Valeria no deja de preguntarle a su madre si ella y sus amigas podrán volver al campamento de verano al que llevan acudiendo desde hace tres años. Su madre no sabe qué contestar a la pequeña, de 11 años. Como tampoco pueden dar una respuesta concreta las numerosas empresas malagueñas que se dedican al turismo activo, un sector que también está siendo sacudido por el Covid-19. Ante tal situación, algunas empresas ya han decidido anular hasta el año que viene, como es el caso del Campus Fundación Unicaja, que cada verano organiza campamentos para más de 5.000 niños en Sabinillas, Ronda y Málaga. Pero la mayoría permanece a la espera de que el Gobierno se pronuncie al respecto y acabe con la incertidumbre.

Para propiciar el diálogo con las administraciones, el Colectivo Nacional de Campamentos de Verano, integrado por más de 500 entidades de todo el país, ha elaborado un protocolo higiénico sanitario y pide al Gobierno que permita que su actividad pueda desarrollarse en la presente temporada estival. «Lo peor es que a día de hoy no tenemos claro si podremos llevar a cabo los campamentos», sostiene Mónica Yustos, responsable de TravelAventura, empresa malagueña especializada en viajes de fin de curso y campamentos de verano en Málaga. «Ya hemos perdido la mayoría de los viajes escolares que teníamos programados este año, esperemos no tener que anular toda la temporada y podamos hacer campamentos con garantías para los niños».

Junto a TravelAventura, otras empresas malagueñas, como Madaura o Fuerte Nagüeles, también se han unido al Colectivo de Campamentos, desde el que expresan su disposición para trabajar con las autoridades en la desescalada.

Igualmente, han lanzado un protocolo higiénico sanitario que pretende servir de «punto de partida» para apelar a la interlocución con las instituciones y redactar junto a ellas un plan de actuación. Este protocolo, elaborado por profesionales en el área de Sanidad y Prevención del Colectivo de Campamentos de Verano, tiene como objetivo «garantizar la seguridad, proteger la salud y minimizar el riesgo de contagios entre los participantes en actividades de ocio educativo en el ámbito nacional» con medidas específicas de higiene y control sanitario tanto de los participantes, como del personal y proveedores de las instalaciones.

«Los campamentos se realizan en lugares abiertos y controlados donde no accede ninguna persona ajena a la organización, lo que favorece nuestra labor de control y prevención en todo momento», afirma una de las portavoces de esta iniciativa, Covadonga Berjón.

«Lo primero es la salud de los niños. Eso no se discute. Por lo que hemos vivido, los pequeños son, precisamente, los más disciplinados durante el confinamiento. Un campamento al aire libre, en una instalación sin acceso a otras personas, respetando las medidas de seguridad y cumpliendo constantes rutinas de lavado de manos e higiene podría ser la fórmula ideal para alegrarles el verano», afirma Mónica Yustos, que no deja de recibir llamadas de padres y madres que no quieren anular las reservas a los campamentos de TravelAventura, en los que no concentran más de 50 niños por turno. «Creo que contamos con las condiciones óptimas para poder realizar nuestra actividad».

Según el protocolo que proponen, en primer lugar, para participar en el campamento, todas las familias deberán aceptar una declaración responsable, donde garanticen que durante los 14 días previos a la entrada al campamento, el menor no ha sufrido ni tos, ni fiebre, ni cansancio o falta de aire, ni ha estado en contacto con nadie con dicha sintomatología. Lo mismo tendrán que garantizar los monitores y el personal de mantenimiento de la instalación.

El Colectivo de Campamentos de Verano solicita al Gobierno que se les faciliten las condiciones necesarias para la realización de la actividad con la mayor normalidad posible, haciendo un especial hincapié en la prevención higiénico sanitaria creando 'Espacios protegidos de Covid-19' y un calendario de adaptación para que todo el sector y las familias puedan conocer con la mayor anticipación posible la situación que van a encontrar este verano. También piden que dicho plan de adaptación, a pesar de ser competencia de las comunidades autónomas, sea a nivel nacional, para así no generar un marco de desigualdad entre territorios. Además, los impulsores de esta iniciativa han señalado la importancia de los campamentos de verano para poder conciliar la parte profesional y personal de todas las familias con niños.

Este año, Valeria y sus amigas no podrán compartir cantimploras ni mochilas, pero si finalmente pueden asistir a su campamento podrán disfrutar por unos días de la Naturaleza y de la sensación de que todo vuelve poco a poco a ser como era antes.