resultó especialmente expresiva la de la diputada nacional Fuensanta Lima: «No lo conseguirán, hemos sido combativos en peores circunstancias, habría que preguntarse si lo que efectivamente les molesta es que ejercemos la Igualdad como bandera, sin dejar a nadie atrás y ellos prefieren las sociedades de privilegiados y privilegiadas. Pintamos y adelante».

Marina Bravo, a la Junta

Uno de los movimientos más recientes que se han producido en la política malagueña atañen al PP. En concreto, a Marina Bravo, quien ha puesto fin a su etapa como concejala popular en Alhaurín de la Torre para incorporarse como técnico a la delegación territorial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, donde desempeñará las funciones de coordinadora de Medio Ambiente y Cambio Climático. Esta nueva responsabilidad está conectada con su condición de licenciada en Ciencias Ambientales y con una materia en la que ya se había curtido con sus cometidos tanto en el Ayuntamiento como en la Diputación Provincial. Su dimisión para incorporarse al nuevo destino fue el único punto del orden del día de un pleno extraordinario que el Consistorio celebró un par de semanas después de una reestructuración del Gobierno municipal, para abordar la pandemia, en la que a Bravo le fue encomendada una macroárea. Marina Bravo cumplía, a sus 37 años, su cuarto mandato consecutivo como edil, cargo que ostentaba desde 2007, lo que da idea al menos de la precocidad con la que dio el salto a la política institucional esta alhaurina, que también cuenta con vínculos familiares en Mollina. Además, Marina Bravo está curtida en otras lides que le fueron encomendadas por el PP malagueño. No en vano, ostentó los cargos de diputada provincial en disciplinas como Cultura o Medio Ambiente durante los gobiernos en la Diputación del actual consejero de la Presidencia, portavoz de la Junta y presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo. La recta final del periplo de Bravo en el ente provincial se vio salpicada por la polémica adjudicación de contratos del Área de Medio Ambiente de la Diputación a un cuñado suyo.

Esperanza Oña, convaleciente

La exalcaldesa del PP en Fuengirola y actual vicepresidenta del Parlamento de Andalucía, Esperanza Oña, informó a través de sus redes sociales el pasado martes del estado de convalecencia en el que se encontraba tras ser sometida a una intervención quirúrgica: «Ayer fui operada de columna en el Hospital Carlos Haya, de una lesión importante. Hoy ya me han puesto a andar. No se puede hacer mejor. Orgullosa de nuestros sanitarios. Otros nos dan lecciones sobre lo público pero se van a los hospitales privados. ¡Ánimo a todos y gracias!», escribió Oña -licenciada en Medicina- en un 'tuit' que abrazaba, como tantas veces en su carrera, la sanidad y la política. Además, su comentario desprendía el ímpetu que caracteriza a Oña, quien no dejó pasar la oportunidad para deslizar un afilado guiño que, por ejemplo, podría recordar al reciente ingreso de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Carmen Calvo. Sea lo que fuere, el anuncio de Oña cosechó numerosos mensajes de ánimo. Ya solo queda verla cuanto antes y con la actividad que le caracteriza totalmente recuperada en otro antiguo centro hospitalario que ya no funciona como tal: el de las Cinco Llagas de su Sevilla natal, sede del Parlamento de Andalucía.